Estados Unidos condenó este lunes "el brutal ataque" suicida lanzado por un comando talibán contra el aeropuerto de Karachi, el mayor de Pakistán, con un resultado de 38 muertos, entre ellos los 12 asaltantes.
"Estados Unidos condena este ataque brutal y es firme en su compromiso con el pueblo de Pakistán en sus esfuerzos por luchar contra el terrorismo y construir un futuro de paz. Apoyamos los esfuerzos de Pakistán para llevar a todos los implicados en la planificación y ejecución de este ataque ante la justicia", dijo la vocera del Departamento de Estado, Jen Psaki.
La vocera extendió las condolencias del pueblo estadounidense a las víctimas y deseó una pronta recuperación a los heridos.
"Lamentablemente, el pueblo paquistaní se enfrenta a agresiones violentas por parte de numerosos grupos. El mismo día del ataque al aeropuerto, 30 peregrinos chiítas fueron asesinados en Baluchistán, las últimas víctimas inocentes de la violencia sectaria", agregó en referencia al otro episodio sufrido en territorio paquistaní.
Añadió que "la violencia extremista contra hombres, mujeres y niños inocentes paquistaníes de cualquier fe es un asalto a los valores humanos universales".
"Alentamos al gobierno a proteger y mejorar las vidas de los miembros de las minorías de Pakistán y tomar medidas concretas para promover la tolerancia y la libertad religiosa", concluyó la vocera.
Sube la cifra de muertos en Karachi
Los fallecidos han ascendido a 38 tras el hallazgo de siete cadáveres en una cámara frigorífica, dijo a EFE una fuente policial.
Los cuerpos sin vida de siete trabajadores del servicio de tierra fueron encontrados a primera hora de este martes y los indicios apuntan a que los atacantes los encerraron en la cámara y lanzaron una granada antes de cerrar la puerta, según un agente local de la Policía.
Los encerraron en la cámara y lanzaron una granada antes de cerrar la puerta
Con el hallazgo de estas nuevas víctimas, el balance de fallecidos por el ataque talibán se sitúa en 38, entre ellos los 12 asaltantes -las autoridades ayer informaron de 13- y 14 miembros de la guardia aeroportuaria y fuerzas de seguridad.
El asalto suicida se inició en la medianoche del domingo al lunes y duró unas doce horas durante las cuales se instaló la confusión en el aeropuerto, que fue cerrado de inmediato y no reabrió hasta el lunes a última hora de la tarde.
El ataque, reivindicado por el principal grupo talibán del país, el TTP, comenzó poco antes de la medianoche cuando los asaltantes accedieron al recinto con uniformes de la guardia aeroportuaria y burlaron los controles de seguridad exteriores.
El comando pasó por el área de facturación y se adentró hacia la zona de espera de pasajeros, donde los atacantes abrieron fuego contra la seguridad aeroportuaria.
El comando se abrió paso hacia las pistas y los hangares, donde intentó sin éxito incendiar los camiones cisterna de combustible y entabló un tiroteo con las fuerzas de seguridad.
El último grupo de tres talibanes se atrincheró en un hangar y, tras verse acorralados, dos de ellos se inmolaron con explosivos y el tercero continuó disparando hasta que fue abatido mortalmente de las fuerzas de seguridad poco antes del mediodía.
Un vocero del TTP, Shahidulá Shahid, reivindicó ante medios locales la autoría del ataque y lo justificó como una "reacción al asesinato de gente inocente en los bombardeos (del Ejército) en las aldeas".
Las Fuerzas Aéreas han realizado este martes a primera hora una nueva serie de bombardeos que, según la versión oficial, han acabado con la vida de 15 supuestos insurgentes en la región tribal de Khyber, en el noroeste del país.