La batalla entre el PRI y el Grupo Atlacomulco que pudo cambiar la historia de Edomex

El Estado de México, desde que concluyó la Revolución Mexicana, ha sido gobernado por el Revolucionario Institucional

Compartir
Compartir articulo
El Estado de México siempre se erigió como el bastión del PRI (Mediateca INAH)
El Estado de México siempre se erigió como el bastión del PRI (Mediateca INAH)

El Grupo Atlacomulco es popularmente conocido como una de las facciones más poderosas al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Estado de México (Edomex), aunque nunca ha sido reconocida oficialmente su existencia; sin embargo, aunque logró llevar a un supuesto integrante a la Presidencia de la República —Enrique Peña Nieto—, existió un proceso electoral en el que presuntamente estuvo a punto de destruirse.

Dos de los personajes más influyentes del posible grupo fueron los exgobernadores Carlos Hank González —1969-1975— y Alfredo del Mazo González —1981-1986—; aunque poco se conoce, existió un punto de tensión que estuvo a punto de romper dicha organización, lo cual habría cambiado la historia de la entidad que, hasta la fecha, se ha mantenido como un bastión del tricolor.

La anécdota fue recabada por el académico de la UNAM Álvaro Arreola Ayala en su texto 1981: Elecciones en el Estado de México, en la cual recordó cómo se desarrolló el proceso de designación del candidato a la gubernatura del estado, mismo en el que se barajearon otros nombres más allá del hijo de Alfredo del Mazo Vélez, el primer gobernador por el PRI.

Varios miembros del Grupo Atlacomulco han sido gobernadores del Estado de México (Infobae México/Jesús Abraham Avilés Ortiz)
Varios miembros del Grupo Atlacomulco han sido gobernadores del Estado de México (Infobae México/Jesús Abraham Avilés Ortiz)

Antes de entrar en materia, es importante mencionar que a finales de los años sesenta e inicios de los setenta, el Edomex comenzó a erigirse como una de las entidades más importantes de México, solo por detrás de la capital del país, el entonces Distrito Federal, además, de acuerdo al doctor en Historia, dicha transformación volvió al territorio como uno que no necesitaba el apoyo de la administración federal.

Como ya se había hecho costumbre, aunque parecía un secreto a voces, a inicios de los ochenta comenzó el proceso para renovar la titularidad del ejecutivo local, en la cual se buscaba que algún priista destacado representara al partido que se fundó en 1929, se pensaba que podría ser miembro de dicha agrupación.

En aquellos años, el Edomex era gobernador por Jorge Jiménez Cantú; no obstante, el doctor Gustavo Baz era uno de los personajes que mayor influencia tenía en el Estado, por lo que expresó que existían 35 destacados cuadros que podrían competir en los comicios estatales.

“A la vez, el dr. Baz externaba su deseo de que el sustituto fuese un hombre que ‘tuviera’ un gran conocimiento de los problemas que afectan a esa comunidad o, de lo contrario, se podría frenar el desarrollo de la entidad”
Alfredo del Mazo es el actual gobernador del Estado de México, al igual que lo fue su padre y su abuelo (Infobae México/Jesús Abraham Avilés Ortiz)
Alfredo del Mazo es el actual gobernador del Estado de México, al igual que lo fue su padre y su abuelo (Infobae México/Jesús Abraham Avilés Ortiz)

Con base en lo que se menciona en el texto, pese a que se refería a más de 30 priistas, en realidad los candidatos más viables para el Grupo Atlacomulco serían Enrique Jacobo Soriano, Juan Monroy Pérez, Román Ferrat Solá, Ignacio Pichardo Pagaza, Julián Díaz Arias y Humberto Lira Mora, los cuales pertenecían al grupo de Carlos Hank González.

Sin embargo, dicha lista estaba dejando a un lado a personajes con “arraigo en la entidad”, razón por la cual se comenzó a palpar un descontento al interior del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), lo que llevó a que el entonces dirigente nacional Gustavo Carvajal tuviera que intervenir en el proceso.

“Las fuertes presiones del grupo por consolidar más aún el continuismo político de la entidad hicieron visible una de las funciones del partido oficial: equilibrar ante todo los diversos intereses y presiones de los poderes locales y regionales, tratando de ocultar y limar los conflictos potenciales internos del partido para evitar escisiones o separaciones”

Lo anterior llevó a que desde la Dirigencia Nacional se asignara a seis precandidatos: Román Ferrat Solá, Juan Monroy Pérez, Antonio Huitrón, Carlos Riva Palacio, Alfredo del Mazo González y Mario C. Olivera.

Carlos Hank González (izquierda) apareció en la final de futbol mexicano con César Camacho Quiroz gobernador del Edo. de México (Archivo)
Carlos Hank González (izquierda) apareció en la final de futbol mexicano con César Camacho Quiroz gobernador del Edo. de México (Archivo)

Debido a que las presuntas disputas internas comenzaron a aumentar, la designación del candidato recayó en el presidente José López Portillo, quien se decantó por Del Mazo González que, aunque parecía cercano al grupo, en realidad estaba alejado de la política del Edomex, pues había iniciado su carrera en el Distrito Federal, aunque fue difícil de creer, la decisión fue unánime, es decir, que no hubo disputas, por lo que se señaló de nueva cuenta la lealtad del partido.

“Con la designación del candidato que sustituiría a Jorge Jiménez Cantú en el gobierno del Estado de México, el sistema presidencial mexicano reconoció un hecho inocultable: la existencia de un grupo político que trató de disputarle una decisión hasta ahora reservada para sí”, se pudo leer en el texto del integrante del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

Pese a lo anterior, días después, Carlos Hank González acudió a las oficinas centrales del PRI a “refrendar nuestra militancia”, es decir, se comprobó que la lealtad al partido estuvo por encima de las decisiones para la entidad. A la postre, Del Mazo González ganó la gubernatura, pero en su equipo tuvo personas tanto del CEN como del Grupo Atlacomulco, con lo cual se afianzó el poder partidista.