¿Qué es un cero energético? El fenómeno eléctrico que puede dejar sin luz a un país entero

El apagón en la isla de La Palma se suma a otros ocurridos a nivel regional y nacional en los últimos meses, pero ¿a qué se deben?

Varias personas se reúnen en la Plaza del Obradoiro, Santiago de Compostela, durante el apagón del 28 de abril de 2025 (Agostime / Europa Press)

En los últimos meses, España ha vivido dos episodios que han puesto de manifiesto la fragilidad de su sistema eléctrico: el apagón del 28 de abril en la península ibérica y el cero energético del 10 de junio en La Palma. Ambos eventos, aunque de distinta escala y causas, muestran la necesidad de reforzar infraestructuras y protocolos para garantizar la continuidad del suministro.

¿Qué es un cero energético?

El término cero energético se utiliza para describir una desconexión total y repentina del sistema eléctrico: la red deja de suministrar energía. A diferencia de un corte localizado, este fenómeno afecta simultáneamente a toda una región, dejándola sin luz ni servicios que dependan de la electricidad.

El desencadenante suele ser una caída abrupta de la frecuencia o de la tensión en la red que provoca la desconexión en cadena de generadores y líneas de transporte.

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En estos casos, los mecanismos de seguridad actúan para aislar zonas de riesgo y proteger los equipos, pero el resultado es un colapso generalizado que requiere un arranque controlado desde cero. Pueden pasar varias horas o incluso días hasta que se restablece el sistema por completo.

El apagón ibérico del 28 de abril de 2025

El lunes 28 de abril, a las 12:33 horas, la península ibérica sufrió el mayor incidente de este tipo en su historia reciente. En apenas cinco segundos se desconectaron 15 GW de generación, el 60% de la potencia instalada, afectando a España, Portugal, Andorra y el sur de Francia.

Los datos registraron tres fallos simultáneos en las centrales de Granada, Badajoz y Sevilla, que sumaron 2,2 GW en menos de 20 segundos. Francia se autoaisló por seguridad, y fueron necesarias horas para recuperar la tensión y frecuencia adecuadas.

Se utilizó la técnica del ‘arranque en negro’: centrales con capacidad de iniciar sin red fueron activadas progresivamente, y alrededor del 99% de la demanda se restableció a las 06:00 horas del día siguiente.

El cero energético del 10 de junio en La Palma

Este martes 10 de junio, a las 17:32 horas, la isla de La Palma quedó completamente a oscuras. Un disparo de turbina (la desconexión automática y repentina de una turbina generadora de electricidad) en la central de Los Guinchos dejó sin suministro a más de 50.000 usuarios. En apenas tres horas, técnicos de Red Eléctrica y Endesa lograron restaurar el servicio al 100%, activando el Plan Territorial de Emergencias de Canarias.

Este episodio, el cuarto en apenas un mes, pone en evidencia la antigüedad de la red insular (más de 50 años) y la urgente necesidad de modernizar sus componentes. El Cabildo ha reclamado sanciones y mejoras a la compañía eléctrica para evitar futuras interrupciones.

Consecuencias para los ciudadanos y las empresas

Los apagones masivos tienen un gran impacto sobre el transporte, la comunicación y la actividad económica. Trenes de alta velocidad, aeropuertos, semáforos y servicios de emergencia quedan desprotegidos, lo que puede generar situaciones de riesgo. A nivel doméstico, la pérdida de refrigeración y calefacción eleva la posibilidad de deterioro de alimentos y afecta a personas vulnerables.

En el ámbito empresarial, la paralización de la producción y los sistemas informáticos implica pérdidas económicas directas y daños en equipos. Por ello, muchas industrias optan ya por sistemas de respaldo con grupos electrógenos o baterías interconectadas.

Asimismo, la población española está experimentando un repunte en la factura de la luz como consecuencia del apagón ibérico. La paradoja es que el precio medio de la electricidad está en mínimos por la abundancia de renovables, pero la factura sube por los costes de asegurar el sistema eléctrico tras la crisis.

Medidas para prevenir futuros incidentes

Para reducir la probabilidad de cero energético, las autoridades y operadoras trabajan en varios frentes:

  1. Refuerzo de la interconexión ibérica: aumentar del 2% actual al 10% mínimo recomendado, mejorando las líneas de alta tensión con Portugal y el resto de Europa.
  2. Inversión en redes inteligentes: implementar sistemas de monitorización en tiempo real que permitan detectar desequilibrios y activar desconexiones selectivas.
  3. Promoción de generación distribuida: fomentar la instalación de paneles solares y pequeños aerogeneradores que alivien picos de demanda y aporten resiliencia local.

En un entorno de transición ecológica, lograr una red más segura y sostenible evitará futuros ceros energéticos y conseguirá acelerar el camino hacia la descarbonización del sistema eléctrico nacional.

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