En un operativo meticulosamente planificado y ejecutado por el Gaula Bogotá, uno de los más temidos extorsionistas de la capital colombiana ha sido capturado. El sujeto, identificado como Robinson, estaba vinculado a la organización criminal conocida como ‘La Octava’, y trabajaba bajo las órdenes de un capo que se encuentra recluido en la cárcel de La Picota.
El operativo, que se realizó a primera hora de la mañana, también condujo a la captura de cinco personas adicionales en diversas ciudades del país, desarticulando así una red delictiva de gran alcance.
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El día comenzó temprano para el Gaula Bogotá. A las 4:30 de la mañana, más de 40 efectivos se reunieron en la estación de Policía de Puente Aranda para recibir las instrucciones del operativo. El objetivo era desarticular una red de extorsión que operaba desde la cárcel de La Picota. Con las directrices claras, las patrullas y vehículos motorizados se dirigieron al barrio Los Cerezos, en la localidad de Engativá, donde se encontraba la vivienda del principal objetivo del operativo.
Detalles del operativo que desmanteló el call center ilegal
A las 5:00 a. m., el equipo del Gaula llegó al área. Una avanzada ya había asegurado el perímetro y se encargó de garantizar que el objetivo no escapara. Con precisión y en completo silencio, los agentes se aproximaron a la vivienda. A unos 300 metros del lugar, dos policías, con arietes pesados, forzaron la entrada de la casa. El grito de “¡Abran la puerta, Policía Nacional de Colombia!” resonó en el vecindario, anunciando el inicio de la operación.
Los vidrios de las ventanas estallaron al suelo mientras los uniformados ingresaban a la casa, ordenando al presunto criminal que se tirara al suelo. Robinson, un hombre de 35 años que había residido en la vivienda durante al menos dos años, se encontraba en ese momento con una mujer y un menor de edad. A pesar de no tener antecedentes criminales registrados, Robinson había sido identificado a través de investigaciones exhaustivas que vincularon su actividad con el esquema de extorsión en curso.
Oriundo de Garzón, (Huila), Robinson mantenía un perfil bajo y trabajaba en una reconocida EPS de la ciudad. Sin embargo, su rol en la organización era crucial: se encargaba de ejecutar las extorsiones ordenadas desde La Picota. Según los investigadores, Robinson no solo recolectaba el dinero a través de billeteras digitales, sino que también gestionaba las cuentas financieras de la banda y decidía qué víctimas debían ser presionadas con mayor intensidad para asegurar el pago de las extorsiones.
El coronel Carlos Cárdenas, comandante del Gaula Bogotá, explicó que la organización ‘La Octava’ se destacaba por su método particular de extorsión. En lugar de recurrir a la violencia física, utilizaban técnicas psicológicas que incluían amenazas con supuestos videos comprometidos y el establecimiento de relaciones sentimentales falsas para obtener material íntimo. Estas estrategias eran empleadas para aterrorizar a las víctimas, aprovechando información personal y familiar para incrementar la presión.
La red criminal ‘La Octava’ había logrado recaudar más de 180 millones de pesos mensuales a través de estas tácticas. La particularidad de su modus operandi radicaba en su enfoque psicológico y el uso de datos personales, a diferencia de otras organizaciones como ‘Satanás’ o el ‘Tren de Aragua’, que empleaban violencia física.
Durante el operativo, además de la captura de Robinson, fueron detenidos otros dos individuos en Bosa y Soacha, quienes ocupaban posiciones inferiores en la estructura jerárquica de la organización. En simultáneo, se realizaron operativos en Cali y Medellín, donde fueron capturados dos sujetos adicionales que desempeñaban funciones similares en sus respectivas ciudades.
Con esta operación, las fuerzas de seguridad buscan enviar un mensaje claro de que la lucha contra el crimen organizado continúa con firmeza y determinación en Colombia.