Redención de Alcaraz ante Aliassime para alcanzar los octavos en Indian Wells

El murciano deja atrás los nervios y dudas de su debut y pasa por encima del canadiense que en su día fue un hueso duro de roer para él

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El español Carlos Alcaraz, durante un partido de Indian Wells ante el canadiense Felix Auger-Aliassime (EFE).
El español Carlos Alcaraz, durante un partido de Indian Wells ante el canadiense Felix Auger-Aliassime (EFE).

A Carlos Alcaraz le van los escenarios grandes. Ya sea por la envergadura del torneo o por la montaña a coronar. Y ante Aliassime culminó un voluminoso ocho mil en el que el propio Carlitos era su peor enemigo. “Estaba nervioso en el primer set. Eso me hace en algunos puntos moverme diferente o con menos energía. En el segundo y tercer set, fue totalmente diferente. Me mantuve o me alejé, traté de ser yo mismo con mucha energía, pegando buenos golpes, moviéndome bien”, aseguró tras su trabajada victoria en el debut de Indian Wells. Y en la siguiente ronda, ante un tenista peligroso, se cobró su redención al pasar por encima (2-6 y 3-6) de él.

Hubo un tiempo no demasiado lejano en el que Felix Auger-Aliassime era un rival de cuidado, un joven con gran abanico de golpes y notable proyección en el circuito. De hecho, es uno de los pocos jugadores que aún conserva un balance favorable en el cara a cara con Carlitos. Aún puede presumir de haber sido, de momento, el único tenista capaz de ganarle en sus tres primeros enfrentamientos. El canadiense fue una piedra en el camino inicial del español en el circuito. Hasta que el año pasado, en los cuartos de final de Indian Wells, Carlitos le perdió el respeto.

Ni rastro de lo que fue

Hoy en día, el todavía joven tenista canadiense -que llegó al top 6 y disputó unas semifinales del Abierto de Estados Unidos- ha caído hasta el puesto 31º después de perder mucho protagonismo. Los problemas físicos y la debilidad de un revés que no responde a su potencial detuvieron el impulso que tomó en el otoño de 2022, cuando encadenó una racha de 16 victorias y tres títulos consecutivos, en Florencia, Amberes y Basilea. Precisamente por la fragilidad en el revés -12 errores no forzados- empezó la victoria de Alcaraz, que sólo se fía de su plan: atacar los servicios y no permitirle sacar el drive a pasear.

Alcaraz en su debut en Indian Wells (BNP Paribas Open)
Alcaraz en su debut en Indian Wells (BNP Paribas Open)

El tenista de El Palmar ganó el sorteo y eligió restar, como siempre hace. Y a los 18 minutos ya había aprovechado su primera pelota de break tras una derecha de su adversario que se marchó al pasillo de dobles. Defendió su rotura con holgura hasta el final de la primera manga. Ni siquiera le tembló el pulso cuando el canadiense se acercó con una opción de rotura con 5-2 y saque. Dos buenos servicios y puño en alto porque ya se ha adaptado el murciano a jugar también estos puntos importantes. Carlitos leyó el partido de maravilla.

Sentencia por la vía rápida

Abrió sus servicios, restó ofensivamente y se mantuvo concentrado siempre. “Puse casi cada resto dentro. Estuve mejor que él desde el fondo, me moví bien y fui agresivo, con pocos fallos. Un partido casi perfecto para mí”, analizó posteriormente. ”Tranquilo”, le pedían desde su palco, con el recuerdo de lo ocurrido en primera ronda y consciente de que en ocasiones Alcaraz es su peor enemigo. Aunque ante Aliassime no abdicó en ningún momento. Todo lo trabado que fue su debut contrasta con la agilidad exhibida este domingo.

Y tras sellar el primer set, sentenció por la vía rápida. Un break en el primer juego de la segunda manga y un par de puntos consolidaron la victoria. Porque mientras Alcaraz leía fácil el partido, veloz en los desplazamientos y alegre en los golpeos, a Aliassime se le trababa más. Incapaz de conectar con su revés, de enlazar más de dos puntos seguidos, asegurar su servicio -cinco dobles faltas- y con déficit de confianza apabullante. Alcaraz venció por partida doble, a su rival y a sí mismo. Ni rastro de los nervios y desconexiones de su debut. Ocho mil conquistado y la corona de Indian Wells, intacta. La abdicación no es opción.

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