Qué pasaría si la Tierra girara al revés

Pese a que todas son meras especulaciones, algunos especialistas del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señalan cuáles serían los siniestros en el remoto caso de que nuestro planeta dejara de girar como lo ha hecho desde hace miles de millones de año,

La hecatombe podría darse en caso de que algo muy grande -meteoro- impactara la Tierra a una velocidad de miles de kilómetros por hora, hecho que propiciaría un cambio de dirección, de giro, que causaría un impacto inmediato y con enormes repercusiones en la vida tal como la conocemos.

En caso de que la especie humana -remotamente- llegara a sobrevivir el impacto, tendría que adecuarse a nuevos cambios como los siguientes:

• Horario. Un efecto inmediato sería la concepción del día y la noche. En lugar de que el sol salga por el este y se ponga por el oeste, ahora sería al revés, provocando una alteración de nuestras funciones, algunas vitales, para sobrevivir, nuevo horario.
• Clima. El cambio de giro modificaría la formación de los vientos y las corrientes oceánicas, los patrones climáticos se verían completamente alterados, las regiones cálidas podrían volverse frías y viceversa. Esto tendría un impacto en la agricultura, la vida marina y el clima global en general.
• Gravedad. La rotación de la Tierra crea una fuerza centrífuga que nos mantiene en su superficie, esta fuerza también cambiaría lo que implicaría una modificación en la forma en que nos movemos y en la que interactuamos con los objetos.
• Ecosistemas. Un cambio tan drástico podría llevar a la extinción de muchas especies y a la aparición de nuevas formas de vida en animales y plantas que evolucionaron durante millones de años adaptándose a las condiciones actuales de la Tierra.
• Especies. Un cambio tan disruptivo requeriría de una gran capacidad de adaptación por parte de todos los seres vivos en la Tierra.
• Terremotos. La redistribución de la masa terrestre podría desencadenar terremotos y erupciones volcánicas debido a tensiones en la corteza terrestre.

Aunque desde el punto de vista teórico, la probabilidad de que la Tierra invierta su rotación en el corto plazo es prácticamente nula. Nuestro planeta continuará girando, proporcionando la estabilidad que ha permitido la evolución y desarrollo de la vida a lo largo de la historia, mientras no se demuestre científicamente y físicamente lo contrario.