Feto alcohólico: ¿Qué pasa si tomo licor, vino o cerveza durante el embarazo?

El embarazo es un etapa delicada que todas las mujeres viven de forma distinta, pues cada fase, que usualmente están divididas en trimestres, tiene diversos cambios físicos y hormonales, por lo que es importante que las mamás se mantengan saludables y estén bajo vigilancia médica, ya que cualquier complicación podría llegar a ser letal tanto para ella como para el bebé.

Por ello, hay una serie de recomendaciones para evitar afectaciones a la salud de la mamá y el bebé, quién incluso podría desarrollar enfermedades, ya sean físicas o mentales.

Las medidas de prevención van desde tener una alimentación saludable hasta limitar la movilidad, pero sin dejar de ejercitarse en medida de lo posible, así como evitar las bebidas alcohólicas. ¿Sabes por qué?

De acuerdo con información de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el tomar alcohol durante el embarazo provoca una afección al bebé conocida como Síndrome de Alcoholismo Fetal o Síndrome Alcohólico Fetal, el cual causa daños irreversibles que incluyen deformaciones físicas, alteraciones en el sistema nervioso, el corazón y daño cerebral.

La UNAM precisó que se ha observado que los hijos de madres que ingieren alcohol durante el embarazo tienen un mayor riesgo de presentar deterioro cognitivo, lo que repercute en sus logros y en el desarrollo intelectual durante sus primeros años de vida.

Según la información presentada por la UAM, los estudios no han dejado claro qué cantidad de alcohol es segura consumir, por lo cual, el consejo de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia es evitar por completo su ingesta durante el embarazo

Es difícil saber con precisión el momento en que se inicia un embarazo, además de que en ocasiones estos pueden ocurrir sin que se hayan planeado.

No obstante, aunque aunque las alteraciones se pueden dar desde la etapa embrionaria, los efectos adversos en el feto dependen no solo de la dosis, sino también del tiempo de exposición.

Por ello, los especialistas de la UNAM recomiendan que de haber consumido alcohol al inicio, se debe dejar de consumir alcohol por el resto del embarazo para evitar el riesgo de daño fetal.