Auroras boreales en México no son nuevas: la vez que la CDMX presenció el fenómeno hace 165 años

En 1989 auroras boreales de color rojizo fueron visibles no sólo en las entidades del norte del país, sino también en la capital; ésta fue la razón y así fue inmortalizado el hecho

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Aurora boreal en Sinaloa foto: X/@LAstrociencia
Aurora boreal en Sinaloa foto: X/@LAstrociencia

Durante la noche del 10 de mayo y la madrugada de este sábado, decenas de habitantes del norte de México fueron testigos de un fenómeno que tenía años sin registrarse en el país: auroras boreales.

El hecho que ha acaparado la atención de todo el mundo ocurrió luego de que, tal y como lo pronosticó la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), una fuerte tormenta geomagnética impactó a la Tierra, lo que ocasionó que las también llamadas ‘luces del norte’ fueran visibles en partes del planeta donde normalmente no se presentan.

Algunos de los países que pudieron captar este evento a través de impresionantes fotografías, incluso sin la necesidad de un equipo especializado, fueron Reino Unido, Argentina, Alemania, Ucrania, Suiza, España, Canadá y Estados Unidos.

En México, el fenómeno luminoso también fue perceptible en entidades como Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Jalisco, Sinaloa, Nayarit, Zacatecas e incluso Oaxaca y Yucatán ―aunque en estos últimos si fue necesario equipo fotográfico y el uso de cámaras en larga exposición―.

Tras los hechos, cientos de usuarios en redes sociales han cuestionado si es posible que en la Ciudad de México se presencie este fenómeno, llevándose una fuerte decepción, toda vez que la ubicación geográfica de la capital y la alta contaminación lumínica dificultan que esto suceda. La única ocasión en la que la CDMX presenció auroras boreales ocurrió hace 165 años. Ésta fue la razón.

Fotografía de una Aurora Boreal frente a la escultura "Another Place' de Anthony Gormley en Crosby, (Reino Unido). EFE/ADAM VAUGHAN
Fotografía de una Aurora Boreal frente a la escultura "Another Place' de Anthony Gormley en Crosby, (Reino Unido). EFE/ADAM VAUGHAN

1859, el año en el que la CDMX presenció auroras boreales

De acuerdo con registros del periódico La Sociedad, disponibles en la Hemeroteca Nacional Digital de México (HNDM), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la CDMX fue testigo de auroras boreales de color rojizo el 2 de septiembre de 1859.

La publicación del periódico ya citado, con fecha del 3 de septiembre de 1859, refiere que estudiantes del Colegio Nacional de Minería presenciaron y estudiaron el fenómeno.

“Entre una y dos de la mañana de ayer, el director y los alumnos de la clase de astronomía del Colegio Nacional de Minería presenciaban desde su observatorio el espléndido meteoro tan raro en presentarse a nuestra corta latitud: una aurora boreal, o con más propiedad, una aurora polar”, se lee.

Aunque La Sociedad no explicó la razón, la presencia de auroras boreales en la capital del país fue posible gracias al Evento Carrington, considerado la tormenta solar más potente registrada en la historia.

Fue nombrado así en honor al astrónomo inglés Richard Carrington, quien observó y describió la gigantesca llamarada solar. Este fenómeno se caracterizó por su capacidad de afectar las comunicaciones y tecnologías de la época a nivel mundial.

auroras boreales (X: @AlertaMundoNews)
auroras boreales (X: @AlertaMundoNews)

Evento Carrington, la tormenta solar más potente en la historia

Todo comenzó el 1 de septiembre de 1859, cuando Carrington y su colega, Richard Hodgson, observaron manchas brillantes en el Sol, las cuales resultaron ser una liberación masiva de energía solar.

La velocidad y fuerza de esta eyección de masa coronal (CME) causaron serias perturbaciones en el recién desarrollado sistema de telégrafo. A lo largo de Europa y Norteamérica, las líneas telegráficas sufrieron fallas; algunas estaciones experimentaron cortocircuitos e incluso se reportaron incendios en las oficinas de telégrafos debido a la intensidad del evento.

01/09/2020 Mancha oscura en el Sol, correspondiente a la tormenta solar de septiembre de 1859, descrita por el astrónomo Richard C. Carrington.
POLITICA INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA
DOMINIO PÚBLICO
01/09/2020 Mancha oscura en el Sol, correspondiente a la tormenta solar de septiembre de 1859, descrita por el astrónomo Richard C. Carrington. POLITICA INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA DOMINIO PÚBLICO

Aunque ha habido otras tormentas solares significativas desde entonces, ninguna ha alcanzado la magnitud del Evento Carrington.

México, al igual que muchas otras partes del mundo, se vio potencialmente afectado por las manifestaciones visuales de la tormenta solar. Sin embargo, los registros históricos son limitados, principalmente debido al nivel de desarrollo tecnológico y la infraestructura de comunicaciones existente en esa época en el país.

Científicos y expertos en el espacio continúan monitoreando la actividad solar, buscando entender mejor estos fenómenos y desarrollar sistemas de alerta temprana para minimizar los potenciales daños de futuras tormentas solares.

¿Por qué se producen las auroras boreales?

Las auroras boreales son fenómenos luminosos que ocurren cuando las partículas cargadas eléctricamente desde el Sol chocan con la atmósfera terrestre.

Este espectáculo de luces se produce principalmente debido a las tormentas solares. Cuando el ‘rey astro’ emite una gran cantidad de partículas cargadas, conocidas como viento solar, estas viajan a través del espacio y llegan a la Tierra. Al acercarse, son guiadas por el campo magnético terrestre, específicamente a las regiones polares.

Este proceso genera variaciones de color, desde verdes y azules hasta violetas y rojas, dependiendo del tipo de gas con el que las partículas colisionan y la altitud a la que se producen estas colisiones.

Las auroras boreales son un espectáculo predominante en zonas cercanas a los polos, siendo visible principalmente desde el Ártico y zonas subárticas. Algunos de los mejores lugares del mundo para observar este fenómeno incluyen Noruega, Suecia, Finlandia, Islandia, el norte de Canadá, y Alaska.

Sin embargo, durante periodos de máxima actividad solar, las auroras pueden ser vistas más al sur, expandiendo su espectáculo a latitudes más bajas de lo habitual.

Reine, en Noruega (Shutterstock).
Reine, en Noruega (Shutterstock).
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