La belleza del día: “Autorretrato como santa Catalina de Alejandría", de Artemisia Gentileschi

En tiempos de incertidumbre y angustia, nada mejor que poder disfrutar de imágenes hermosas

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"Autorretrato como santa Catalina de Alejandría" (1615-17), de Artemisia Gentileschi. Óleo sobre lienzo (71,5 cm x 71 cm), en la National Gallery de Londres

Artemisia Gentileschi fue la pintora italiana más influyente del siglo XVII, primera mujer de la historia en ser admitida en 1617 en la entonces inaccesible Academia de las Artes y del Diseño de Florencia. Pero su obra cayó en el olvido por siglos.

Su formación comenzó en el taller de su padre, el pintor toscano Orazio Gentileschi, uno de los grandes exponentes de la escuela romana de Caravaggio. Y es justamente la escuela Caravaggista la que mayor influencia tuvo en su obra, como se aprecia en muchas de sus obras, incluso en Autorretrato como santa Catalina de Alejandría (1615-17).

El gran misterio con respecto a esta obra es si realizó en autorretrato en la figura de la santa porque se identificaba con la mártir, que prefirió morir decapitada antes que casarse con el emperador Majencio, o simplemente porque así se lo pidió la persona que le encargó la obra.

En la época en que realizó la pintura, Artemisia ya era una figura pública, tanto por su arte barroco como por los terribles eventos que había atravesado cinco años antes.

Cuando tenía 18 años, el pintor Agostino Tassi, su maestro y amigo de su padre, la violó, un suceso que según algunos especialistas consideran muy influyente tanto en su vida como en su pintura. Su biógrafa Marta Garrad sostuvo en un libro de 1989, que la pintura de Artemisia era reflejo de la catarsis de la artista por la violación sufrida. En especial, la obra Judit decapitando a Holofernes, de 1613.

Judit decapitando a Holofernes, de 1613

En las actas recogidas en Actes d´un procès pour viol en 1612 (Des Femmes), donde aparecen tanto la descripción del stupro, como la versión de su violador Tassi, que la acusa de ser una mujer amoral, se expone toda la humillación que significó para la arista todo aquel proceso.

En la pieza, se la ve rodeada por un halo, mirando al espectador mientras con la mano izquierda toca una rueda rota que representa el instrumento de tortura con el que el emperador asirio quiso matar a Catalina y que la mártir logró romper con la fuerza de sus rezos. Una de las lecturas interpretativas de la obra es que se realizó a ella misma como un símbolo de la mujer que resiste la violencia de los hombres.

Pero no todos están de acuerdo con que la obra de Artemisia pueda explicarse a partir de aquella experiencia traumática: “Desde entonces, siempre se ha buscado interpretar la obra de Gentileschi bajo el único prisma de su violación. El juicio cambió el curso de su vida y moldeó su reputación, no solo en su época sino a través de los siglos”, comentó Letizia Treves, Jefa de Conservación de la Pintura Italiana, Española y Francesa del siglo XVII de la National Gallery.

Artemisia fue una mujer adelantada a su época. Libre sexual y profesionalmente, nunca se dejó condicionar por ser una mujer, ni por el estigma social que le produjo el juicio. Por ejemplo, negociaba ella misma el precio de venta de sus obras frente a los Médicis o el duque de Módena, solía viajar sola por toda Europa e incluso dirigía un taller de pintura en Nápoles donde trabajaban, exclusivamente, hombres

“Su inspiración, creo, no nace de su experiencia personal con Tassi, sino del realismo de Caravaggio”, dijo Francesca Cappelletti, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Ferrara a El País.

Actualmente, el cuadro se conserva en la National Gallery de Londres. La pintura había estado en una colección privada francesa y fue vendido en Hôtel Drouot en París en 2017 por € 2,4 millones. En 2018, a adquirió la National Gallery por más de € 4 millones.

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