La prestigiada publicación británica The Economist consideró que lo sucedido el pasado jueves en Culiacán, Sinaloa tras la captura y posterior liberación de Ovidio Guzmán López, uno de los diez hijos del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán es “un nuevo nivel de fracaso” para el gobierno mexicano.
Destacó que la batalla armada que se desató en las calles de Culiacán fue, una vez más, una historia del crimen organizado contra el estado desorganizado.
Resaltó que todo comenzó como un intento de los soldados y otros agentes para arrestar a un objetivo preciado: Ovidio Guzmán López, cuyo padre, Joaquín (también conocido como "El Chapo"), una vez dirigió la banda de narcotraficantes de Sinaloa y está cumpliendo cadena perpetua en una prisión estadounidense.
The Economist señala que Ovidio lidera una de las facciones del Cártel de Sinaloa, junto con su hermano, por lo que poco después de que las fuerzas de seguridad lo atraparan el 17 de octubre, llegaron refuerzos del negocio familiar.
“Cuando los camiones ardieron y las balas se quebraron, la gente tomó a sus niños y huyeron. Al menos ocho personas murieron en el tiroteo. Superados en número, los soldados dejaron en libertad a el ‘Chapo Junior’”, señala la publicación británica.
El artículo resalta que los tiroteos han sido comunes en Culiacán desde 2006, cuando el entonces presidente, Felipe Calderón, movilizó al ejército para luchar contra las bandas de narcotraficantes.
“El Estado también ha sufrido su cuota de humillaciones, sobre todo el escape de una prisión mexicana de “El Chapo” en 2015. Pero nunca el gobierno ha cedido públicamente ante el crimen organizado. Este fue un nuevo tipo de fracaso para las autoridades de México”, sentenció.
Sin embargo resalta que el despliegue de 30 elementos sin asegurar el perímetro ni tener apoyo aéreo“ sugiere que la operación en Culiacán estuvo pobremente planeada”.
La publicación apunta que lo ocurrido revela mucho de lo que piensa el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador sobre el flagelo de la violencia y cómo enfrentarla.
“Su plan de combate depende de una mezcla de bienestar para los jóvenes, medidas drásticas contra la corrupción y una nueva, fuerte, Guardia Nacional de 60 mil elementos. Pero eso no es suficiente”, insiste.
The Economist señala que el presidente pronosticó que con su estrategia, el número de homicidios caería en seis meses, pero la tasa de asesinatos sigue al alza.
“Que la carnicería en Sinaloa se produjera la misma semana que se produjera la masacre de 14 policías en el estado de Michoacán y el asesinato, por parte de soldados de 14 presuntos criminales en el estado de Guerrero, ha disminuido la esperanza de que hay avances”, sentencia la publicación británica.
Un ataque sorpresa, una orden de aprehensión y un operativo improvisado: estas son las contradicciones en la detención del hijo del Chapo, Ovidio Guzmán
Luego de los hechos que sembraron terror en Cualiacán, Sinaloa, existe una serie de contradicciones en el intento fallido de capturar a Ovidio Guzmán López, hijo del exlíder del cártel de Sinaloa, El Chapo y al menos cinco versiones son las que dio el gobierno federal.
Un día después de la ola de violencia por la ciudad, se supo que el “Chapito” había sido detenido por miembros del Ejército, pero tuvo que ser liberado para frenar los actos vandálicos y salvaguardar la seguridad de la ciudadanía.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, dijo a Reuters que ante las acciones de sicarios del cártel de Sinaloa, el Ejército tuvo que suspender su operación.
Hasta la noche del jueves no había claridad y surgió la duda de que si estaría o no detenido Ovidio Guzmán.
En ese sentido, Durazo Montaño soltó la primera versión oficial, cuando informó, cinco horas después de los sucesos, que al menos 30 elementos de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) realizaban un recorrido de rutina, donde fue ubicado el hijo del capo en el fraccionamiento Tres Ríos, alrededor de las 15:30 horas al interior de una vivienda.
En ese momento fueron agredidos, pero lograron controlar la situación y los elementos localizaron a 4 sujetos, entre ellos, el hijo del exlíder del Cártel de Sinaloa.
Luego, un día después de las balaceras que dejaron al menos ocho fallecidos y 16 heridos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, contradijo a su secretario y aseguró que lo ocurrido fue a raíz de cumplir con una orden de aprehensión, con fines de extradición de Ovidio.
Al preguntarle a Andrés Manuel López si la orden de extradición del hijo de El Chapo, nacido en Badiraguato, se emitió para enviarlo a Estados Unidos, el mandatario evadió la respuesta.
Tras las versiones de AMLO que puso en jaque a su secretario, vino la tercera explicación. Durante una conferencia de prensa con el gabinete de seguridad, donde Cresencio Sandoval, titular de la Sedena afirmó que personal de la Policía Ministerial actuó de manera improvisada y precipitada.
Asimismo, Alfonso Durazo insistió en que Ovidio Guzmán nunca estuvo detenido. Argumentó que personal que participó en el operativo al verse rodeados por una fuerza mayor se dio la orden de abandonar el inmueble.
Sin embargo, las imágenes dicen más que mil palabras, ya que fueron difundidas fotografías del “Chapito” el supuesto día de su captura y nunca fueron desmentidas.
Incluso, en redes sociales circula un video donde se observa un supuesto pacto entre militares e integrantes del cártel de Sinaloa.
En la cinta no se ve violencia entre ambos bandos, sino que pareciera que se conocen y hasta se dan un cordial saludo.
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