Luego de conocerse el índice de inflación del 11% para el mes de marzo, el contraste entre el aumento del costo de vida y el de los automóviles volvió a dejar saldo a favor de los fabricantes, que debido a la baja de un 30% de las ventas en el primer trimestre del año tomaron la decisión de mantener o aumentar levemente los precios de los modelos más accesibles y también de las pick-ups.
En realidad, lo que se ha decidido es no aplicar incrementos sustanciales en los vehículos que se producen en las plantas nacionales, y los aumentos se ven mayormente en los vehículos importados, tanto sean los de la región como los de otros continentes. En gran parte, esa medida obedece a la necesidad de exportar a precios más competitivos, ya que ante una merma del mercado local, las ventas a otros mercados es un modo de compensar la crisis argentina. Lo que necesita la industria es vender más autos, y para ello hay dos variables posibles: que el ingreso de dólares por la cosecha mejore el poder adquisitivo de muchos argentinos que viven directa e indirectamente del agro, y que se vendan más autos a mercados externos.
En el marco de esta situación, ocurrieron dos cosas importantes con pocos días de diferencia. Primero se supo que dos empresas iniciaron procesos de reestructuración de personal afectado a la producción de automóviles. Una fue Toyota Argentina, abriendo un programa de retiros voluntarios para 400 posiciones de trabajo de colaboradores que están bajo convenio. La otra fue Renault Argentina, que ya había tomado una decisión similar en diciembre y decidió complementarla con la decisión de no renovar 270 contratos que han vencido o están próximos a perder vigencia.
Por esos días se confirmó la fecha para la primera reunión entre los representantes de las terminales automotrices y el Ministro de Economía, Luís Caputo, ese fue el otro evento importante, que finalmente se concretó el pasado jueves 11 de abril en el Palacio de Hacienda. Si bien se mantiene un alto grado de confidencialidad, se sabe que los temas giraron alrededor de la carga impositiva a la producción y la comercialización, la fuente de empleos que representa la industria en su conjunto y las condiciones para generar una mejor competencia de los productos manufacturados en Argentina a nivel internacional.
En la reunión con el Ministro de Economía este tema fue uno de los más hablados. “Fue una buena reunión de trabajo. Están manejando el tema con una serie de restricciones, así que estoy confiado en que van a salir buenas cosas. Soy optimista”, dijo Martín Galdeano, Presidente de Ford Argentina y Ford Sudamérica este fin de semana en Sao Paulo, Brasil, durante el lanzamiento del nuevo Ford Mustang GT 2024 que ya se vende en el vecino país y que llegará a Argentina en los primeros meses del segundo semestre.
Pero hay variables que no dependen de la economía o la matriz impositiva argentina sino de coyunturas de otros países. El año pasado ya se había empezado a notar con una menor demanda de Mercedes-Benz Sprinter, lo que generó que también se abriera un programa de retiros voluntarios en la planta de Virrey del Pino. Este año, Toyota confirmó que hay una merma en las exportaciones a Colombia y Chile por caída de la demanda, lo que permitió recuperar stock para atender a la demanda local que tenía demoras en las entregas pero a la vez llevó a la decisión mencionada anteriormente de reducir levemente la plantilla de trabajadores que quisieran tomar la opción.
“Nosotros habíamos comunicado en enero una proyección conservadora de un 15% de crecimiento para este año, aunque el número que teníamos era un poco más alto. Hoy estamos viendo si llega al 10%, depende de lo que pase en estos próximos tiempos. Sabíamos que el primer trimestre iba a ser muy difícil, y que después iba a empezar a levantar gradualmente. Esperábamos un marzo mejor de lo que fue. Fue el peor de los tres meses. Entonces, estamos contando con una recuperación en el segundo semestre en sectores claves como agro, minería y oil&gas, y que eso empuje a la economía a lo largo del año”, completó.
“Hoy por hoy no esperamos grandes cambios en temas impositivos de producción. Lo que sí estamos esperando es una solución en cuanto a los impuestos para exportar, porque nos resta competitividad internacional. Cualquier de nosotros, los empresarios, sabe que lo mejor es que sigamos teniendo equilibrio fiscal. Porque eso nos da credibilidad a nosotros y hace un plan sustentable a largo plazo. Nadie va a cuestionar eso. Pero los fabricantes competimos porque nos elijan para comprar entre todas las marcas, pero también competimos para que nos compren otros países. Nosotros competimos con Estados Unidos, Tailandia y Sudáfrica. Y cuando miro esos mercados, todos tienen un nivel impositivo más bajo que nosotros. Nosotros tenemos entre 20 y 25 puntos de impuestos. Sudáfrica y Tailandia tienen cero, Brasil tiene entre 7 y el 8%, México tiene también cero. En el mediano plazo hay que resolver esto. La generación anterior de Ranger se exportaba a México. La generación nueva no. Eso es una pérdida”, sentenció el Presidente de Ford Sudamérica.
En su nuevo rol como líder de Ford a nivel regional, para Galdeano es Brasil, el principal mercado al que se exporta desde las fábricas argentinas, el ejemplo que hay que mirar porque “está trabajando muy fuerte en una reforma tributaria y en el plan Mo Ver, que no sólo establece el plan de descarbonización de la industria apostando muy fuerte en algo que es su fuerte como el Etanol combinado con híbridos, pero lo importante es que está poniendo el plan sobre la mesa antes que otros, y las inversiones que ha recibido muestran que está tomando ventaja de eso. Nosotros todavía estamos más en macroeconomía que en microeconomía, y es lógico. Estamos viendo dónde aprieta más el zapato. Pero que el pueblo argentino vea la luz al final del túnel va a requerir que vayamos a la mico también”, concluyó.