Presagios y calendarios: estas eran las prácticas adivinatorias en Mesoamérica antes de la llegada de Hernán Cortés

Expertos señalaron cómo los antiguos mexicanos entendían el futuro

Guardar

Nuevo

La llegada de Cortés a Mesoamérica marcó un cambio que influyó incluso en la percepción que tenían los mexicanos del tiempo y el futuro (INAH)
La llegada de Cortés a Mesoamérica marcó un cambio que influyó incluso en la percepción que tenían los mexicanos del tiempo y el futuro (INAH)

México era un país completamente diferente antes de la llegada de Hernán Cortés y de su conquista en 1521. Los mexicanos de aquel entonces todavía no estaban influenciados por la religión católica, por lo que sus creencias religiosas y prácticas distaban mucho de la fe cristiana que hoy en día sigue presente en nuestra sociedad. Una de estas prácticas era la adivinación.

No obstante, en Mesoamérica también existían fenómenos culturales que trascendieron en el tiempo y hoy son parte esencial de las sociedades, como los calendarios. Los calendarios sirven para medir y organizar el tiempo, y se basan en mucho sentido en el movimiento de los astros.

En el México Antiguo había un calendario que servía como medidor del tiempo y que también funcionaba como instrumento de adivinación: el calendario de 260 días. En este calendario no sólo se marcaban los días, sino también el destino de los mismos, además de que se representaban dioses que podían ser beneficiosos o perjudiciales para la humanidad.

La estructura de este sistema de calendario, que estuvo presente en más de una civilización mesoamericana, fue única y fue una forma en la que los antiguos mexicanos se instruyeron en el conocimiento y comprendieron su alrededor no sólo en el presente, sino también en el futuro.

El calendario adivinatorio de 260 días, presente en varias civilizaciones de Mesoamérica. Foto: INAH
El calendario adivinatorio de 260 días, presente en varias civilizaciones de Mesoamérica. Foto: INAH

Se utilizaba en diversas culturas, incluyendo los mayas, los zapotecos y los mixtecos, con variaciones menores en cada una de ellas. Cada día del calendario tenía un significado y una energía particular, lo cual influía en las actividades cotidianas, ceremonias religiosas y decisiones importantes.

Sabemos del uso de este calendario y de otras prácticas adivinatorias gracias a los códices, documentos coloniales que nos ayudan a conocer mucho de aquel México extinto. Un ejemplo de esto es el Código Borbónico, donde se puede ver ilustrada a una mujer indígena lanzando granos maíz sobre un petate en un claro ejemplo de adivinación del futuro.

Guilhem Olivier, historiador del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala otro tipo de prácticas adivinatorias del México Prehispánico, como la interpretación de los rugidos de los jaguares, la observación de las estrellas y planetas, el estudio de viseras de animales, análisis de huellas de seres humanos sobre ceniza y un montón de otras artes que les permitían interpretar el futuro de su cotidianeidad: el matrimonio, las cosechas y la vida misma de las personas.

A pesar de la llegada de los españoles y de la eliminación de todos estos saberes ancestrales tras instaurarse una nueva forma de entender lo místico a través de la creencia de un dios cristiano y monoteísta, algunos de ellos han sobrevivo al paso del tiempo y se siguen llevando a cabo en ciertas zonas del país.

Las prácticas adivinatorias en el México Antiguo fueron diversas, explicó Guilhem Olivier, historiador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. 
Foto: INAH
Las prácticas adivinatorias en el México Antiguo fueron diversas, explicó Guilhem Olivier, historiador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Foto: INAH

Los presagios del futuro que vio Moctezuma

Según las crónicas históricas, el emperador Moctezuma II interpretó una serie de presagios como señales de la inminente caída de su imperio. Estos presagios, también conocidos como los “Omenes de Moctezuma,” se consideran una mezcla de fenómenos naturales y sucesos extraordinarios.

  • Llama en el Cielo: Se dice que durante una década, la gente de Tenochtitlán vio una llama en el cielo oriental, la cual emitía rayos de luz que llegaban hasta el cielo, semejante a una columna de fuego.
  • Incendio del Templo de Huitzilopochtli: Se reporta que el templo del dios Huitzilopochtli se incendió misteriosamente sin alguna causa aparente.
  • Rayo en el Templo de Xiuhtecuhtli: Un rayo cayó sobre el templo dedicado a Xiuhtecuhtli, el dios del fuego, causando destrucción sin que se escuchara el trueno.
  • Lluvia de Fuego: Según las crónicas, hubo una lluvia de piedras candentes similar a una lluvia de chispas.
  • Huracán en el Lago de Texcoco: El agua del lago de Texcoco se levantó y produjo una especie de maremoto, inundando casas y derribando edificaciones.
  • La Voz de una Llorona: Se dice que se escuchó la voz de una mujer llorando en la noche, lamentándose por el destino de sus hijos. Esta lamentación fue interpretada como un mal presagio.
  • Aparición de Seres Monstruosos: Fueron vistas criaturas con dos cabezas en la ciudad, las cuales desaparecían después de ser presentadas ante Moctezuma.
  • Espejo en el Pájaro: Moctezuma observó lo que podría haber sido un espejo en la cresta de un ave. En el reflejo, afirmó haber visto a hombres extraños llegando, interpretados como los conquistadores españoles.

Estos presagios contribuyeron a un clima de incertidumbre y temor en el imperio mexica. Moctezuma, influenciado por estas señales, se preparó para lo que interpretó como el cumplimiento de antiguas profecías, justo en el momento en que Hernán Cortés y sus hombres arribaban a las costas mexicanas.

Guardar

Nuevo