El parquet es uno de los suelos más elegantes y duraderos. Sin embargo, para que siga luciendo brillante y conserve esa belleza que le caracteriza, es necesario que le prestemos cierto mimo y le demos cuidados especiales. Este material, al ser natural, aunque resistente, es susceptible a la suciedad y al desgaste si no se limpia adecuadamente. Asimismo, los residuos de polvo, tierra o líquidos pueden dañar la superficie haciendo que pierda su atractivo.
Higienizarlo de una manera óptima es clave para mejorar su apariencia y prolongar su vida útil. Además, de esta manera, evitaremos tener que pagar costes adicionales para su restauración. El problema es que muchos propietarios no saben qué productos o métodos utilizar, lo que puede llevar a errores que dañen la madera. Sin embargo, es una cuestión a la que podrán decir adiós gracias a estos métodos.
Los trucos definitivos para limpiar el parquet: pasos clave
Este es el paso a paso para limpiar la superficie sin dañarlo y mantenerlo en perfectas condiciones:
Barrerlo a diario: la clave para evitar el desgaste
La acumulación de polvo y suciedad en el suelo uno de los factores que más contribuyen al desgaste de la madera. Para evitar que estos residuos raspen la superficie, es crucial barrer el parquet a diario. Los expertos de Natulim recomiendan utilizar un material suave como la silicona de una aspiradora. También se puede emplear una escoba de cerdas suaves.
Limpieza profunda semanal: el vinagre y el agua serán tus mejores aliados
Si barrer es algo que hay que hacer todos los días, la limpieza profunda debe hacerse al menos una vez a la semana. Los profesionales de Natulim apuntan que “lo mejor es hacerlo con un friegasuelos suave” que esté libre de plástico. Aunque también se puede preparar una fórmula casera, según indican desde Vileda. Los ingredientes son los siguientes:
- 1 parte de vinagre blanco.
- 4 partes de agua tibia.
- Unas gotas de aceite esencial (opcional).
Es fundamental no utilizar grandes cantidades de vinagre, puesto que un exceso de acidez podría dañar la madera. Humedece un trapo o mopa suave en la solución, escurre bien y pásalo sobre el suelo con movimiento suave. Evita dejar el suelo mojado porque la humedad puede infiltrarse en las juntas y estropear el parquet.
Eliminar las manchas rápido
Puede que seamos algo torpes y se nos derrame con asiduidad el café o el vino. Estas manchas pueden ser algo más complicadas de eliminar, pero lo importante siempre es actuar rápido para evitar que penetren en la madera. Para ello, usa un paño limpio y suave para absorber el derrame lo antes posible. A continuación, límpialo con una mezcla de agua tibia y un poco de jabón neutro, siempre utilizando un trapo suave para evitar rayaduras.
Secado inmediato: protege tu suelo de la humedad
Uno de los errores más comunes al limpiar el parquet es dejar la madera húmeda. El exceso de humedad puede deformar y dañar el material provocando hinchazones o fisuras. Por ello, es fundamental secar inmediatamente el suelo tras pasar la mopa o trapo humedecido. Utiliza un paño seco o una mopa que absorba la humedad para secar rápidamente las áreas mojadas.
Cuidado preventivo
Además de la limpieza regular, es esencial mantener el parquet en buenas condiciones con algunos cuidados preventivos, entre ellos:
- Proteger el parquet de los muebles: coloca alfombrillas o protectores de fieltro debajo de los muebles para evitar rayaduras.
- Mantén el nivel de humedad adecuado: los cambios bruscos de temperatura y humedad pueden afectar la madera. Usa un humidificador para evitar que el aire se vuelva demasiado seco.
- Realizar un mantenimiento periódico: de vez en cuando, aplica un aceite o cera específica para parquet que lo proteja de los daños del día a día y le dé un acabado brillante.
Fallos que no debes cometer al limpiar el parquet
Estos son algunos errores que debes evitar cometer cuando limpies el parquet, ya que si no, sólo conseguirás dañarlo:
- Productos químicos agresivos: como limpiadores con amoníaco o blanqueadores.
- Exceso de agua: el parquet no debe mojarse demasiado. Usa siempre la mínima cantidad de agua posible.
- Cepillos duros o esponjas abrasivas: pueden rayar la superficie y causar daños irreparables.