Cómo consumir la espirulina para tener más energía

La espirulina es una cianobacteria, a menudo referida como alga azul-verde, debido a su rica pigmentación que combina tonalidades de azul y verde. Se encuentra ya sea en agua salada o dulce y es conocida por su forma espiral, de donde proviene su nombre.

A este microorganismo se le atribuyen un incalculable número de beneficios para la salud, entre los que se encuentran el ayudar a tener más energía y poder rendir mejor, ya sea en el día a día o durante las rutinas de ejercicio.

Es por esta razón que muchos deportistas la usan como suplemento dietético o superalimento pues se ha demostrado que su consumo ayuda e incrementar el rendimiento y mejorar la recuperación del cuerpo después del mismo.

En este sentido, la forma en que se consume influye en los beneficios que se busquen obtener, por lo que si se desea usar la espirulina para obtener energía se recomienda consumir en la mañana durante el desayuno.

Por su parte, si se desea usar para aumentar el rendimiento al realizar actividad física podría realizarse un batido de proteína y agregarlo como suplemento. La recomendación sería tomar medio batido antes del ejercicio para aguantar la rutina y medio después para recuperarse tras la actividad.

Cabe mencionar que la dosis recomendada de espirulina es de 1 a 3 cucharadas. En este sentido, las personas que nunca la han consumido se señala que deben optar por una cucharada e ir subiendo la dosis conforme su cuerpo se vaya acostumbrando y se noten los beneficios.

Esto se debe a que su sabor fuerte y el proceso de depuración que iniciar en el cuerpo puede desincentivar su uso si nunca se ha tomado antes.

La espirulina ha ganado popularidad como un suplemento nutricional debido a su amplia gama de beneficios potenciales para la salud, respaldados por diversas investigaciones. Aquí se detallan algunos de los principales:

• Alto valor nutricional: La espirulina es extremadamente rica en proteínas, vitaminas (incluyendo vitamina B12, que es difícil de encontrar en productos de origen no animal), minerales (particularmente hierro y magnesio), y antioxidantes, lo que la convierte en un complemento nutricional muy completo.
• Propiedades antioxidantes: La presencia de antioxidantes como la ficocianina, que le da a la espirulina su color azul-verde característico, ayuda a proteger contra el daño oxidativo por los radicales libres.
• Mejora del sistema inmunitario: La espirulina puede fortalecer el sistema inmune, aumentando la producción de anticuerpos y promoviendo una respuesta más efectiva frente a agentes patógenos.
• Control de la glucosa en sangre: Algunos estudios han mostrado que puede ayudar a reducir los niveles de glucosa en sangre, lo cual es relevante para personas con diabetes tipo 2.
• Regulación del colesterol: Se ha observado que el consumo de espirulina puede disminuir los niveles de colesterol total y LDL (conocido como colesterol “malo”) y aumentar el HDL (colesterol “bueno”), contribuyendo a la salud cardiovascular.

• Efectos antiinflamatorios: La ficocianina no solo es un antioxidante, sino que también tiene propiedades antiinflamatorias, lo cual puede ayudar en la reducción de la inflamación crónica.
• Ayuda en la pérdida de peso: Por su alto contenido de proteínas y nutrientes, puede promover la sensación de saciedad y ayudar en el control del peso al reducir la ingesta de alimentos.
• Mejora de la salud gastrointestinal: Al ser una fuente de fibra, puede contribuir a la salud digestiva y ayudar a prevenir el estreñimiento.
• Potencial desintoxicante: Se sugiere que la espirulina podría ayudar en la desintoxicación de metales pesados en el cuerpo, gracias a sus propiedades quelantes.
• Salud de la piel: Los antioxidantes y las vitaminas presentes en la espirulina pueden beneficiar la salud de la piel, protegiéndola de daños oxidativos y mejorando su aspecto general.

Es importante destacar que, aunque la espirulina se considera un superalimento con diversos beneficios para la salud, su consumo debe ser parte de un estilo de vida saludable y equilibrado. Antes de iniciar cualquier suplementación, se recomienda consultar a un profesional de la salud, especialmente si se tienen condiciones médicas preexistentes o se está embarazada o lactando.