En un evento sin precedentes en la ciudad, 90 parejas se unieron en matrimonio en la Concha Acústica del Parque Samanes, en lo que se convirtió en el matrimonio colectivo más masivo en la historia de Guayaquil. El evento fue organizado por el Registro Civil Municipal y oficiado por la vicealcaldesa de la ciudad, Blanca López. La ceremonia tuvo como objetivo no solo formalizar la unión de estas parejas, sino también promover el bienestar social y el uso inclusivo de los espacios públicos de la ciudad, según informó la municipalidad.
El evento, que inicialmente estaba programado para 80 parejas, se amplió debido a la alta demanda. Este tipo de ceremonias colectivas no son nuevas en Guayaquil, pero en esta ocasión las expectativas, tanto de asistencia como de apoyo institucional y del sector privado, fueron superadas con creces. La vicealcaldesa resaltó el impacto positivo de la recuperación de los espacios públicos para fomentar la convivencia ciudadana: “Qué mejor forma de aprovecharlos (a los espacios públicos) que con un matrimonio colectivo. Las familias están súper contentas y desde el Municipio les deseamos un camino y un futuro de mucho éxito, de respeto y de amor”, afirmó López.
La ceremonia fue un escenario de alegría y celebración para las parejas que se dieron el “sí” en un ambiente festivo, acompañados por familiares, amigos y la comunidad. La Reina de Guayaquil también participó en la entrega de obsequios a las parejas, patrocinados por la empresa privada, mientras que la Banda Municipal amenizó el evento con un repertorio musical que puso fin a la memorable jornada.
Historias que inspiran
Entre las 90 parejas que se casaron en el Parque Samanes, un historia destacó y fue divulgada por el Municipio de Guayaquil. Los protagonistas son Julio Salazar, de 84 años, y Rosalía Suárez, de 85. Después de 60 años juntos, finalmente decidieron legalizar su relación. Ambos residentes de La Prosperina llegaron emocionados a la ceremonia, donde Rosalía, vestida de blanco, tomó la mano de Julio, quien recordó con ternura el momento en que la conoció cuando aún existían haciendas en el sector de Mapasingue.
“Ella fue con unas amigas, yo andaba a caballo, la vi llegar y me enamoré”, relató Julio con una sonrisa. Para Rosalía, su unión es un “amor eterno, hasta que Dios decida separarlos”. La emotiva historia de la pareja fue un reflejo del espíritu del evento, donde cada unión representó no solo la consolidación de una relación, sino también un homenaje al amor que vence el paso del tiempo.
Otros matrimonios colectivos
Aunque el matrimonio colectivo de Guayaquil fue el más grande en la historia de la ciudad, no es el único evento de este tipo. Uno de los matrimonios colectivos más impresionantes tuvo lugar en India en 2013, cuando 3.600 parejas se casaron en el estado de Uttar Pradesh, en un evento impulsado por el gobierno local. Esta ceremonia masiva buscaba apoyar a familias de escasos recursos, ofreciendo todos los servicios matrimoniales de manera gratuita.
Otro de estos eventos ocurrió en Filipinas en 2011, donde 1.500 parejas participaron en un matrimonio colectivo en la ciudad de Quezon, organizado por el gobierno local. Estos eventos no solo permiten a las parejas formalizar su relación sin los costos de una boda privada, sino que también refuerzan el sentido de comunidad y apoyo mutuo.
En el caso de Guayaquil, este tipo de iniciativas buscan, según indicó la Municipalidad: “No solo celebrar el amor, sino que también fomentar el bienestar social para construir una Ciudad de Todos”. El evento se convirtió también en un aliciente para los ciudadanos que por unas horas pudieron olvidar la violencia e inseguridad que se vive en la urbe y en jurisdicciones cercanas.