El sector inmobiliario español vive una tensa actualidad marcada por la creciente demanda de vivienda y la poca oferta del mercado que, como consecuencia, ha elevado los precios a máximos históricos, haciendo que vivir en las grandes urbes sea insostenible para muchas familias. Este es el caso de las ciudades como Madrid o Barcelona, donde la tasa de esfuerzo rebasa el umbral razonable del 30% de la renta disponible en la mayoría de municipios de estos territorios y alcanza niveles críticos en las dos capitales, que superan el 50%.
Pese a estas circunstancias, se espera que los precios sigan subiendo lo que resta del año, al igual que las compraventas, que podrían superar las 650.000 operaciones en 2025. Esta situación se ve agravada también por la adquisición de propiedades por personas que no residen en España y que, además, destinan estas para el uso vacacional.
Según el informe anual del Banco de España, estas transacciones llevadas a cabo por no residentes alcanzó el 8,4% del total durante el año 2024, elevándose incluso por encima de ese porcentaje en zonas turísticas. Como consecuencia, los precios del mercado inmobiliario se han visto presionados, lo que no ha hecho más que agravar la actual crisis de vivienda.
El documento emitido por el Banco de España señala también que la dificultad para acceder a una vivienda, ya sea mediante la compra o el alquiler, en las grandes ciudades o en los principales destinos turísticos puede afectar también al mercado de trabajo. Según la entidad, estas compras de no residentes pone en riesgo que las empresas ubicadas en estos territorios encuentren trabajadores y trabajadoras, lo que puede desencadenar en consecuencias económicas negativas para la economía española.
Más de medio millón de viviendas en posesión de no residentes
Según la entidad financiera, las adquisiciones de personas que residen en el extranjero desempeñan “un papel destacado en la fortaleza de la demanda”, aunque son desiguales dependiendo de las áreas geográficas y, tal y como se indica en el informe, “se sitúan en torno a las 60.000 viviendas anuales desde 2022”, una cifra que se enfrenta con un déficit de vivienda que la institución calcula en unas 80.000 casas en 2024.
En la misma línea, el Banco de España ha señalado que las viviendas que se encuentran en posesión de extranjeros no residentes superaría el medio millón, lo que supondría el 2% del total del parque inmobiliario español. Esta cifra alcanza ratios superiores al 11% en la Provincia de Alicante y se sitúa en torno al 8,5% en Málaga. Además, la entidad financiera remarca que las viviendas de uso turístico se han incrementado con un promedio de 50.000 unidades más en 2024, con respecto a los datos de 2023. Esto supone “una presión adicional de demanda en las zonas turísticas y en los centros de las grandes ciudades”, explican.
El Banco de España explica también que estas operaciones elevan el precio de los inmuebles y reducen el parque disponible para quienes buscan una vivienda habitual. En concreto, estiman que por cada punto porcentual adicional de compraventas registrado por no residentes, se produce un incremento de 0,6 puntos porcentuales en la variación interanual de los precios de la vivienda.