Las tensiones y el distanciamiento llevan años caracterizando a la Casa de Alba, pues han sido varias las ocasiones en las que Cayetano Martínez de Irujo ha arremetido públicamente contra sus hermanos, con quienes mantiene una mala relación tras la muerte de su madre, la duquesa de Alba.
La relación del duque de Arjona con sus familiares es casi inexistente. Tanto es así que, recientemente, desveló a Ana Rosa Quintana en TardeAR que sus diferencias vienen “de lejos”. “Es que yo ya no quiero entrar con mi familia. Es que lo que yo quiero es olvidarles ya. ¡Si no son mi familia!”, expresó tajantemente en el espacio, dejando entrever que la situación con sus hermanos pende de hilo.
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Sin embargo, el aristócrata aún busca recuperar los lazos con su hermana, Eugenia, quien tras la muerte de su madre, “ha prescindido de él y se ha unido al resto de sus hermanos”. “Hemos pasado varias etapas, estoy pendiente de tener una conversación a fondo con ella para empezar de cero una nueva relación”, explicó en el espacio de Telecinco.
Las declaraciones del empresario provocaron que la duquesa de Montoro también emitiera una dura respuesta. “¿Sabes lo que le pasa a Cayetano? Que se aprovecha de que los demás no hablamos. Debe de ser eso, porque si no, no lo entiendo”, manifestó a los periodistas de Europa Press, haciendo palpable, una vez más, la fría relación que existe en la Casa de Alba.
A juzgar por los reproches que la benjamina y el jinete se han hecho públicamente, no solo ella está cansada de las acusaciones del que fuera pareja de Genoveva Casanova, sino también sus otros hermanos, Carlos, Alfonso, Fernando José y Jacobo. Y es que sus problemas no solo se encuentran en la mala comunicación familiar, sino que también entra en juego el tema económico.
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El motivo de la guerra familiar
Hasta donde se sabe, el origen del conflicto sería una sociedad en la que figuran las fincas de Eugenia, Cayetano y Alfonso Martínez de Irujo. Paloma Barrientos explicó en TardeAR que el trasfondo de esta guerra familiar inició cuando Cayetano Martínez solicitó un préstamo de tres millones de euros al banco para hacer un embalse en su propiedad, situada en Arroyuelas, a través de la sociedad.
Las obras que tenía previstas no pudieron llevarse a cabo debido a que sus hermanos se negaron a firmar. Tanto la duquesa de Montoro como el duque de Híjar temían que la operación bancaria fuera a afectarles y acabasen “teniendo problemas con la jusiticia”, razón por la que pedían que el duque de Arjona aportarse un aval de tres millones de euros. Según explicó el jinete, los créditos “no están avalados por la sociedad”, sino por él. “Lo que pasa es que están dentro de la sociedad porque el embalse está en la finca que está dentro de la sociedad. No sé por qué lo paralizan. No sé por qué me piden un aval por el mismo importe para la sociedad”.
Sin embargo, existe otra versión de los hechos, pues desde el punto de vista del aristócrata, lo que terminó por dinamitar la aparente paz que se vivía en la Casa de Alba ha sido la publicación de sus memorias De Cayetano a Cayetana. Una biografía de la duquesa de Alba, escrita por el duque de Arjona, en la que narra la fría relación que tuvo con su madre y, además, desvela algunas intimidades de la familia, algo que no ha gustado nada a sus hermanos.
Lo cierto es que tras la muerte de la duquesa, Cayetano solo estrechó lazos con dos de sus hermanos, Fernando y Carlos, cuya relación también acabó rompiéndose. Como nuevo duque de Alba, Carlos decidió retirarle la asignación económica que su madre le otorgó al jinete para gestionar los negocios familiares y, además, le invitó a abandonar el palacio de Liria, donde vivía hasta entonces. Por si fuera poco, el aristócrata vendió por 300.000 euros la parte que le correspondía de la empresa a Carlos, dejando entrever que desvinculaba completamente de ellos.
Lazos completamente rotos
La familia Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart se despidió por última vez de Cayetana el 20 de noviembre de 2014. Desde entonces, cada aniversario de su muerte, el duque de Arjona organiza una misa en homenaje a ella en Sevilla, concretamente en la iglesia Nuestro Señor Jesús de la Salud de Los Gitanos.
A la ceremonia, celebrada cada año como última voluntad de la aristócrata, acostumbran a acudir el propio jinete, su actual pareja, Bárbara Mirja, su exmujer, Genoveva Casanova, y sus hijos, Amina y Luis. Sin embargo, los rostros ausentes han sido sus hermanos, quienes no suelen acompañarle en este día tan especial. “Cada uno tiene su conciencia, yo me he esforzado mucho para que mi familia esté unida. Creo que en la vida hay que estar unidos, quererse y apoyarse mutuamente”, declaró en el octavo aniversario, dejando entrever que se encontraba completamente decepcionado.
Otros de los desaires ha sido en 2019, cuando el aristócrata tuvo que ser operado de urgencia debido a unos problemas intestinales y, nuevamente, ni Eugenia, ni Carlos, ni Fernando se preocuparon por su estado de salud, ni tampoco por su recuperación.
No obstante, al margen de su dinamitado núcleo familiar, Cayetano Martínez de Irujo se ha centrado en trabajar su finca Las Arroyuelas, ubicada en Carmona, Sevilla, la cual es una de sus principales fuentes de ingresos. Además, también ha vuelto a embarcarse en la hípica, su gran pasión.