La mentalidad de escasez y sus consecuencias en nuestras finanzas

COLUMNA INVITADA I Las empresas usan trucos para para darnos la sensación de que podríamos perdernos “la oportunidad” de no obtener un artículo haciéndonos víctimas de la mercadotecnia y llevarnos a la pobreza

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Claudine Moya Ponce, académica de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana (Infobae)
Claudine Moya Ponce, académica de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana (Infobae)

Hacer conciencia sobre la escasez de tiempo o dinero, tiene repercusiones, tanto positivas como negativas en nuestras decisiones. Naturalmente, esto también atañe a nuestras finanzas. Delimitar nuestro tiempo, mediante fechas o límites de entrega, nos hace más productivos porque nos ayuda a enfocarnos, pero también nos puede llevar a gastar más.

Las empresas obtienen cuantiosos beneficios al motivar nuestra compra, agregando leyendas como: “sólo quedan 2 productos” o “vigencia al ____”. Ni siquiera nos cuestionamos si es un truco, simplemente la sensación de no poder obtener dicho artículo (sensación de escasez), hace que reaccionemos de manera automática y pasemos por alto otras consideraciones: ¿lo necesito, me alcanza?

¿Por qué caemos en la trampa?

La escasez nos genera sentido de urgencia -real o ficticio- y, en respuesta, nuestra mente inhibe toda distracción o consideración que compita con la meta (atender la urgencia). A este fenómeno de excesiva atención en lo que se percibe como urgente, se le llama visión de túnel.

La visión de túnel distorsiona la evaluación de costos y beneficios: magnifica el costo de, por ejemplo, no poder adquirir el producto y minimiza el beneficio de cubrir verdaderas necesidades futuras (ahorrar). Se activa lo más básico e instintivo del ser humano de mitigar el peligro (escasez) y se inhibe el pensamiento racional (análisis costo-beneficio).

Gastos hormiga. (Foto: Infobae)
Gastos hormiga. (Foto: Infobae)

Nuestra mente se enfoca en comprar el artículo e ignora cualquier pensamiento en contrario. En consecuencia, compramos lo que no necesitamos y sacrificamos metas importantes como ahorrar, pagar la colegiatura a tiempo o estudiar un posgrado. Se ignoran porque no atenúan o mitigan la presente sensación de escasez; no son urgentes.

¿Cómo afecta nuestras finanzas?

La visión de túnel, que surge a partir de la sensación de escasez, no sólo nos hace víctimas de la mercadotecnia, también hace que tomemos decisiones que nos pueden llevar, literalmente, a la pobreza.

El mejor ejemplo de lo anterior es no contratar seguros o no ahorrar. Vemos lejana la posibilidad de una enfermedad, accidente o la propia vejez, lo que equivale a no tener fecha de expiración o límite. Sin embargo, un accidente o enfermedad grave puede costar cientos de miles de pesos y se pierden patrimonios familiares en huracanes y temblores. Ya ni qué decir de no ahorrar para la vejez.

Es común que no nos prevengamos económicamente para la vejez o enfermedad EFE/Archivo
Es común que no nos prevengamos económicamente para la vejez o enfermedad EFE/Archivo

Si yo le pregunto a usted por qué no contrata un seguro para auto o cualquier otro, lo más probable es que me responda que no tiene dinero o que tiene prioridades mayores, que destinar dinero para algo que quizá no ocurra. Incluso no faltará quien diga: “cuando ocurra, ya veremos”.

Habrá que preguntar a nuestros hermanos acapulqueños si realmente vale decir “ya veremos”.

¿Quiénes se repondrán más rápido: quienes tenían seguro de vivienda/negocio o quienes no?

Casi todos nos quejamos de que nuestro sueldo no nos alcanza, lo que genera la sensación de escasez. Pero, hagamos cuentas: según la Profeco, los gastos hormiga de los mexicanos están entre $73 y $133 pesos DIARIOS (1) en promedio. Si tomamos 360 días por año, estamos hablando de $26,280 a $47,880 POR PERSONA. Y sólo hablamos de gastos hormiga, también habría que considerar gastos no necesarios o gastos por impulso.

Un seguro de auto de cobertura limitada (incluye responsabilidad civil, más no robo), tiene un costo anual desde $7,000 pesos (2). Un seguro de gastos médicos mayores, para una familia de tres integrantes (los padres en sus treintas), deducible alto y suma asegurada alta, cuesta desde $32,000 al año -monto que puede reducirse con una suma asegurada menor-.

Quien pueda permitirse casi $50 mil pesos de gastos hormiga al año, bien puede destinar ese dinero a cualquier otra cosa que incremente su patrimonio o le evite perderlo.

8 de cada 10 hoteles en Acapulco no estaban preparados para un huracán categoría 5 como lo fue Otis, a pesar de que la temporada de huracanes en el Pacífico es el doble que en el Atlántico y en el Golfo (AP Foto/Marco Ugarte)
8 de cada 10 hoteles en Acapulco no estaban preparados para un huracán categoría 5 como lo fue Otis, a pesar de que la temporada de huracanes en el Pacífico es el doble que en el Atlántico y en el Golfo (AP Foto/Marco Ugarte)

¿Cómo evitar la mentalidad de escasez?

Si bien no puede evitarse del todo, los expertos 3 sugieren meter al túnel aquello que la mente dejó fuera, es decir, lo que se ignora porque es importante más no urgente. Al meter algo al túnel, nuestra mente se verá obligada a considerarlo dentro de la decisión y, con ello, se disminuye la posibilidad de hacer un gasto indebido. La manera de hacerlo es tomar decisiones con base en un presupuesto y utilizar recordatorios.

Así como el que tiene deudas no las olvida porque el Banco o prestamista se encarga de recordarle lo que debe, usted debe asegurarse de no perder de vista -meter en el túnel- aquello para lo que está ahorrando; es decir, sus metas y proyectos. Téngalas en su cartera, en su escritorio y en la pared donde pegue su presupuesto, para verlas cada vez que quiera sacar la tarjeta o billete para comprar algo por impulso o por sentimiento de escasez.

El presupuesto, por su parte, le permite prever sus gastos (saber qué y cuándo), así como formular metas de ahorro realistas. Con ello tendrá un mayor control y evitar castillos en el aire.

No garantizo que lo logre a la primera, pues se trata de un entrenamiento mental; de forzar a su cerebro a no sólo ver lo urgente, sino a considerar lo importante, aunque no sea urgente. El objetivo es meter en la ecuación, poner en la mesa, aquello que perderá o dejará de obtener si toma malas decisiones financieras. Es cuestión de hábito y de práctica.

1 Saldaña, I. (2023) Gastos hormiga: entre café, refresco y otros antojitos, esto gastan los mexicanos al mes. Consultado de:

2 CONDUSEF (2023) CONDUSEF simuladores. Consultado de: https://www.condusef.gob.mx/?p=simuladores

3 Mullainathan, S. & Shafir, E. (2014). Escasez: ¿por qué tener muy poco significa tanto?: Fondo de Cultura Económica.

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