Masters of Food & Wine: cómo fue la espectacular fiesta del rock, el vino y la gastronomía

El lujoso Park Hyatt Mendoza albergó una edición especial de este gran evento en el marco de la Semana del Rock. Más de 800 personas, 18 prestigiosas bodegas, 20 reconocidos chefs y cantantes del calibre de Fernando Ruiz Díaz y Juanchi Baleirón celebraron la unión de tres expresiones artísticas compatibles

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El Park Hyatt Mendoza albergó una edición especial inspirada en el rock del Masters of Food and Wine
El Park Hyatt Mendoza albergó una edición especial inspirada en el rock del Masters of Food and Wine

Eran casi la una de la mañana y desde el escenario resonó una frase que sin pretenderlo redujo la ceremonia a un concepto. Frase que fue sentencia y resumen. Remasterizada por el intérprete, acuñada por su padre muerto, recitada con espíritu, fuerza y melancolía. "La música y el vino vuelven una reunión en fiesta", dijo y las palabras se volvieron cuerpos con copas levantadas a su salud. Era el broche de una noche mágica, la edición especial del Masters of Food & Wine inspirada en el rock, con la magnificencia y la distinción del cuadro pintado por el Park Hyatt Mendoza.

Arte es, según la Real Academia Española, la actividad humana que tiene como fin la creación de obras culturales, el conjunto de habilidades, técnicas o principios necesarios para realizar una determinada actividad. La atmósfera olía a eso: había personas creando productos artísticos. Gastronomía, vitivinicultura, rock and roll, dibujo. Chefs, cocineros, enólogos, sommeliers, cantantes, rockeros, dibujantes. Y los testigos de la obra, actores medulares para que el arte sea completo.

Fernando Ruiz Díaz, amante del rock y apasionado por el vino, cerró la noche con un grandioso show
Fernando Ruiz Díaz, amante del rock y apasionado por el vino, cerró la noche con un grandioso show

El lujoso hotel de cinco estrellas albergó una edición especial del Master: Food & Wines, atravesados por la subcultura rockera, como marco y excusa de la Semana del Rock. La cita convocó a más de 800 personas -recital a sala llena-, 18 prestigiosas bodegas, 20 distinguidos chefs y varios artistas destacados de la música. El martes 11 un exclusivo Cocktail Open House precedió al espacio "Plus + Arte", el pintoresco retrato de los artistas que participaron del Wine Rock, y a la presentación del disco "Canciones dibujadas" del reconocido humorista gráfico argentino "Tute"; y antecedió a la exposición de "Los vinos de los artistas del Rock" coordinado por el enólogo Marcelo Pelleriti, promotor de la velada principal.

"La cocina tiene mucho de rock. Uno elige vivir rockandroleándola en esta profesión", reconoció el chef Pablo del Río, creador de los restaurantes mendocinos Zampa y Fuente y Fonda. Su manifiesto bien pudo concentrar la percepción de los encargados de cocinar platos que encarnaran expresiones del rock. Porque la consigna era ésa: comidas inspiradas en retazos de la escena rockera. Pablo hizo un cordero 'pensando en Gustavo Cordera': "Creo que hice un plato rock, que se come con la mano. Porque la comida rock tiene que ver con la informalidad sin sacrificar la calidad. El rock representa la visión de cosas políticas, sociales, culturales de un músico y nosotros tratamos de representar eso con la gastronomía: zonas, sabores, productos".

Más de 800 personas, 18 bodegas y 20 chefs participaron de la fiesta en el lujoso hotel mendocino
Más de 800 personas, 18 bodegas y 20 chefs participaron de la fiesta en el lujoso hotel mendocino

Miguel Enrique Palacios, chef de Bistró, tradujo en su obra gastronómica la canción de Divididos Spaghettis del rock. Sebastián Weigandt, chef del restaurante de la bodega Renacer, intentó representar su sentimiento del rock a través de una hamburguesa de novillo, cerdo y mollejas, con un aderezo picante de ciruela: "Charly, Aznar, Fito marcaron mi infancia. Pero elegimos un tema de Calamaro que se llama Los Chicos porque simboliza la unión de los amigos y el hecho de tirar todos para el mismo lado". Santiago Maestre, chef de Casa del Enemigo dijo que antes de abrir las puertas del local, después de cerrarlas y mientras comparten conclusiones de su trabajo escuchan rock. "Había mucho rock and roll en el plato y nos llevó también mucho rock and roll hacerlo. Estamos tanto tiempo con esa adrenalina y esa vorágine en la cocina que nos gusta compararnos con un rockero en un escenario. Lo que hacemos es una especie de arte. Y arte con arte se complementa".

El Masters of Food & Wine inspirado en el rock mezcló tres actividades artísticas: música, vino y gastronomía
El Masters of Food & Wine inspirado en el rock mezcló tres actividades artísticas: música, vino y gastronomía

"Los cocineros, a nuestro estilo, somos un poco rockeros también", coincidió Rubén Escudero, español, chef de Manko en París. "Somos todos artistas, todos estamos en la búsqueda de cómo expresar lo que sentimos a través de algo, ellos a través de la música y nosotros la comida", razonó Montserrat Martiarena, chef de banquetes en el Park Hyatt Mendoza. "En mi casa no existía una buena cena sin que mi abuelo sacara su guitarra o su armónica. Es como una religión disfrutar la comida con un buen vino y con música. Quién no recibe amigos para cenar en su casa y no prende la música para ambientar", ilustró Doreen Colondres, puertorriqueña, autora del libro "La Cocina No Muerde".

Guillermo Rigattieri, Ruiz Díaz, Juanchi Baleirón y Felipe Staiti brindaron un espectáculo en una noche a puro rock, cocina y vino
Guillermo Rigattieri, Ruiz Díaz, Juanchi Baleirón y Felipe Staiti brindaron un espectáculo en una noche a puro rock, cocina y vino

Los protagonistas respondieron al unísono la pregunta dónde pueden complementarse el rock, la gastronomía y los vinos. Repitieron "momentos", como el espacio común en el que las distintas artes se fusionan como un manifiesto compatible, multisensorial y total. Todo en simultáneo. Porque mientras los platos y las copas se vaciaban para volver a llenarse, por los oídos entraba música, autóctona y de calidad. Juanchi Baleiron, Felipe Staiti, Coti Sorokin, Guillermo Rigattieri, Rano Sarbach, Marcelo Pelleriti y el violinista Víctor Silione acompañaron la cena desde el escenario.

El postre: Fernando Ruiz Díaz cantando canciones de Catupecu Machu e hitos del rock nacional. Después de preguntar "¿puedo tomar un poco más de vino o no tiene nada que ver?", después de advertir que la ausencia de palmas obedecía a que el público -y la humanidad en general- no sabe cómo aplaudir con una copa de vino en la mano, después de empinar con el permiso de los presentes el pico de una botella de Malbecaster -la etiqueta de su amigo Juanchi Baleirón (la suya es Vanthra)-, recién sobre el final enseñó que "la música y el vino vuelven una reunión en fiesta". Todos entendieron que tenía razón.

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