París, 13 dic (EFE).- El gobierno francés está en una carrera contrarreloj para contener la propagación de la dermatosis nodular contagiosa, tras detectar varios brotes en los últimos días en el suroeste del país, y también para intentar tranquilizar a los ganaderos, que han expresado su malestar con cortes de carreteras.
En esa línea, la ministra de Agricultura, Annie Genevard, anunció este sábado que casi un millón de cabezas de ganado van a ser vacunadas contra la dermatosis nodular contagiosa (DNC) en las próximas semanas, en un intento de contener una nueva ola de indignación por parte de los ganaderos.
Una decisión que llega al día siguiente de que el Ministerio de Agricultura anunciase la ampliación del ámbito de vacunación obligatoria del ganado contra esta enfermedad viral por un "deterioro repentino de la situación sanitaria".
Esta enfermedad de la piel, que no es contagiosa para los humanos y se transmite entre el ganado o por la picadura de una mosca o un tábano, se detectó por primera vez en Francia el pasado junio en una granja de Saboya donde se sacrificaron más de 70 cabezas de ganado.
Hasta la fecha, se han sacrificado unas 3.000 cabezas de ganado en Francia, siguiendo los protocolos de la normativa comunitaria, según datos del Ministerio de Agricultura, que desde el 29 de junio al 11 de diciembre ha detectado 110 brotes en el país en nueve departamentos franceses del este y suroeste del país.
Una normativa que para el gobierno francés es la única solución frente a la enfermedad y la aplica a rajatabla para evitar la muerte de al menos 1,5 millones de animales, el 10 % del ganado.
La indignación de los agricultores por los sacrificios de animales, incluso los no contaminados en las granjas donde algún animal da positivo, se intensificó entre este viernes y sábado, especialmente en el suroeste.
Casi 150 kilómetros de la autopista A64, entre Bayona y Tarbes, están cerrados al tráfico debido a los bloqueos que comenzaron el viernes por la noche, en el lado del País Vasco francés y más al este, en Carbonne (Alto Garona), punto de partida de una protesta agrícola anterior en enero de 2024.
Además de la A64, otras vías en el suroeste están bloqueadas: una parte de la circunvalación norte de Pau, la de Auch, en el Gers, un tramo de la N20 y partes de la D911 en Ariège, así como partes de la autopista A75 en Aveyron.
Las autoridades registraron a nivel nacional una quincena de acciones en trece departamentos, que congregaron entre novecientas y mil personas, algunas con tensiones, según fuentes de Interior.
En 2024, el descontento se prolongó durante semanas. Esta vez, el gobierno quiere evitar que se agrave a menos de dos semanas de Navidad y en víspera de que la próxima semana se celebre una sesión parlamentaria crucial para asegurar el presupuesto francés de 2026.
La situación actual es aún más volátil porque se produce en un momento en que los Estados europeos deben decidir, entre el 16 y el 19 de diciembre, sobre la firma del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), contra el cual los agricultores franceses están muy movilizados.
Este sábado, el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, calificó de absurda la matanza sistemática de ganado. "Instituciones científicas y profesionales afirman que hay otras soluciones", dijo en sus redes sociales. También los ecologistas se pronunciaron por una eutanasia "específica".
Por su parte, la líder de la Agrupación Nacional, Marine Le Pen, mostró su empatía este viernes por la frustración de los agricultores, quienes sienten que se les imponen decisiones desde Bruselas, como los acuerdos comerciales del Mercosur, la anunciada reducción de la Política Agrícola Común Europea y la proliferación de regulaciones. EFE