Amparo Grisales, conocida como “La Diva de Colombia”, no solo ha dejado huella en la industria del entretenimiento por su talento y carisma, sino también por su disciplina en el cuidado personal y su activismo animalista.
Actualmente jurado del popular programa Yo me llamo, Grisales ha sido un ejemplo de vitalidad y compromiso con un estilo de vida saludable, el cual incluye una dieta vegetariana que lleva practicando desde hace más de cuatro décadas. Sin embargo, su decisión va más allá de la alimentación: está profundamente conectada con su amor por los animales y su espiritualidad.
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Amparo Grisales ha sido una figura icónica en Colombia por décadas. Su carrera abarca el cine, la televisión y el teatro, tanto en el ámbito nacional como internacional. A pesar del paso del tiempo, la Diva se mantiene vigente, lo que atribuye a su dedicación al ejercicio, una alimentación balanceada y la meditación. Estas prácticas no solo le han permitido conservar una figura atlética, sino también un bienestar integral que refleja en sus apariciones públicas.
El origen de su vegetarianismo
En una reciente entrevista con Jorge Alfredo Vargas, Amparo afirmó que su decisión de convertirse en vegetariana está profundamente ligada a su amor por los animales. “Soy incapaz de matar una mosca. La saco y le hablo. Amo los animales y por eso soy vegetariana”, afirmó. Esta práctica, que comenzó hace 40 años, refleja su conexión emocional con los seres vivos y su compromiso como animalista.
Amparo también mencionó que el vegetarianismo es parte de un equilibrio universal. En sus palabras: “Bendigo a los seres de la creación todos los días. Creo que si me comiera un chicharrón después de tantos años, me enfermaría. Mi ADN ya no es igual”.
La actriz también destacó que no intenta imponer sus creencias: “No me importa que la gente lo coma, no soy psicorrígida”.
El compromiso de Grisales con los animales va más allá de su dieta. La actriz participa activamente en campañas que promueven la adopción de mascotas y el cuidado responsable. En sus redes sociales, comparte mensajes que subrayan la importancia de tratar a los animales como miembros de la familia. Este activismo es una extensión de su filosofía de vida y su respeto por todas las criaturas vivas.
La dieta de Grisales está cuidadosamente diseñada para satisfacer sus necesidades nutricionales sin incluir productos de origen animal.
En la entrevista, la Diva reveló cómo fue eliminando progresivamente ciertos alimentos: “Primero dejé los mariscos y la carne; después, el pollo y los pescados; luego, los quesos”. Además, evita el pan hecho con harinas blancas, la sal refinada y el azúcar, a la que calificó como “el alimento de muchas enfermedades”.
En lugar de estos alimentos, Amparo opta por alternativas saludables como almendras, marañones y frutos secos en general. Prefiere preparar su propia leche de frutos secos para evitar los conservantes de las versiones comerciales. Entre sus alimentos preferidos también se encuentran las ensaladas verdes, el brócoli y las claras de huevo, mientras que evita las yemas.
Además de su enfoque en la alimentación y el ejercicio, Amparo Grisales da gran importancia a la parte espiritual. Cada mañana comienza su día con meditación y oraciones metafísicas, una práctica que, según ella, le permite conectarse con Dios y mantenerse centrada. “Es fundamental alimentar el espíritu tanto como el cuerpo”, subrayó.
La coherencia entre el estilo de vida de Amparo Grisales y sus convicciones personales la han convertido en una figura admirada por muchos. Su compromiso con el bienestar, no solo propio sino también de los animales y el planeta, es un recordatorio de que cada elección puede contribuir a un mundo más equilibrado y respetuoso.
A través de su ejemplo, Amparo invita a reflexionar sobre el impacto de nuestras decisiones diarias, desde lo que ponemos en el plato hasta la manera en que tratamos a los seres vivos que nos rodean. Su historia es una inspiración para quienes buscan vivir de manera más consciente y en armonía con el entorno.