La cerveza es una bebida alcohólica producida por la fermentación de cereales, principalmente cebada, a la que se añade lúpulo para aportar amargor y aroma.
Su proceso de elaboración incluye la malteación, maceración, cocción, fermentación y maduración y se trata de una bebida que contiene agua, alcohol, dióxido de carbono y compuestos que determinan su sabor, color y aroma.
Se trata de una de las bebidas alcohólicas más consumidas en el mundo y su graduación alcohólica varía según el tipo y método de producción y debido a que uno de sus ingredientes principales es el lúpulo, se le atribuyen algunos beneficios para la salud cuando su consumo es moderado.
Sin embargo, en caso contrario, cuando se bebe en exceso, su consumo puede una gran cantidad de efectos adversos, tales como los que te contamos a continuación.
Cuáles son los efectos adversos que puede tener consumir cerveza
El consumo de cerveza puede provocar diversos efectos adversos para la salud, especialmente cuando se ingiere en exceso o de manera habitual. Entre estos efectos dañinos destacan los siguientes:
- Aumento del riesgo de enfermedades hepáticas, como hepatitis alcohólica y cirrosis.
- Incremento de la presión arterial y mayor probabilidad de enfermedades cardiovasculares.
- Trastornos gastrointestinales, entre ellos gastritis y úlceras.
- Alteraciones en el sistema nervioso central, con pérdida de coordinación, dificultad para concentrarse y problemas de memoria.
- Adicción o dependencia al alcohol.
- Aumento de peso y obesidad, debido a su elevado aporte calórico.
- Deterioro de la calidad del sueño.
- Mayor riesgo de algunos tipos de cáncer, como el de boca, esófago, hígado y colon.
- Problemas sociales, familiares o laborales derivados del consumo abusivo.
Cómo consumir cerveza de manera saludable para prevenir sus efectos adversos
Para consumir cerveza de manera que se minimicen sus efectos adversos, se recomienda implementar los siguientes consejos:
- Mantener un consumo moderado. Para adultos sanos, diversas entidades de salud sugieren no superar una o dos bebidas estándar diarias para hombres y una para mujeres.
- Alternar la cerveza con agua u otras bebidas sin alcohol para evitar la deshidratación.
- No consumir cerveza en ayunas, ya que el alcohol se absorbe más rápido y sus efectos se intensifican.
- No combinar con medicamentos ni con otras sustancias que puedan incrementar el riesgo de efectos adversos.
- Evitar el consumo si se tienen antecedentes de enfermedades hepáticas, cardiovasculares, digestivas o dependencia al alcohol.
- Abstenerse completamente durante el embarazo, lactancia o al conducir vehículos o manejar maquinaria.
- Priorizar el consumo de cerveza con bajo contenido alcohólico y revisar la información nutricional.
La clave es la moderación y considerar el contexto personal y de salud antes de consumir cerveza.