La directora, guionista y montajista falleció a los 83 años durante la madrugada del sábado 21 de junio en su residencia del barrio El Bosque Izquierdo en Bogotá, presumiblemente por causas naturales, según fuentes cercanas citadas por medios.
El Ministerio de las Culturas expresó a través de redes sociales sus condolencias y resaltó el papel decisivo de Loboguerrero para el desarrollo moderno de la cinematografía colombiana.
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En su pronunciamiento, la entidad señaló: “El trabajo de Loboguerrero fue decisivo para la historia moderna del cine colombiano. Fue la primera mujer colombiana en dirigir un largometraje de ficción: ‘Con su música a otra parte’, de 1984”.
El ministerio también evocó los orígenes del interés de la directora por el arte cinematográfico, influida por las comedias mexicanas y estadounidenses, así como por las obras de Charles Chaplin durante su infancia, formación que más adelante complementó con estudios en Bellas Artes.
Camila Loboguerrero, nacida el 3 de septiembre de 1941, creció en Bogotá, donde se graduó como pintora en la Universidad de los Andes.
Posteriormente, en 1966, se trasladó a París con una beca para estudiar Historia del Arte en la Universidad de La Sorbona.
Durante su estadía en Francia, comenzó a trabajar como intérprete para el cineasta peruano Jorge Reyes, experiencia que marcaría posteriormente su rumbo profesional.
Proimágenes Colombia, entidad que fomenta la industria cinematográfica local, destaca cómo a partir de ese encuentro, Loboguerrero ingresó en 1968 a la Universidad de Vincennes para estudiar cinematografía especializada en cine educativo, antropológico y documental.
La cineasta regresó a Colombia en 1971 e inició su carrera profesional en instituciones como el Sena y el Ministerio de Educación, donde produjo cortometrajes sobre artistas y el entorno sociocultural.
Fundó la productora Filmando Ltda y escribió guiones, además de participar en numerosas producciones audiovisuales para cine y televisión.
Entre sus cortos y documentales premiados destacan títulos como Ya soy rosca (1979), Soledad de paseo (1978), Póngale color (1985) y Vida de perros (1986), varios de los cuales se exhibieron en festivales del circuito iberoamericano.
En la década de los años noventa, Loboguerrero dirigió la serie documental Inmigrantes (1994-1995), un trabajo de investigación audiovisual sobre la llegada a Colombia de comunidades como judíos, alemanes, japoneses e italianos tras la Segunda Guerra Mundial.
Su filmografía incluyó, además de su célebre ópera prima, películas como María Cano (1990), una biografía de la líder política pionera homónima premiada en festivales como San Antonio y Cartagena, y la comedia navideña Nochebuena (2008), que escribió junto a su hijo Matías Maldonado y que se benefició de la ley de cine promulgada en 2003.
Su paso por el sector público resultó trascendental para el fortalecimiento de la industria nacional. Entre 2000 y 2002 estuvo al frente de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura, donde impulsó iniciativas como Las Maletas de Cine Colombiano, los Premios de Cine y el boletín Claqueta.
Además, contribuyó con la fundación y presidencia de la Asociación de Guionistas Colombianos, además de desempeñarse como vicepresidenta de la Sociedad de Gestión de Actores y miembro fundacional de la Sociedad de Gestión de Directores Audiovisuales.
Reconocida defensora de los derechos de los creadores audiovisuales en un entorno históricamente masculino, su legado incluye la promoción constante de espacios y garantías para los profesionales del sector audiovisual.
Recibió múltiples distinciones, entre ellas premios Colcultura y medallas del Instituto Distrital de Cultura y Turismo, y en 2024 obtuvo el Premio Macondo de Honor por el conjunto de su carrera, según refirió proimagenescolombia.com. También ejerció como jurado en festivales nacionales e internacionales, así como en entidades clave del ecosistema cultural colombiano.
Varios testimonios recogidos por Revista Vea subrayan la vitalidad y el compromiso de Loboguerrero hasta los últimos meses de su vida.
En una entrevista realizada a finales de febrero de 2024, la directora compartió su deseo de seguir contando historias y su aversión hacia la muerte: “No me gusta la muerte, no me quiero morir y quiero hacer unas películas que me faltan”, declaró durante la conversación, vinculando sus motivaciones personales con la intensa pasión profesional que la acompañó hasta el final.
En ese mismo diálogo, la cineasta mencionó que durante la pandemia escribió un libro sobre el tema de la muerte, proceso que le ayudó a reflexionar sobre sus propios logros y anhelos pendientes.
La Sociedad de Gestión de Actores divulgó un mensaje de condolencias dirigido a familiares y amigos, destacando el impacto de la partida de quien ejerció como su vicepresidenta. En el pronunciamiento, la entidad transmitió su consternación y manifestó: “Su partida nos ha consternado a todos. Extendemos nuestro más sentido pésame y un fuerte abrazo a sus familiares y amigos en este doloroso momento”.
El Ministerio de las Culturas concluyó su homenaje celebrando el legado de Loboguerrero: “Su legado está presente en nuestro cine. Valoramos su huella en la cinematografía nacional”.
Esta afirmación resume la trascendencia de una vida dedicada a abrir camino en un ámbito donde su rigor, creatividad y visión planificada contribuyeron al surgimiento de una identidad propia en el cine colombiano.