La verdad detrás de los rituales más populares de Año Nuevo

Son varias las teorías acerca de los orígenes de estas prácticas que agregan chispa a la despedida del año viejo

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(Foto: REUTERS/Andrew Kelly)
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No hay duda que recibir con los brazos abiertos a un nuevo año es el primer paso para atraer la prosperidad. Pero una grata y nostálgica despedida también influye para soltar las cadenas que nos alentan a iniciar otro capítulo de nuestras vidas.

Es ahí donde, para algunas personas, entra la relevancia de los rituales: aquellas prácticas que, además de agregar un toque divertido al fin de año, incentivan a querer iniciar el nuevo ciclo con el pie derecho.

Quema de muñecos, ingesta de uvas o figuras de borreguitos colgados en las puertas: la espontaneidad de las situaciones hace cuestionar el origen de esos hilarantes hábitos, los cuales, por muy “ridículos” que sean, se continúan realizando con la misma devoción año con año.

12 UVAS

(Foto: Shutterstock)
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Una mezcla de numerología e historia es el resultado del ritual más popular de Año Nuevo en casi todo el mundo.

Según la costumbre, se debe comer una uva al ritmo de cada campanada de medianoche para atraer la buena suerte y prosperidad. Sin duda, un acto que cada año genera ola de memes y chistes al respecto por las “imposibilidades” de realizarlo, al menos, sin lucir gracioso en el intento.

A pesar que la ingesta de las 12 uvas es una tradición que llegó a América Latina desde España, su enigmático origen se basa en dos teorías, señaladas por el periodista estadounidense, Jeff Koehler.

La más sólida apunta a que en 1909, productores de Alicante tuvieron una cosecha excelente de uvas blancas, tanto así que tenían vastas cantidades de producto restante. De ahí que, se señala, hallaron una manera de vender los excedentes al plantear que su consumo proveería de buena suerte a las personas.

La segunda se desarrolla unos años antes, en 1880, donde la aristocracia española comenzaba a celebrar la Nochevieja con uvas y vino espumante, en imitación a las tradiciones francesas. Sin embargo, el resto de la sociedad habría adoptado la costumbre como una mofa hacia la burguesía.

BORREGOS DE LA ABUNDANCIA

(Foto: REUTERS/David Mercado)
(Foto: REUTERS/David Mercado)

Adornados con listones, brillantina o telas llamativas, los borregos de la abundancia son otros de los rituales más populares para Año Viejo. La imagen de un esponjoso borreguito, con nariz rosada y ojos tiernos se acostumbra a colgar en las puertas de hogares y mercados como imanes de buena suerte, prosperidad y estabilidad económica.

Aún cuando es una de las tradiciones más comunes, la realidad es que su origen tampoco es claro, pues algunos relatos cuentan que provienen de una leyenda de los Alpes Suizos, mientras que otros apuntan a Andalucía como el lugar de nacimiento.

Y es que según la versión a la cual se decida apegar variará ligeramente la práctica del ritual: si se opta por la Suiza, a la figura tiene que agregar la leyenda “Borreguito de la montaña, haz que con tu lana junte dinero cada mañana”. Mientras que para la española se le escribe “Tal y como lo cuenta la leyenda de Andalucía, de quien posea uno de ellos llenará su casa de amor y armonía”.

A pesar de las diferencias en lo que a su origen respecta, lo cierto es que la relación del animal con la abundancia surge de los relatos bíblicos, además que en épocas antiguas se les consideró con un valor monetario y como un elemento de cálculo.

ROPA INTERIOR DE COLORES

(Foto: Antonio Cruz / Cuartoscuro.com)
(Foto: Antonio Cruz / Cuartoscuro.com)

En vísperas de Año Nuevo, mercados y tianguis se colman de ropa interior roja y amarilla para aquellos quienes gustan de los rituales pintorescos y atrevidos.

La dinámica de esta costumbre es sencilla: si se busca atraer al amor, se deberá usar una prenda roja. Mientras que la amarilla es ideal para que el dinero no haga falta en los bolsillos.

Un dato curioso es que dicho ritual es de los que más teorías se han formulado respecto a su origen, cada una con espacios y tiempos totalmente separados o incluso inciertos.

Algunos expertos señalan que esta costumbre surgió en la Antigua Roma, en la época cristiana, donde se daba la bienvenida al Año Nuevo Romano añadiendo un trozo de tela roja al atuendo de hombres y mujeres del imperio, lo cual simbolizaba el poder, la fertilidad, la salud y el corazón.

Otros relatos dicen que China fue la primera nación, de la que se tiene registro, en aplicar esta tradición, ya que este país ha implementado el rojo para ahuyentar al Niàn, una bestia devora hombres.

En tanto, otra más se sitúa en la Edad Media donde dicho color se le relacionaba con las brujas y el ocultismo, lo cual llevaría a la sociedad a asimiliralo a la pasión y alegría. De ahí que surgió la costumbre de llevarlo por debajo de la ropa, en lo escondido.

Los demás colores se incluyeron con el paso del tiempo, la mayoría de sus significados basándose en la teoría del color que relaciona las tonalidades con sensaciones o emociones específicas.

QUEMA DEL MUÑECO

(Foto Especial)
(Foto Especial)

En varias partes de Latinoamérica se acostumbra la popular quema del “Muñeco de año viejo”: tal cual su nombre indica, se trata de prender en llamas una marioneta, normalmente hecha con ropa vieja y con un tipo de “testamento” en donde se plasman los tragos amargos del año saliente.

Esta práctica se realiza para deshacerse de las malas vibras o simplemente dejar ir las experiencias poco gratas; incluso, algunos atrevidos optan por agregar pirotecnia a la quema para generar más efusión entre los observadores.

Así como el resto de los rituales, no se sabe con certeza de donde surgió, pero las hipótesis más fuertes señalan que deriva de ciertos rituales paganos de la vieja Europa.

Otro ángulo de la historia apunta que la costumbre cobró fuerza en Latinoamérica a raíz de las epidemias que provocaron el fallecimiento de miles de indígenas y criollos. Es así que, como una medida de sanidad, se habría recomendado incinerar las vestimentas de todas y todos los enfermos en el último día del año, acomodados en grandes bultos.

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