Obispo de Chilpancingo no ha declarado sobre polémica desaparición, pues sigue sin poder hablar bien: Episcopado Mexicano

Ramón Castro, secretario general del Episcopado Mexicano, dio a conocer que él le ha hablado por teléfono a Salvador Rangel Mendoza, y aún no puede articular bien las palabras

Compartir
Compartir articulo
Ramón Castro dio declaraciones ante medios sobre el caso del obispo de Chilpancingo. (Impresión de pantalla video)
Ramón Castro dio declaraciones ante medios sobre el caso del obispo de Chilpancingo. (Impresión de pantalla video)

Ramón Castro, secretario general del Episcopado Mexicano, declaró el pasado martes, ante medio de comunicación, que el obispo de Chilpancingo Guerrero, Salvador Rangel Mendoza aún no ha podido dar su declaración ante autoridades, pues se encuentra aún bajo los efectos de las “tremendas” drogas que le dieron.

Castro señaló que Rangel Mendoza aún no puede hablar bien por la misma razón. “Yo he hablado por teléfono con él, no puede articular bien las palabras”.

Recordó que la Fiscalía del Estado de Morelos declaró que se había tratado de un secuestro exprés. Ante la pregunta de si confiaba en el dictamen de la Fiscalía, el obispo dijo que “nosotros de alguna manera tenemos que confiar, precisamente en las instituciones, en lo que deben hacer”.

Dio a conocer que el obispo de Chilpancingo se encuentra con su familia tratando de descansar y recuperarse. Señaló que esperan que pueda hacer su declaración para esclarecer el caso. “Él todavía no puede hablar bien, no se ha recuperado, está en ese proceso, y es lo que estamos esperando, que se recupere bien”.

Respecto a las declaraciones del comisionado de Seguridad José Antonio Ortiz Guarneros, quien dijo que el obispo de Chilpancingo ingresó por su voluntad a un hotel, en compañía de un hombre, el obispo de la diócesis de Cuernavaca aseguró que el almirante “ha hecho declaraciones que no le corresponden”.

El pasado martes, el obispo presidió la firma del “Compromiso por la paz” y para ello convocó a las tres candidatas a la gubernatura de Morelos, Margarita González Saravia, de la coalición Sigamos Haciendo Historia en Morelos; Lucía Meza Guzmán, abanderada de la coalición PRI-PAN-PRD-RSP, así como Jessica Ortega de la Cruz, candidata de Movimiento Ciudadano y Morelos Progresa.

Obispo salió de su casa con bolsa de plástico, tarjeta bancaria y en su camioneta

De acuerdo con la carpeta de investigación que abrió la Fiscalía General del Estado, el obispo emérito de Chilpancingo, Guerrero, salió de la casa que renta en el municipio de Jiutepec, Morelos, el pasado sábado 27 de abril alrededor de las 07:42 horas a bordo de una camioneta de la marca Volkswagen, modelo 2024.

La compra la realizó el pasado mes de marzo y aún trae permiso para circular. Además, el obispo, de acuerdo con sus colaboradores más cercanos, salió de su casa con una bolsa de plástico color negro, sus identificaciones y su tarjeta bancaria.

El obispo Salvador Rangel salió de una casa que renta en Morelos en su camioneta. FOTO: ARCHIVO AGENCIA CUARTOSCURO.COM
El obispo Salvador Rangel salió de una casa que renta en Morelos en su camioneta. FOTO: ARCHIVO AGENCIA CUARTOSCURO.COM

Sus colaboradores declararon a la Fiscalía del Estado que su estado de cuenta Bancomer registró dos movimientos de retiro, el primero de ellos a las 09:47 hrs del sábado 27 de abril, y el otro a las 21:15 hrs del domingo 28. El último retiro lo realizó de un cajero automático de la avenida Domingo Diez, situado en la zona norte de Cuernavaca.

Juan Ricardo Negrete Cárdenas, sacerdote de la parroquia Santuario de la Virgen de la Natividad, con sede en Chilpancingo, dijo que no había motivos para que el obispo se alejara de sus actividades rutinarias, cuando fue a presentar su denuncia por desaparición de persona y lo que resulte en agravio del obispo Salvador Rangel Mendoza de 78 años de edad, cumplidos cuatro días antes del presunto secuestro exprés.

Lo primero que hicieron el sacerdote, el chofer del obispo y el dueño de la casa que habita Salvador Rangel fue revisar la estancia y no encontraron huellas de hurgamiento, ni datos de violencia en acceso, es decir, concluyeron que la salida del obispo había sido voluntaria. En una mesa localizaron el teléfono celular.