Contra el cáncer, té verde y frambuesas

Los resultados más favorables se detectaron en el colon y la próstata. Un gel elaborado con extractos de frambuesas negras estableció notables mejorías de las lesiones orales que, no tratadas, pueden evolucionar en tumores

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La ingesta de té verde así como también de un gel derivado de las frambuesas, constituyen promesas que permite pensar en alternativas de tratamiento para diferentes tipos de cáncer.

Esta es la principal conclusión a la que arribaron los investigadores que presentaron las conclusiones preliminares acerca de los beneficios de estas dos sustancias en la lucha contra los tumores de próstata y colon.

"Hasta el día de hoy, los alimentos no han sido considerados tratamientos aptos para las enfermedades crónicas, y más específicamente, tumores. No obstante, nosotros creemos que eso no debería ser así pues la comida puede ser una ayuda fundamental dentro de la medicina", señaló el doctor Greg Jardine, co-autor de un estudio en el cual se estudió el nivel de reducción de los tumores de próstata en ratones.

"A diferencia de lo que sucede con las drogas convencionales -en las cuales uno puede tratar a un paciente y luego mediante un estudio observar una evolución favorable inobjetable- todo lo que entre en la denominación 'medicina alternativa', ya sean alimentos u otros elementos, no tienen efectos demostrados que se puedan relacionar estrictamente con una mejoría de la patología. De cualquier manera, es innegable que proveen bienestar en el paciente sin provocarle ningún daño, razón por la cual no hay motivo para impedir su utilización", explicó a Pro-Salud News el doctor Mario Bruno, jefe de servicio de Oncología del Hospital Álvarez

Cabe señalar que en ocasión de la Sexta Conferencia Anual de Investigación para la Prevención del Cáncer, realizada recientemente en Filadelfia, los Estados Unidos por iniciativa de la American Association for Cancer Research, también se presentaron los resultados de otros dos ensayos, uno realizado en humanos y el otro en roedores.

De las conclusiones del primero de ellos se extrajo que la utilización de frambuesas negras es vital para la elaboración de un gel que contiene propiedades curativas de las lesiones orales, a fin de evitar que éstas evolucionen en tumores.

Asimismo, el segundo abordaje se ubicó en la misma línea que el estudio liderado por el doctor Jardine al postular que el té verde es muy beneficioso para la prevención del cáncer de cólon.

Frambuesas y lesiones orales
"Seleccionamos 30 pacientes, 20 con lesiones orales precancerosas y 10 sanos. A todos se les indicó la colocación del gel elaborado en base a frambuesas varias veces al día. Al cabo de seis semanas pudimos observar una reducción de las lesiones en el 35 por ciento de los voluntarios. Además, ninguno de ellos reportó efectos adversos", refirió la doctora Susan Mallery, odontóloga, profesora de la cátedra de Cirugía Oral de la Universidad de Ohio, Estados Unidos.

Si bien se desconoce el origen del efecto beneficioso, la científica consignó que las responsables de la acción beneficiosa serían las mismas sustancias que le brindan a las frambuesas su color intenso.

Té verde contra el cáncer de colon
Finalmente, la tercera investigación estableció que los polifenoles del té verde posibilitan una reducción de hasta el 45 por ciento de los tumores de cáncer de colon; aunque los responsables del ensayo aclararon que, para lograr este efecto en seres humanos habría que consumir, probablemente, entre cuatro y seis tazas al día.

También para el Alzheimer
A través de una investigación presentada en la publicación Journal of Neuroscience en el año 2005, investigadores de la Universidad del Sur de Florida, determinaron que un compuesto antioxidante del té verde ayuda a combatir la degeneración de las neuronas, propia del mal de Alzheimer.

Para el estudio, los especialistas inyectaron durante varios meses galato de epigalocatequina-3 (EGCG por sus siglas en inglés) en roedores. Esta sustancia antioxidante provoca una reducción de la proteína b-amiloidem, responsable de la formación de las placas que se presentan en el cerebro de quienes padecen Alzheimer.

Al cabo de varios meses de inyecciones constantes los ratones, que habían sido inducidos a desarrollar una enfermedad genéticamente igual al Alzheimer, presentaron una reducción del 54 por ciento en la formación de las placas degenerativas.