El debate entre monarquía y república en la política de hoy: ¿necesario o prescindible?

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Ruth del Moral

Madrid, 15 jun (EFE).- Cuando se cumplen diez años del reinado de Felipe VI los partidos políticos remarcan sus posiciones frente a la Corona y mientras las grandes formaciones, como PP y PSOE, no ven prioritario abrir un debate sobre el modelo de Jefatura de Estado, los partidos de izquierda y los independentistas ven la hora de convocar un referéndum y pedir opinión a los españoles.

Por el Congreso de los Diputados han pasado tradicionalmente decenas de iniciativas que instan no solo a la transparencia y rendición de cuentas de la Casa Real, sino también a eliminar la inviolabilidad que tiene el rey ante actos ilícitos personales.

Ahora en el marco del décimo aniversario de la proclamación del rey los socios de investidura de Sánchez apuestan por volver a abrir el debate entre monarquía o república que impulsaron al principio del reinado de Felipe VI, y que parecía haber decaído.

Un debate que, sin embargo, PP y PSOE no ven necesario.

Estas son las valoraciones de los portavoces políticos del Congreso:

Felipe VI es una muestra de lo que debe ser una monarquía contemporánea y adaptada a los tiempos, compatible con el avance en derechos y libertades y con el progreso colectivo de nuestro país.

El debate sobre monarquía o república es absolutamente normal, aunque creemos que en estos momentos no forma parte de manera importante de la conversación pública porque no está entre las prioridades que tiene hoy la sociedad.

Monarquía y Constitución van indisolublemente unidas. Reconocemos a Felipe VI su encomiable labor en la defensa de la democracia y de la unidad de España. En sus primeros diez años ha encarado grandes desafíos y siempre ha estado a la altura que requiere su cargo. Su papel fue impecable ante el desafío independentista.

La inmensa mayoría de los españoles no cuestiona el modelo de Jefatura del Estado. Resulta inquietante que se retomen debates ya superados. Los padres de la Constitución lo dejaron claro, la monarquía está por encima de ideologías.

La figura y el reinado de Felipe VI cuentan con una gran valoración sobre todo desde  aquel 3 de octubre de 2017, con su crucial discurso contra el golpe de Estado que se había producido en Cataluña.

El debate en España no es hoy 'monarquía o república' sino que debe ser cómo proteger las instituciones como la Corona o la administración de Justicia, actualmente acosadas por el Gobierno de Sánchez.

El reinado de Felipe VI tuvo prácticamente como hito inicial el discurso del 3 de octubre del 2017, que fue el frontispicio institucional del “a por ellos”. Desde entonces, el uso de la figura del monarca por parte de las fuerzas políticas de la derecha y la extrema derecha le ha escorado y dificultado el rol de arbitraje político.

El debate sobre la forma de Estado no está hoy en un lugar destacado de la agenda política, pero la necesaria democratización del Estado inevitablemente afecta e interpela a las instituciones que no emanan ni responden ante la soberanía popular.

La Corona es una institución heredera de una dictadura, sino heredera de un señor que se ha demostrado que en los últimos 40 años lo que hizo fue corromper y corromperse. Que el actual jefe del Estado no haya hecho una mención de ello, ni haya querido investigar nos parece como mínimo decepcionante.

 Como republicano espero que Felipe VI acabe siendo conocido como Felipe VI el último. Sería interesante hacer un referéndum sobre todo por los resultados; estoy convencido de que serían sorprendentes, para bien.

Resulta paradójico que una institución no escogida por mandato democrático sea reconocida y, en cambio, un referéndum de autodeterminación refrendado por el pueblo en las urnas, no.

    En Cataluña no olvidamos el papel de la monarquía española el 3 de octubre y cómo ha condicionado las decisiones políticas y judiciales hacia los independentistas.

El reinado de Felipe VI ha estado marcado por la larga sombra de corrupción de su padre Juan Carlos I y aunque ha intentado alejarse de ese legado sigue representando a una dinastía que se asienta sobre una base de impunidad.

El debate entre monarquía y república es cíclico. Es un debate que se cerró en falso en la transición, ya que nunca se permitió al pueblo español pronunciarse directamente. Conforme avanza la conciencia democrática de la sociedad española más gente cuestiona la utilidad de una institución así.

El discurso del 3 octubre de Felipe VI fue un punto de inflexión tanto por el tono como por el contenido. Confirmó que Felipe VI está en posiciones muy de derechas. La jefatura del Estado debe ser votada por la ciudadanía y no puede ser hereditaria ni vitalicia.

Cada vez hay más gente entiende que en un Estado democrático lo lógico es que los ciudadanos decidan con su voto quién debe ejercer cada cierto tiempo la jefatura del Estado. Es necesario que se produzca ese debate.

Felipe IV ha actuado con exquisito respeto a la Constitución y a nuestro sistema democrático en una etapa convulsa en lo político y de importantes tensiones territoriales. Es un rey que ha empatizado con las desgracias que se han producido en España.

No creo que el debate monarquía-república sea una prioridad. No tengo la sensación de que esto preocupe a la ciudadanía, pero tampoco tengo dudas de que en el futuro la monarquía será cada vez más cuestionada por ser cada vez más anacrónica.EFE

rdm-cor/sgb

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