Estos son los síntomas que puedes tener si usas espirulina por primera vez

La espirulina es un tipo de cianobacteria, conocida científicamente como Arthrospira platensis y Arthrospira maxima. Se encuentra de forma natural en lagos alcalinos de agua dulce en regiones cálidas y es cultivada en todo el mundo para su uso como suplemento nutricional. Se le considera un “superalimento” debido a su excepcional perfil nutricional y beneficios para la salud.

Sin embargo, cuando la espirulina se toma por primera vez se deben tener ciertas precauciones debido a que una de sus propiedades es ayudar al cuerpo a desintoxicarse y eliminar metales pesados, lo cual puede causar síntomas poco agradables que pueden desincentivar su consumo.

Es por ello que algunos especialistas recomiendan empezar a tomar la espirulina poco a poco y con dosis bajas, ya sea de media a una cucharada y observar cómo reacciona el cuerpo.

Y es que el proceso de desintoxicación o bien lo elevado de sus nutrientes puede llegar a causar descompensaciones; entre algunos de los síntomas que pueden derivar de ello son dolores de cabeza o náuseas, efectos que pueden prevenirse iniciando con una dosis baja. En algunos casos también puede presentarse insomnio, erupciones en la piel, sed o estreñimiento.

Si después de tomar media cucharada te sientes bien puedes aumentar a una y posteriormente a dos al día siempre monitoreando la reacción de tu cuerpo. Y es que además de una descompensación, estos síntomas también pueden ser resultado de una alergia.

E una persona que suele ser propensa a tener alergia a diversos alimentos debes estar atento a la presencia de cualquier síntoma molesto tras su consumo y en caso de presentar algún malestar suspender su ingesta.

Sin embargo, si no presentan alergias y después de ir subiendo la dosis de consumo tu cuerpo responde bien, ten por seguro que su consumo tendrá muchos beneficios para tu salud, entre los cuales se encuentran los siguientes:

• Alto contenido nutricional: La espirulina es rica en proteínas de alta calidad (contiene todos los aminoácidos esenciales), vitaminas (incluyendo B1, B2, B3, B6, B9, y A), minerales (como hierro, magnesio, calcio y potasio), ácidos grasos esenciales y pigmentos como la clorofila y ficocianina, que tienen propiedades antioxidantes.
• Propiedades antioxidantes y antiinflamatorias: Gracias a su contenido de antioxidantes, como la ficocianina, la espirulina ayuda a combatir el estrés oxidativo y puede reducir la inflamación en el cuerpo.
• Apoyo al sistema inmunológico: Algunos estudios sugieren que la espirulina puede mejorar la función inmune, ayudando a proteger el cuerpo contra infecciones.
• Beneficios cardiovasculares: La inclusión de espirulina en la dieta puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL (“malo”) y triglicéridos, mientras incrementa el colesterol HDL (“bueno”). También ha mostrado potencial para reducir la presión arterial.
• Control de azúcar en sangre: La espirulina puede ayudar a bajar los niveles de azúcar en sangre, lo que es beneficioso especialmente para personas con diabetes tipo 2.
• Propiedades desintoxicantes: Su contenido de clorofila ayuda a purificar la sangre y facilita la eliminación de toxinas del cuerpo.
• Apoyo al control de peso: La espirulina puede promover la saciedad, lo que ayuda a controlar el apetito y puede ser un complemento en planes de pérdida de peso.
• Mejora de la resistencia y fatiga: Algunos deportistas utilizan espirulina como complemento para mejorar la resistencia y reducir la sensación de fatiga, debido a su alto contenido proteico y su capacidad para mejorar el metabolismo.

Cabe mencionar que otra recomendación para un consumo saludable de espirulina es investigar que provenga de fuentes confiables para evitar la contaminación con metales pesados o bacterias. Para mayor seguridad también se recomienda que antes de incluir la espirulina o cualquier suplemento en la dieta se consulte a un profesional de la salud.