Juan Manuel Santos afronta el reto de explicar el alcance del pacto con las FARC

Éste será el máximo desafío para el presidente colombiano de cara a la sociedad, incluso por encima de los puntos que quedan para el acuerdo final con el grupo narcoterrorista

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 EFE 163
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El apretón de manos de Juan Manuel Santos con el líder de las FARC, Timochenko, jaleado por el dictador cubano Raúl Castro, es una foto tan histórica como complicada de entender para millones de colombianos. Porque no todos aceptan ver a su Presidente estrechando la mano del jefe del grupo guerrillero, luego de haber firmado un pacto que le garantiza seguir en libertad a todo aquel que reconozca que cometió delitos.

El gran desafío para el titular de la Casa de Nariño, incluso por encima de los puntos que quedan para el acuerdo final con los narcoterroristas, es tratar de explicar que ese saludo tripartito es el comienzo del final de un histórico conflicto armado que lleva más de 50 años.

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La última vez que los colombianos habían visto a su mandatario junto al máximo líder de las FARC, que mantiene fuertes lazos con el chavismo y el grupo terrorista libanés Hezbollah, fue el 8 y 9 de febrero de 2001, cuando se reunieron el por entonces jefe de Estado Andrés Pastrana y el guerrillero Manuel Marulanda para avanzar en los diálogos del Caguán.

Aquél fue el último proceso de paz previo al que se lleva a cabo desde hace casi tres años en La Habana, pero su fracaso provocó años de guerra en la cual el Estado, con Álvaro Uribe como Presidente y Santos como ministro de Defensa, logró fracturar la estructura de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Sin embargo, desde que se iniciaron las conversaciones con las FARC en Cuba, el gobierno colombiano nunca pudo arraigar un mensaje esperanzador en la sociedad. En este sentido la última encuesta de la consultora Gallup, previa al enfriamiento del conflicto anunciado a finales de julio, arrojaba un dato significativo: los partidarios de una solución militar eran los mismos que los de una solución pacífica.

¿Habrá un cambio?

A pesar de la apatía en la sociedad colombiana con respecto a las FARC, al mismo tiempo todos confían en que la guerrilla cambie su discurso y trate de acercarse a una población entre la que tienen un mínimo apoyo, según publica el periódico El País, de España.

El sostén ciudadano será esencial para refrendar lo acordado en La Habana, tal y como ha prometido Santos. El Gobierno ha puesto en marcha la maquinaria para hacer ver los beneficios de la paz, ya que desde febrero pasado un equipo de 12 personas, que dependen directamente de Presidencia y está liderado por la periodista María Alejandra Villamazir, ha trabajado en silencio en la elaboración de la estrategia a desarrollar.

Desde el Palacio de Nariño aseguran que no solo los miembros del Gobierno se harán más visibles, sino que también participarán, en lo que han querido llamar "la conversación más grande del mundo", intelectuales y artistas.

No es casualidad

que horas después de anunciarse el acuerdo en La Habana,

Juanes

y

Fonseca,

dos de los artistas más reconocidos en Colombia, con 10 y tres millones de seguidores en

Twitter

respectivamente,

celebraran el pacto

que deja atrás una contienda que provocó

más de 220.000 muertes
y afectó

en total a

casi ocho millones de personas.

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