Éste era el centro comercial favorito de Gabriel García Márquez en la CDMX

El reconocido escritor colombiano, Gabriel García Márquez, dejó en la memoria de sus fanáticos la visita que tuvo el lunes 30 de septiembre del 2013 disfrutando de un agradable día en un centro comercial ubicado al sur de la CDMX, donde disfrutó de dos de sus actividades favoritas: leer un libro y comer helado de vainilla.

El laureado autor de “Cien años de soledad” interactuó de manera cordial con sus seguidores, mostrándose sonriente y accesible al posar para fotografías, especialmente con sus admiradoras dejando ver el aprecio que tiene por la gente mexicana.

Vestimenta casual pero elegante, con una camisa color crema, un saco gris de lana a cuadros y sin corbata, el escritor de 86 años, caminó por los pasillos del recinto comercial, apenas un día después de haber inaugurado un boliche en Santa Fe, acompañado por su esposa, familiares y amigos.

Durante su visita, García Márquez no solo disfrutó de la gastronomía local, saboreando algunos platillos acompañados de una copa de vino tinto, sino que también dedicó tiempo a atender a aquellos que se acercaron solicitando un autógrafo o capturar el momento con sus cámaras.

Este avistamiento de García Márquez fue particularmente notable dado que el nobel colombiano estuvo ausente de actos públicos durante varios meses, pero a pesar de su bajo perfil reciente, fuentes cercanas al escritor indicaron que en ese momento se encontraba en “buen estado de salud” y que su buen ánimo era evidente.

De acuerdo con su historial de más de 50 años viviendo en la capital de México, no era una persona que le gustara separarse de su zona de confort, por lo que era muy común verlo paseando en el histórico Perisur pues le quedaba a más o menos 10 minutos de su casa, ubicada en Jardines del Pedregal.

Uno de sus lugares preferidos para pasar la tarde era, sin duda, a librería El Péndulo en donde también tenía la opción de tomar un delicioso capuchino o algún refrigerio, lugar que incluso visitaba hasta dos veces al mes.

Era muy común verlo disfrutar de una buena comida al mismo tiempo que era asediado por sus fanáticos quienes se percataban de su presencia, pero por el respeto que le tenían lo dejaban terminar sus alimentos antes de pedirle una fotografía o que les firmara sus libros.

Otro de los lugares que más frecuentaba “Gabo” era la heladería Häagen-Dazs en donde se dice que se portaba de manera amable con todo el personal y ellos tomaban la orden de su asistente quien, al estar enterado de su debilidad auditiva, era el encargado de pedir vainilla para el escritor y frambuesa para él.

Sin embargo, lo que más llamaba la atención era que el colombiano nunca pagaba por este postre, pero no porque no quisiera o no tuviera los recursos para hacerlo, sino que era tan admirado y conocido en la zona que casi siempre alguien terminaba pagando por él.

La Plaza Perisur, un icónico centro comercial ubicado al sur de la Ciudad de México, abrió sus puertas al público en 1980, convirtiéndose en uno de los primeros establecimientos de su tipo en el país y marcando un antes y un después en la dinámica comercial y social de la zona. Este desarrollo fue iniciativa del grupo Danhos, una empresa con una amplia trayectoria en el desarrollo de proyectos inmobiliarios de gran escala en México.

Desde su inauguración, Perisur se distinguió por su diseño innovador y por ofrecer una amplia variedad de tiendas, algunas de ellas marcas internacionales que hacían su debut en el mercado mexicano, atrayendo a una gran cantidad de visitantes no solo de la Ciudad de México sino de otros estados. Con el tiempo, se ha consolidado como un centro de compra, entretenimiento y gastronomía, convirtiéndose en un punto de referencia para los habitantes de la capital y sus alrededores.

A lo largo de los años, Perisur ha experimentado diversas ampliaciones y remodelaciones que le han permitido adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores y las tendencias del mercado. Esto incluye la incorporación de un moderno complejo de cines, una amplia zona de restaurantes con una variada oferta culinaria, y espacios para eventos culturales y sociales.

La plaza también ha sido testigo del crecimiento y desarrollo urbanístico del sur de la Ciudad de México, estimulando la aparición de otros centros comerciales y proyectos residenciales en la zona, y contribuyendo a su vez a la revalorización del área.

Perisur no solo ha marcado un hito en la historia comercial de la Ciudad de México sino que también ha jugado un papel importante en el aspecto social, siendo escenario de encuentros, eventos y momentos significativos para muchas personas. Con el paso del tiempo, ha logrado mantenerse como uno de los centros comerciales más importantes y visitados de la capital, adaptándose a los cambios sin perder su esencia y relevancia.