Hombres del frente de Dagoberto Ramos de las disidencias de las Farc continúan sembrando terror en el departamento del Cauca. El grupo guerrillero genera preocupación y alarma en la región. Esto se evidenció recientemente a tan solo 20 minutos de la ciudad de Cali (Valle), donde los disidentes instalaron un retén ilegal en la carretera que conecta el municipio de Miranda con Corinto, en el que descaderaron una situación de peligro y violencia.
Los hechos se registraron en la mañana del 6 de agosto, según confirmó el Ejército Nacional, y quedaron captados en diversas fotografías y videos que se difundieron ampliamente en las redes sociales. Los guerrilleros armados tomaron el control del corredor durante varios minutos, donde detuvieron el tráfico de vehículos y causaron temor entre los conductores y pasajeros.
Testigos presenciales relataron que los sujetos, sin dar mayores explicaciones, ordenaron a los conductores detenerse y bloquear el tramo de la carretera. Aunque las autoridades desconocen si se impusieron cobros o extorsiones, el hecho en sí fue suficiente para sembrar inquietud entre las personas que se movilizaban por ese corredor.
Una vez que los militares fueron alertados de la emergencia se dirigieron al lugar para hacer frente a los guerrilleros se desató una balacera entre ambos grupos. Según el informe del Ejército Nacional, por fortuna, no se reportaron personas afectadas durante el enfrentamiento.
El teniente Javier Ortega, comandante del Ejército en el Cauca, aseguró que la situación fue controlada de manera oportuna por el Ejército Nacional y que no se reportó ningún tipo de hecho que pusiera en riesgo a las comunidades o vehículos.
“Los soldados lograron reaccionar y todo está bajo control”, precisó Ortega.
Sin embargo, la amenaza persiste debido al denominado “plan pistola” que inició el Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc bajo el mando de Iván Mordisco. Este plan consiste en ofrecer $4 millones por cada policía muerto, en un paralelismo con las estrategias de violencia empleadas por el célebre capo del narcotráfico Pablo Escobar.
Las autoridades consideran que este “plan pistola” es una represalia a las actividades operacionales que adelantan las fuerzas de seguridad y que permitieron importantes golpes contra esta estructura criminal, además del ofrecimiento de dinero por cada uniformado muerto. También se ofrece recompensa por el robo de armamento y equipos utilizados por los agentes.
Se presume que el Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc lleva a cabo actividades de “observación criminal” para identificar las rutinas de los miembros de la Policía y seleccionar el momento preciso para atentar contra sus vidas. Entre las acciones que podrían ejecutar se encuentran suplantar a policías, activar artefactos explosivos, hostigar y emboscar a los agentes.
Ante la gravedad de la situación, la Policía ejecutará acciones coordinadas para fortalecer las medidas de seguridad en las instalaciones de la Policía Nacional y proteger a cada uno de los uniformados, evitando que sean objetivos fáciles para este grupo armado.
La presencia de las disidencias de las Farc en el país
Es importante destacar que las disidencias de Iván Mordisco tienen presencia en diversas regiones del país, incluyendo el Catatumbo, los Llanos Orientales y la frontera entre Colombia y Venezuela, lo que demuestra la amplitud de su accionar y su capacidad para perpetrar actos de violencia en diferentes zonas del territorio nacional.
Este tipo de acciones rememoran la época oscura del narcotráfico en Colombia, cuando Pablo Escobar lideraba el temido Cartel de Medellín y ofrecía dinero por cada policía asesinado, lo que desencadenó una ola de violencia y terror hacia los uniformados y la población en general.
El denominado “plan pistola” se presenta en un momento delicado, pues el gobierno del presidente Gustavo Petro adelanta diálogos con las disidencias de Iván Mordisco en el contexto de la política de Paz Total.