Aunque CitiBanamex mantuvo en 1.5% su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2022; la institución redujo sus estimaciones para el próximo año, al situarlas en 1.2% desde 1.8% previo.
Analistas del banco comentaron a El Universal que esta reducción en la estimación de crecimiento se debe a una ligera recesión en Estados Unidos en un escenario complicado por la alta inflación, tasas de interés y la incertidumbre que prevalece por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
“La desaceleración del consumo y el comercio mundial, considerando también las recesiones que ahora se anticipan en los próximos 12 a 18 meses para la zona euro, el Reino Unido y varios mercados emergentes, afectarían las exportaciones y el consumo de México, este último a través de una menor entrada de remesas”, señalaron.
Además, previeron que la inflación en México cerrará este año en 7.7% y la principal tasa de interés del Banco de México llegará a 9.50%, desde su nivel actual de 7.75%.
“Reconocemos que los crecientes temores de recesión, la reciente caída de precios de materias primas en todo el mundo y un panorama más benigno en las cadenas de suministros debería de alguna manera calmar las preocupaciones inflacionarias. Pensamos que se vuelve particularmente más relevante desde una perspectiva más a mediano plazo, la cual explica nuestra revisión a la baja de nuestro estimado de inflación para 2023 en 4.0% anual”, opinaron en el banco.
La firma resaltó que la perspectiva de la actividad parece cada vez más sombría para 2023, cuando se espera un crecimiento de 0.9% en Estados Unidos, lo cual, combinado con un entorno de baja inversión, complicará la dinámica productiva.
“El deterioro de la inversión estadounidense tendría un impacto adicional negativo en las manufacturas en México, especialmente en los sectores con vínculos más estrechos con los socios comerciales de México en América del Norte”, explicaron.
No obstante, explicaron que con la relocalización de empresas en México se puede favorecer a la actividad económica del país.
“Las tendencias de relocalización y redimensionamiento de cadenas de producción y la posibilidad de que México se beneficie de ajustes en las cadenas de suministro por los problemas de producción en las regiones más afectadas por los bloqueos relacionados con el Covid y las consecuencias de la guerra en Europa del Este, siguen siendo los principales riesgos al alza tanto a corto como a medio plazo”.
Hace unos días, el banco BBVA elevó su pronóstico de crecimiento del producto Interno Bruto (PIB) de México para 2022 a 2% desde una estimación previa de 1.2 %, aunque advirtió de una posible ralentización de la economía por una menor inversión y consumo interno.
En su informe “Situación México”, el banco redujo la perspectiva de crecimiento para 2023 a 1.6 % desde un 2.1% previo, principalmente por la recesión esperada el próximo año para la economía de Estados Unidos, que es el principal socio comercial del país.
“Aquí (México) no hay definición oficial de recesión, lo que estamos anticipando es una desaceleración hacia el año que viene”, destacó Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México.
Saidé Salazar, economista principal de BBVA México, detalló que para la segunda mitad de 2023 la economía mexicana enfrentará “un entorno más adverso, en línea con el menor dinamismo que anticipamos para Estados Unidos en ese mismo periodo”.
Los analistas del BBVA comentaron que la mejor perspectiva para el cierre de 2022 de México se debe al “buen desempeño” de la actividad económica de la primera mitad del año, principalmente por el sector terciario, de los servicios y el turismo.
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