El Servicio Geológico Colombiano (SGC) informó que el sismo de mayor magnitud documentado en Colombia alcanzó 8.4 grados.
Las consultas sobre la historia sísmica del país se incrementaron después de que un nuevo temblor volviera a captar la atención pública este miércoles 10 de diciembre.
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Este último movimiento, ubicado a 11 kilómetros al norte de Los Santos, Santander, se produjo a las 03:27 a. m. y alcanzó una magnitud de 5.8 y una profundidad de 150 kilómetros.
El evento se percibió en distintas regiones del país, de acuerdo con el informe oficial entregado por el SGC, y volvió a poner sobre la mesa la recurrencia de movimientos telúricos en esa zona.
La información oficial ubica a Los Santos como uno de los puntos con mayor densidad de eventos sísmicos en Colombia, a raíz de la alta frecuencia de movimientos que la caracterizan. El SGC explicó que este sector concentra miles de temblores al año.
La mayoría no se percibe, pero los episodios de magnitud mayor suelen sentirse en una extensión significativa del territorio. “Allí se localizan varias estaciones de monitoreo que permiten un seguimiento activo del fenómeno en el área conocida como el ‘Nido Sísmico de Bucaramanga’”, comunicó el Servicio Geológico Colombiano.
La historia sísmica nacional posee un registro sobresaliente que contradice la percepción extendida entre algunos sectores de la población.
El organismo adscrito al Ministerio de Ambiente informa que el terremoto más fuerte documentado en Colombia ocurrió el 31 de enero de 1906, en el Pacífico colombiano, con una magnitud de 8.4 y 20 kilómetros de profundidad.
Este evento, según reportes recopilados por el Servicio Geológico Colombiano, generó un tsunami cuyas olas alcanzaron alturas de entre dos y cinco metros en la zona costera de Bajo Baudó y Pizarro.
La profundidad del evento, 20 kilómetros, coincide con sismos subducción, el tipo de evento que suele provocar maremotos en costas Pacíficas.
La provincia de Esmeraldas, en Ecuador, también documentó daños, ya que el movimiento fue sentido desde Bogotá hasta territorio ecuatoriano.
Los documentos históricos recopilados por el SGC permiten puntualizar que el terremoto de mayor magnitud no coincide con el de mayores afectaciones humanas.
El reporte indica que el terremoto del 31 de enero de 1906, aunque de grandes proporciones, tuvo impacto disperso principalmente sobre zonas costeras de baja densidad poblacional en esa época.
El SGC agrega que ese evento modificó la topografía y generó daños en varios puntos del litoral Pacífico, pero los registros sobre víctimas o afectaciones materiales resultan limitados debido al contexto de la época.
El SGC esclarece un punto relevante al distinguir la magnitud del evento de la cantidad de víctimas o daños materiales. Aunque muchas personas asocian el terremoto de Armenia, en 1999, con el mayor episodio sísmico, ese evento figura en primer lugar por el impacto humano. “El terremoto de Armenia, registrado el 25 de enero de 1999 poco después de la 1 de la tarde, alcanzó magnitud 6.1.
El epicentro se ubicó en la zona de Córdoba, Quindío”, precisó el informe del Servicio Geológico Colombiano. Los daños afectaron especialmente al Eje Cafetero.
Estadísticas del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) consignan que el sismo de Armenia de 1999 dejó 1.185 personas fallecidas, 8.536 heridas y más de 35.000 viviendas destruidas.
La Red Sismológica Nacional contó 138 réplicas en el mes posterior al evento principal. La réplica más fuerte, cuatro horas después, tuvo magnitud 5.5.
Los municipios de Armenia, Calarcá, La Tebaida, Montenegro, Salento, Filandia y Pereira, entre otros, resultaron gravemente afectados, según precisan los registros citados por el SGC y el Dane.
El SGC subraya entonces que magnitud y afectación no siempre coinciden.
La base de datos de Sismicidad Histórica de la entidad permite establecer listas diferenciadas: una para los eventos con mayor magnitud, otra para los que han generado altos niveles de daño, y otra más para los episodios ampliamente sentidos por la ciudadanía en distintas regiones del país.
El SGC ratifica que las preguntas sobre los principales terremotos del país se reactualizan cada vez que se siente un episodio significativo.
“La base de datos histórica nos permite identificar diferencias claras entre los terremotos más fuertes y los más destructivos, así como hacer pedagogía sobre el comportamiento sísmico de regiones como Los Santos”, explican desde la entidad.
A propósito del reciente sismo, el SGC recuerda que Los Santos registra miles de temblores cada año, aunque la mayoría carece de fuerza suficiente para ser percibidos por la población. La región figura bajo monitoreo constante gracias al despliegue de estaciones sísmicas de alta sensibilidad.
Este monitoreo responde a la actividad del “Nido Sísmico de Bucaramanga”, identificado como una de las fuentes sísmicas más prolíficas del continente.