El pozole es uno de los platillos mexicanos más populares en el mundo, y uno de los que más gustan tanto por su delicioso sabor como por su carga histórica y cultural. En todo el planeta se ha intentado replicar la receta de esta preparación, muchas veces sin éxito.
Taste Atlas, la enciclopedia gastronómica, coloca al pozole entre los mejores 100 platillos que tiene México para complacer al paladar del mundo, y le coloca la nada despreciable calificación de 4.5 estrellas de 5. Además, describe al plato así:
“El pozole es un guiso espeso y aromático, originario de México, que generalmente se sirve a multitudes en ocasiones especiales y celebraciones como Navidad, bodas o cumpleaños. Su ingrediente principal es el nixtamal o maíz molido, grandes granos de maíz secos que se precocinan en una solución alcalina para ablandarlos”.
Y añaden: “El proceso, conocido como nixtamalización, hace que la solución sea espumosa o potzolli en náhuatl, de ahí el nombre del pozole. Otros ingredientes del plato incluyen una variedad de hierbas, especias y carnes como cerdo, pollo o mariscos, según la región”.
Taste Atlas, además de dar un perfil del plato en cuestión, en este caso el pozole, también da una guía de dónde puedes probarlo. Según esta enciclopedia, el mejor pozole que se puede probar en la Ciudad de México está en la alcaldía Cuauhtémoc.
Se trata de Los Tolucos, un restaurante de la CDMX donde se pueden probar todos los sabores de pozole. La dirección exacta es esta: C. Juan E. Hernández y Davalos 40, Algarín, Cuauhtémoc, 06880 Ciudad de México, CDMX.
Los tipos de pozole mexicano
El pozole es un platillo tradicional mexicano con variantes regionales. Entre los tipos más comunes se encuentran:
- Pozole Rojo: Originario del estado de Jalisco, utiliza chiles como el guajillo y el ancho para darle su característico color rojo. Se elabora con carne de cerdo y se acompaña con lechuga, rábanos, cebolla, orégano y limón.
- Pozole Verde: Popular en Guerrero y el Estado de México, este pozole se prepara con una salsa de tomatillo, chile poblano y cilantro. Generalmente se utiliza pollo en lugar de cerdo y se sirve con lechuga, rábanos y chicharrón.
- Pozole Blanco: Considerado el más sencillo, se destaca por no llevar ningún tipo de chile en su preparación, lo que le da un caldo claro. Es común en estados como Michoacán. Se puede preparar tanto con cerdo como con pollo y se sirve con los mismos acompañamientos que el pozole rojo.
- Pozole de Mariscos: Este es menos tradicional, pero cada vez más popular en regiones costeras. Puede incluir camarones, pulpo, almejas y otros mariscos, en una base que puede ser roja, verde o blanca.
Cada tipo de pozole mantiene el uso del maíz cacahuazintle, que es el ingrediente principal de este platillo.
El origen del pozole
El pozole tiene sus raíces en la época prehispánica, siendo un platillo de gran importancia cultural y ritual para las civilizaciones indígenas, especialmente para los mexicas. Durante ceremonias y festividades religiosas, el pozole se preparaba con maíz cacahuazintle y se mezclaba con carne humana, proveniente de prisioneros sacrificados en rituales. Este acto simbolizaba la comunión con los dioses.
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, la práctica del canibalismo ritual fue erradicada, y se sustituyó la carne humana por carne de cerdo, que tenía una textura similar según los relatos de la época. De esta manera, el pozole comenzó a transformarse en un platillo más cercano a la receta que conocemos hoy.
A lo largo de los siglos, el pozole ha experimentado diversas adaptaciones, variando según las regiones de México. Las diferentes versiones regionales reflejan la riqueza cultural y gastronómica del país, cada una con sus ingredientes y técnicas particulares, pero todas manteniendo la base del maíz cacahuazintle.
En la actualidad, el pozole es un platillo emblemático de México, consumido en celebraciones como el Día de la Independencia y otras festividades importantes. Su evolución refleja no solo la mezcla de tradiciones indígenas y españolas, sino también la capacidad de la cocina mexicana para adaptarse y reinventarse con el paso del tiempo.