La redención de Vinicius en el momento más oportuno: se reivindica y destroza al Barça en la Supercopa

El brasileño, nombrado mejor jugador de la final, logró el triplete más rápido en un Clásico del siglo XXI, participó en el gol de Rodrygo y provocó la expulsión de Araujo

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Vinícius Júnior celebra uno de sus goles durante la final de la Supercopa de España que Real Madrid y FC Barcelona disputada en el estadio Al Awwal Park de Riad, en Arabia Saudí (EFE).
Vinícius Júnior celebra uno de sus goles durante la final de la Supercopa de España que Real Madrid y FC Barcelona disputada en el estadio Al Awwal Park de Riad, en Arabia Saudí (EFE).

Vinicius vuelve a bailar, lo hace como no lo había hecho en los últimos dos meses, desde su doblete ante el Valencia. Aquella noche los ecos de su plante ante los insultos racistas aún sobrevolaban a su alrededor con portadas, comunicados y trámites del proceso judicial abierto. No obstante, el brasileño se sacudió cualquier abatimiento posible con una colección de inventivas envueltas en dos goles que hicieron olvidar al público del Bernabéu la ausencia de Bellingham. El feudo blanco cambió el Hey Jude inglés por la samba brasileña. Más de 60 días después, Arabia demuestra que ambos estilos son compatibles sobre el terreno de juego, en el mejor escenario posible y ante inmejorable rival: el Barça.

El brasileño aterrizó en el Al-Awwal Park de Riad con el cuchillo entre los dientes, con sólo dos partidos jugados en sus botas tras la lesión que le tuvo apartado casi dos meses. Y se marchó de la casa de Cristiano manifestando que sigue siendo el jugador revoltoso y determinante de antes de romperse y emulando al futbolista portugués. Tanto en el continente como en el contenido. Ganando la espalda de los centrales, ejecutando con verticalidad en sus dos primeros tantos, con sangre fría y precisión desde los once metros y concluyendo con la misma celebración y el siete a la espalda.

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Le gana el Clásico a Araujo

Desde que Lamine Yamal cerró la victoria a Osasuna y certificó el pase de su equipo a la finalde la Supercopa todas las miradas se centraron en un duelo: Araujo-Vinicius. Fue el Clásico del show de Vini, que en el de pretemporada, en Dallas, se había peleado con los palos y el punto de penalti, y en el de Montjuïc se vio desquiciado por Araujo y rescatado por Bellingham. En Riad, el brasileño ofreció una exhibición formidable con un hat-trick en 38 minutos y retrató a un Araujo desbordado de trabajo, que le hizo penalti y terminó expulsado por otra falta al brasileño. El uruguayo, uno de los futbolistas que mejor sabe defender a Vini, claudicó en Riad.

De Bellingham a Vinicius sin recelo

En el Clásico de Montjuic, un Beatle se coló en aquel concierto de los Rolling Stones para liderar al Real Madrid. El inglés, que se estrenaba en un choque de tales mimbres, se sacó un latigazo para despertar a los blancos a tiempo de su letargo y conseguir la victoria. El inglés se ha convertido en la gran sensación del fútbol español esta temporada con 17 tantos y cinco asistencias, lo que traducido en palabras significa la temporada más anotadora de su carrera. Aterrizó en Madrid siendo un desconocido para quienes no siguieran la Bundesliga, pero el precio pagado por el Real Madrid -más de 100 millones de euros-, le dio la condición de fichaje del verano a un chico que tan solo tenía 19 años cuando se llevó a cabo la operación.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y miembros del equipo técnico y jugadores de todas sus secciones han felicitado la Navidad a todos sus seguidores, mediante un vídeo distribuido por el club.

El miedo escénico de jugar en el Santiago Bernabéu, la presión del precio de su fichaje, la exigencia de la camiseta del Real Madrid… nada ha podido frenar a un Bellingham que promete tardes de diversión para la parroquia madridista. Su cara pasó a copar todas las portadas, su camiseta agota las existencias de la tienda y sus goles levantan al público del Bernabéu que veían en el inglés el faro de su equipo. Todo ello en ausencia de Vinicius, quien lleva dos temporadas demostrando ser el baluarte madridista y no tiene reparos en compartir focos con el inglés.

“Quería a Bellingham en el Real Madrid. Envié muchos mensajes a Jude el año pasado. Le mandaba mensajes casi todos los días y le decía que se viniera al Madrid”, aseguró el brasileño tras ganar en Nápoles y festejar un gol del inglés haciéndole una foto agachado. Una imagen que habla por sí sola. Del mismo modo le ocurre a Jude con el brasileño. Fue el primero en felicitar su compañero tras la exhibición ante el Braga que cerró la clasificación a octavos de final.

El inglés le hizo un gesto muy significativo simbolizado con los dedos índices a los lados de la boca diciéndole que sonría; una manera de explicarle que se centre en el fútbol y se olvide de las peleas ajenas que muchas veces le rodean, no de su lucha contra el racismo, pero sí de las protestas y las discusiones con los rivales, que tampoco estuvieron exentas en el Clásico de Supercopa. “Todos quieren pelear conmigo porque saben que van a salir en prensa”, manifestó.