Clara Obligado transita entre cuento y novela en 'Tres maneras de decir adiós'

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Barcelona, 11 abr. (EFE).- La escritora argentina Clara Obligado experimenta con formas híbridas entre el cuento y la novela en su nuevo texto de ficción, 'Tres maneras de decir adiós', su obra más autobiográfica, en la que habla de muerte, pero también de renacimiento, de la pérdida y de la creación y la esperanza.

Después de dos ensayos, 'Una casa lejos de casa' y 'Todo lo que crece', Obligado publica un libro de ficción compuesto por tres cuentos largos, autónomos pero encadenados entre sí, que pueden dar la sensación a los lectores de estar enfrentándose a una novela.

En 'Tres maneras de decir adiós' (Páginas de Espuma), Obligado se sumerge en tres momentos de un linaje familiar, un linaje de mujeres atravesadas por la vida, por sus alegrías y tristezas, sus pérdidas y sus hallazgos, con la que desde la ficción se adentra en su propia biografía.

Con esa mirada, Obligado habla de la pérdida de un amor, el crepúsculo de la vida que anuncia la nueva generación de los hijos de tus hijos, y el lugar miserable en el que se está convirtiendo el mundo.

"Me interesa mucho experimentar con la forma", ha dicho este jueves en Barcelona la autora, interesada en ese territorio que transcurre entre el cuento y la novela, tan frecuentado por autores como Alice Munro, recuerda Obligado.

Al tratarse de cuentos encadenados -una forma en la que ya lleva varios libros investigando-, se puede "abarcar un período más complejo y rico que si fuera simplemente una novela" y de este modo se cuenta con "la precisión del cuento, su carga poética, y la amplitud de miras de la novela, sus posibilidades narrativas".

Y añade: "Como en tantas otras artes, las formas mestizas permiten experimentos que no son posibles con las formas puras".

Reconoce la autora argentina, establecida en España desde 1976, que este nuevo libro "tiene un aire ensayístico, por momentos, y por otros, extremadamente lírico; algo de memoria autobiográfica, pero se dispara hacia el territorio de la imaginación; y aunque es un puerto de llegada, una síntesis de obras anteriores, también es un punto de partida para otras investigaciones".

Obligado comenzó el libro antes de la pandemia, pero lo interrumpió porque con la covid vio que "la ficción estaba en la calle" y por eso escribió dos ensayos, aunque este último libro tiene "un punto ensayístico" porque le gusta lo híbrido.

La autora quería escribir tres cuentos largos, "algo que nunca había hecho".

El primero, que es una tragedia, se refiere a la violencia, a interrogarse por la pregunta de qué es un héroe, "desde la Odisea a la mujer que fue una pelada de la Guerra Civil española y cuál es el precio de ser un héroe".

Ese primer relato se basa en un experiencia de la autora cuando se instaló en un pueblo de Guadalajara, cerca de Sigüenza, donde un matrimonio le explicó historias de la guerra.

El segundo cuento parte de la misma mujer, ya viuda, una escritora que con 70 años cuenta una historia de amor con un hombre de unos 80 años, escritor de novelas policíacas, que explica su condición de abuela y habla de escritura como si estuviera en un taller literario, de un modo muy similar a lo que hace Obligado en un taller literario de Madrid.

El tercer relato, más distópico, se sitúa veinte años después, cuando la nieta tiene 20 años y se va a vivir a un sitio que se parece a Rusia, una vez Ucrania ha ganado la guerra y gobierna en el país "una clase idiotizada" y dominan la economía los cereales.

En este último, vuelve a aparecer la abuela en forma de cabeza, como un fantasma, como un oráculo que aconseja a la nieta.

Obligado cree que el libro acaba bien, se cierra en positivo, por ser ella "una optimista radical" y, como escritora, piensa que "cualquier salida llega a través de las palabras".

La autora argentina ya está preparando un nuevo ensayo, que coescribirá con el biólogo Raúl Alcanduerca, centrado en los árboles, "unos seres inteligentes y solidarios, que inventaron internet con su sistema radicular, que son capaces de moverse y que pueden llegar a vivir hasta 10.000 años, casi la eternidad". EFE

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