Durante la misa matinal celebrada en la Casa Santa Marta, Jorge Bergoglio explicó que la confesión no es un "juicio", sino un "encuentro" con un Dios que perdona y olvida todo pecado a la persona que no se cansa de pedir su misericordia.
Para Francisco, "ir a confesarse no es como ir a la tintorería, donde te quitan una mancha. No, es ir a encontrar al Padre, que reconcilia, que perdona y que festeja".
"Antes que nada, Dios perdona siempre. No se cansa de perdonar. Somos nosotros quienes nos cansamos de pedir perdón. Pero él no se cansa de perdonar", reiteró el Pontífice en la homilía, referida por Radio Vaticana.
Si la duda que podría surgir en el corazón humano es sobre "cuánto" Dios está dispuesto a perdonar, reiteró Francisco, basta "arrepentirse y pedir perdón: no se debe pagar nada, porque ya Cristo pagó por nosotros".
"Perdona todo. Si vas arrepentido, perdona todo"
"No existe pecado que no perdone", dijo. "Perdona todo. 'Pero padre, no voy a confesarme porque hice cosas tan feas, tantas por las que no tendré perdón', pero no es cierto. Perdona todo. Si vas arrepentido, perdona todo".
Además, Francisco sugirió un examen de conciencia a los sacerdotes dentro del confesionario: "¿Estoy dispuesto a perdonar todo? ¿A olvidarme los pecados de esa persona?". Y reflexionó que "muchas veces las confesiones parecen una formalidad", con "todo mecánico".