Adiós a la voz más conocida de los madrileños

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Lluís Lozano

Madrid, 18 abr (EFE).- Si usted ha vivido en Madrid en los últimos 18 años lo conoce; o al menos conoce su voz. Es Jesús Matsuki, el hombre que lleva casi dos décadas contando a los habitantes de Madrid qué van a encontrar de camino al trabajo: un atasco, un accidente o la pista libre.

Ahora que llega al final de su viaje profesional en el gabinete de información de tráfico del ayuntamiento de la capital, Matsuki (Madrid, 1980) repasa en una entrevista con EFE los entresijos de un oficio que le ha permitido colarse en la rutina diaria de los oyentes.

En este tiempo, y tras cerca de 20.000 conexiones en directo en todo tipo de radios generalistas, locales y hasta musicales, el "Pantallas, Jesús Matsuki" con el que le daban paso se ha convertido en una frase imborrable del imaginario radiofónico de los madrileños.

El periodista, que antes trabajó en emisoras, empresas varias y organizaciones no gubernamentales, recuerda el momento en que, en 2006, postuló a una plaza de comunicación en el consistorio.

"Me pidieron, a parte del currículum, que enviara una cinta de casete contando el tráfico, pero de una manera más amena", rememora. Obtuvo el puesto y se puso frente a las famosas pantallas, que en realidad son solo unos ordenadores con conexión a unas 350 cámaras de tráfico.

Logró superar unos primeros días "muy duros", adaptándose al caos, y se ha acabado aprendiendo buena parte del callejero de su ciudad, creando un estilo propio que combina el espíritu de servicio público con un toque de humor y profundizando en lo que él denomina "la sociología del tráfico".

"En el tráfico influyen un millón de cosas, la vida misma de los ciudadanos: si hay previsión de lluvia o si llueve, si es festivo, si hay colegios, si hay fútbol... Esa es la parte más divertida del trabajo. El primer año la sufres y después la disfrutas", explica.

Teniendo en cuenta todos estos factores y alguno más, asegura, se puede prever cómo se va a comportar el tráfico e intuir donde van a surgir los problemas.

"A fin de cuentas es un trabajo periodístico, necesitas tener curiosidad para querer entender no solo qué está pasando, sino también el por qué", apostilla este madrileño de padre japonés.

Aunque advierte de que lo que va a decir "suena mal", Matsuki confiesa que el monitoreo de las carreteras "es más divertido cuantos más problemas hay".

Al contrario que los conductores a los que ha tratado de informar, guarda más cariño a los puntos negros del tráfico madrileño que a las desiertas carreteras del verano.

Conocerse al dedillo la ciudad le ha ganado la fama de GPS entre amigos y familiares, quienes le piden consejo antes de ponerse al volante.

Pero, inevitablemente, a veces falla: ni se puede adentrar en la mente del resto de conductores ni es el encargado de ordenar el tráfico, esgrime.

"Alguna vez me meto en un atasco y recibo miradas de odio de mi familia, como si me dijesen: '¿pero tú no eras el del tráfico?'", comenta entre risas.

Aquel estudiante al que un profesor le aseguró que era "carne de radio" probó suerte en antena, lo dejó un tiempo y los caminos de la vida le han llevado a convertirse en un nombre reconocible para muchos madrileños.

Matsuki se confiesa tan enamorado de la radio y su misterio que decidió que los oyentes se quedasen únicamente con su voz: hasta ahora era imposible encontrar una fotografía suya en internet.

Sin embargo, tras debatirlo con su mujer y aprovechando que ya no va a ser "el del tráfico", ha decidido romper el embrujo y lucir su flequillo también en el mundo digital.

Su último atasco, sin embargo, le tocó vivirlo cuando aún no tenía rostro. Después de anunciar su despedida en redes sociales, su perfil se llenó de mensajes de cariño y agradecimiento de compañeros y oyentes.

"Al final eres la banda sonora rutinaria de mucha gente. Ha sido muy bonito, no me puedo quejar", concluye.

Mientras busca qué rumbo profesional tomar, Matsuki se ha vuelto a sentar frente al teclado y está trabajando, entre otros proyectos, en una nueva ficción sonora que espera tener lista el próximo año. EFE

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