Sujeto habría apuñalado a su hijo por negarse a cambiar un bombillo

Julián Hinestroza, de 27 años, murió a manos de su padre José Cristóbal Hinestroza, de 67, tras sostener una discusión por el cambio de una bombilla en su casa del barrio Manrique Las Granjas, en la zona nororiental de Medellín.

Según los testimonios recogidos por las autoridades, luego de presentarse en la escena del crimen, el filicidio (asesinato o intento de asesinato a un hijo) de Hinestroza responde a un hecho de intolerancia o momento de ira mal administrada que enluta a la familia.

Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel.

La madre de Julián y expareja sentimental de Cristóbal tuvo que entregar la mayor cantidad de detalles a los investigadores de la Policía para dar continuidad al proceso en el que su esposo fue puesto a disposición de la Fiscalía para responder por el delito de homicidio.

Según reveló, mientras cocinaba Cristóbal se acercó para tomar un chuchillo y luego encaró a Julián, con quien habría estado discutiendo por el cambio de una bombilla.

El joven se encontraba realizando labores de reparación eléctrica en el hogar, pero logró reaccionar a la amenaza de su padre, que, sin embargo, terminó propinándole al menos dos puñaladas. Una en el brazo y la otra en el tórax.

Como pudo se levantó del suelo y salió de la vivienda pidiendo ayuda a los habitantes del sector y estos se comunicaron con las autoridades que, a su llegada, solicitaron la presencia de una ambulancia en el lugar.

Empeñados en salvar su vida trasladaron a Julián a un centro médico cercano, pero terminó falleciendo horas más tarde por cuenta de sus heridas, en un caso que sigue siendo materia de investigación para la seccional Antioquia.

Justo un año antes, en febrero del 2023, el país registró un incremento del 10% en los casos de homicidio que fueron motivados por la intolerancia, en comparación con el mismo periodo del 2022, según cifras obtenidas por la Policía Nacional.

Entre el 1 de enero y el 7 de febrero, hubo cerca de 206 asesinatos atribuidos a actos impulsivos de ira o altercados que escalaron a violencia letal, destacando una tendencia alarmante, según la cual dos de cada diez homicidios en el país respondían a conflictos derivados de la intolerancia.

La violencia, exacerbada a menudo por el consumo de sustancias como el alcohol o las drogas, se manifestó principalmente entre individuos de una misma familia o con algún grado de cercanía, como es el caso de Julián y Cristóbal Hinestroza. Además, la violencia de género fue una expresión preocupante de los niveles de intolerancia alcanzados, a través de casos catalogados específicamente como feminicidios.

Las ciudades de Bogotá, Barranquilla y Cúcuta se perfilaron como las metrópoli con mayor número de incidentes durante los primeros meses del 2023; no obstante, se reportó una disminución de casos de homicidio por intolerancia en la capital y en Barranquilla, mientras, Medellín demostró un incremento.

Para contrarrestar esta problemática, las autoridades implementaron ya hace un año estrategias de prevención, incluyendo campañas de sensibilización, incautaciones de armas y la promoción de líneas de atención para reportar violencia o solicitar ayuda.

En particular, trataron de enfatizar en el papel activo de las Unidades de Mediación y Conciliación en Bogotá, las cuales proporcionan servicios de intermediación y negociación en conflictos relacionados con dinero o propiedades, aunque su uso por parte de la ciudadanía sigue siendo limitada.

De ahí que algunos sectores insistieran en realizar una intervención comunitaria y mejorar las políticas de prevención para mitigar actos de violencia surgidos de la intolerancia, en medio de iniciativas que buscaban generar conciencia sobre la gravedad de estos conflictos y ofrecer herramientas para su resolución pacífica, que parecen haberse quedado cortas.