El descenso de las temperaturas en el último tramo del año no representa un obstáculo para quienes desean incorporar nuevos árboles frutales a su jardín. Por el contrario, noviembre se convierte en el mes ideal para quienes buscan un huerto productivo. Descubre qué especies prosperan durante este mes y cómo el clima fresco puede ser el mejor aliado para tu jardín.
Esta temporada del año nos ofrece condiciones óptimas para plantar especies que no sólo toleran el frío, sino que se benefician de él, desarrollando raíces más fuertes y adaptándose mejor al suelo gracias a la humedad ambiental.
Contrario a la creencia de que la siembra debe detenerse con la llegada del invierno, existen variedades de árboles frutales que aprovechan el clima fresco para fortalecerse. Estas especies, propias de zonas templadas, requieren cuidados básicos como riego moderado, un espacio adecuado para su desarrollo y atención constante, lo que les permite ofrecer cosechas generosas cuando reciben el trato adecuado.
Cuáles son los árboles frutales que se pueden plantar en noviembre
Dentro de las mejores alternativas recomendadas para plantar en noviembre, tanto en jardines amplios como en macetas dentro de huertos urbanos, destacan tres especies que sobresalen por su resistencia y capacidad de adaptación a las bajas temperaturas:
El durazno encabeza esta lista, ya que, de hecho, en su crecimiento necesita atravesar un periodo de frío para florecer con vigor en primavera.
Este árbol prefiere suelos bien drenados y lugares donde pueda reposar durante el invierno, lo que facilita su integración al entorno cuando se planta en esta época del año.
Por su parte, el manzano constituye otra opción idónea para quienes disponen de espacios adecuados para los climas fríos.
Al sembrarse en noviembre, sus raíces tienen la oportunidad de desarrollarse antes de la llegada de la primavera. Esta especie puede cultivarse tanto en suelo directo como en macetas de gran tamaño, lo que la convierte en una alternativa versátil.
Finalmente, la higuera, aunque suele asociarse a climas cálidos, demuestra una notable tolerancia a las bajas temperaturas siempre que se le proteja del viento y las heladas.
Se trata de un árbol de rápido crecimiento y bajo mantenimiento, ideal para quienes buscan una opción resistente y adaptable durante esta temporada.
Los expertos en horticultura señalan que, de manera general, sembrar en noviembre ofrece algunas ventajas externas como el aprovechamiento de la humedad ambiental que favorece el enraizamiento y una menor incidencia de plagas.
De igual manera, su recomendación sugiere seleccionar especies robustas y mantener una rutina sencilla de cuidados hasta la llegada de la primavera.
Apostar por estas especies en noviembre permite aprovechar plenamente las condiciones climáticas. Eligiendo variedades adecuadas y atendiendo sus necesidades básicas, es posible construir un huerto fructífero, capaz de ofrecer cosechas abundantes durante las próximas temporadas.