El oteador de palabras: “camisetazo”, “agrovoltaica”, “prosopometamorfopsia”...

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Por Javier Bezos (FundéuRAE)

Madrid, 4 may (EFE).- Una vez más, en el oteador de la FundéuRAE rastreamos palabras nuevas o que nos han parecido curiosas de las noticias de los últimos días, sean del tema que sean. Aclaramos, como de costumbre, que el propósito es simplemente ir recopilándolas, sin que ello implique necesariamente una aceptación o una censura.

CAMISETAZO

Cuando un deportista cambia de equipo es frecuente emplear la metáfora “cambiar de camiseta”, pues cada conjunto tiene su propio diseño. Si el cambio es repentino e inesperado, se está hablando de “camisetazo”.

AGROVOLTAICA

Con la energía “agrovoltaica” se combinan la producción agrícola y la de electricidad con paneles solares, con el fin de aprovechar mejor la superficie del terreno. Se basa en captar la luz para generar energía al tiempo que se crea sombra para cultivos que necesitan no estar expuestos directamente al sol.

PROSOPOMETAMORFOPSIA

La “prosopometamorfopsia” es un extraño trastorno que hace que quienes lo sufren vean las caras distorsionadas, con deformaciones que pueden darles un carácter demoníaco. En su formación intervienen cuatro elementos de origen griego: la voz “prósopon” (‘rostro’), el prefijo “metá-” (al que se le puede asociar el valor de ‘cambio’), la voz “morphé” (‘forma’) y el sufijo “-⁠opsía” (‘visión’).

GOLDENO

Se ha conseguido crear una lámina de oro de apenas un átomo de grosor. En las noticias se le está llamando “goldeno”, tomando como base el nombre inglés de este elemento químico (“gold”). La terminación “-⁠eno” es la adaptación usual al español de “-⁠ene”, habitual en sustancias de nueva creación.

METRODELEGADOS

Los delegados sindicales del Subte, que es como se llama el metro de Buenos Aires, tienen su propia denominación: “metrodelegados”.

NASOGENIANO

Y, por último, otra formación con raíces clásicas. El “surco nasogeniano” o, menos técnicamente, la “arruga de la tristeza” es una línea en la piel que separa las mejillas de la nariz y la boca. Es característica del envejecimiento y su nombre procede del latín “nasus” (‘nariz’, del que deriva también “nasal”) y el griego “géneion” (‘barbilla’).EFE

jb/ig