Estados Unidos ha presentado docenas de exigencias en el marco de las negociaciones comerciales que mantiene con Canadá y México, según confirmó Mark Carney, el primer ministro canadiense, durante una rueda de prensa en Ottawa.
La administración estadounidense, encabezada por el presidente Donald Trump, enumeró al menos 54 puntos específicos que busca tratar con México, lo que reafirma la complejidad y el alcance de las discusiones que afectan a los principales socios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El primer ministro Carney explicó que, en las conversaciones en curso, cada país ha presentado temas prioritarios, aunque destacó que Estados Unidos ha planteado un número especialmente alto de asuntos pendientes.
Entre estos sobresale el interés estadounidense por eliminar o reducir el sistema de gestión regulada de la producción agrícola de Canadá, un mecanismo que ha sido motivo de fricción bilateral desde la implementación del acuerdo comercial.
El sistema canadiense de gestión regulada, vigente desde hace cinco décadas y contemplado en los lineamientos del T-MEC, limita el ingreso de productos lácteos estadounidenses sin aranceles hasta un 3,5% de la demanda canadiense.
Esta normativa, defendida tanto por el actual primer ministro como por el sector industrial de Quebec, ha encontrado un fuerte rechazo por parte de la administración Trump, que acusa a Canadá de aplicar aranceles de hasta 400% a productos lácteos originarios de Estados Unidos.
El debate sobre el mercado de productos lácteos es uno de los principales ejes del desacuerdo. Según detalló la cadena CBC News, el representante comercial estadounidense Jamieson Greer informó el miércoles ante legisladores en Estados Unidos que la extensión del acuerdo CUSMA (nombre en inglés del T-MEC) dependerá de que se revisen “cuestiones específicas y estructurales”.
Además, advirtió que la posición estadounidense se basa en exigir un mayor acceso para sus productos lácteos al mercado canadiense y en cuestionar la forma en que Canadá asigna las cuotas de importación sin aranceles, así como la exportación internacional de proteína láctea producida en Canadá.
El interés estadounidense por reformar el sistema agrícola de Canadá se extiende a otras áreas sensibles, como las políticas gubernamentales sobre cultura y medios de comunicación, además de los aranceles aplicados sobre acero, aluminio y energía canadienses.
El contexto de las negociaciones añade complejidad a la situación. Datos de la agencia EFE indican que, en octubre, Canadá y Estados Unidos estuvieron cerca de alcanzar un acuerdo sobre los aranceles impuestos por Washington al acero canadiense, que llegaron al 50%.
Sin embargo, la emisión de anuncios televisivos por parte del gobierno canadiense en Estados Unidos, en los que se criticaban dichos aranceles, interrumpió el proceso. El presidente Trump, tras esa acción, decidió suspender el diálogo bilateral y se ha mantenido renuente a retomar el contacto, pese a los esfuerzos canadienses por reactivar las conversaciones.
La revisión formal del T-MEC está programada para iniciar el próximo año, momento en que los tres países podrán decidir si extienden el acuerdo más allá de 2036, según recordó CBC News.
(Con información de EFE)