De todos los nietos de los reyes Juan Carlos y Sofía, hay dos que están especialmente cerca de los medios de comunicación. Por un lado, está Victoria Federica, quien no solo tiene un perfil muy interesante como influencer, sino que además ya ha dado el salto a la televisión como concursante de El Desafío. Por otro lado, encontramos a Pablo Urdangarin, quien pese a dedicarse al balonmano de manera profesional, suele aparecer en medios de comunicación para realizar entrevistas.
Así ha pasado en TVE, donde el hijo más mediático de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ha hablado sobre su carrera deportiva. En la actualidad es jugador del Fraiking BM Granollers, donde lleva el número 77, muy ligado a la figura de su padre. Según ha contado, su dorsal “es como el segundo 7 (número que llevaba Iñaki). A mí siempre me ha gustado el 7 por mi padre”.
Si bien no le gusta mencionar mucho a su progenitor, el joven ha contado a la cadena pública que seguir su legado es algo que le gusta. “Que me comparen con mi padre significa que algo estoy haciendo bien”, ha afirmado, remarcando que “creo que soy la versión mini, la versión un poco más ágil”.
Además de ser un modelo a seguir en el campo, Pablo ha explicado que su padre es también un gran apoyo en lo personal. “Mi padre me ayuda mucho en temas mentales, mucho más que en temas de balonmano. Siempre le llamo antes de los partidos”, ha desvelado. De hecho, es normal ver al exduque de Palma en las gradas viendo jugar su hijo Pablo, el único que ha seguido sus pasos deportivos.
Si bien la entrevista debía estar centrada en su carrera, era imposible no mencionar a su padre, lo cual demuestra el gran tirón mediático de Pablo. Y es que, como le sucede a sus hermanos, su apellido llama mucho la atención, lo que en ocasiones le ha supuesto sufrir presión mediática. “He tenido. Si quiero quedar con amigos y está la prensa, pues lo bloqueo y me olvido de ello. Y ya está”, ha dicho sobre este asunto.
Pese a ello, lo cierto es que el deportista siempre se ha mostrado muy agradable con los medios de comunicación, respondiendo con una sonrisa a sus preguntas, aunque sea para decir que no contestará. Una forma de actuar que demuestra una gran educación y que contrasta con la de sus primos Marichalar, quienes sí se han llegado a enfrentar a los profesionales de la comunicación.
Todo ello no le ha hecho cambiar ni un ápice, tampoco en el vestuario, donde su compañeros de equipo le tratan como un más, según ha añadido. ”En el vestuario me tratan como uno más. Soy un tío normal que caigo bien, que pueden decirme cualquier cosa", ha contado, dejando claro que esa simpatía y cercanía que transmite ante las cámaras es parte de su forma de ser natural.