Fernanda Meritello y su novela de amor en Cromañón: “Fue inaguantable escribir el final”

Pasaron 19 años de la tragedia en la que murieron 194 personas en un recital. Los números hablan de 1432 heridos pero no saben de los dolores personales y las historias rotas. De eso se ocupa “Tú no, princesa, tú no”, un relato que se puede descargar gratis a cualquier computadora, teléfono o tablet.

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Cromañón. Se dice “Cromañón” y la cabeza corrige: “La tragedia de Cromañón”. Y las imágenes vienen solas: humo, jóvenes ahogados, jóvenes en brazos de jóvenes, chicos muertos por todos lados. Lo que empezó como un recital de la banda Callejeros en el boliche Cromañón, terminó en caos, dolor y muerte.

Los números dicen 194 muertos y 1432 heridos. Vidas, familias, amigos. Los números no saben de desgarros que siguen doliendo, amores que se hacharon, traumas que se hicieron parte de la vida.

Pero lo que no cuentan los números lo narra la literatura. De eso se ocupó Fernanda Meritello, que nación en 1963 y es licenciada en Ciencias Políticas pero a quien la vida la hizo catequista. Quince años trabajó en escuelas secundarias. En el diálogo con sus alumnos conoció a Callejeros. Entendió de qué hablaban sus letras. Qué contaban de la vida y del dolor de sus alumnos. Por qué ellos se identificaban con lo que cantaba la banda.

El dolor. En las caras de los sobrevivientes de Cromañón.
El dolor. En las caras de los sobrevivientes de Cromañón.

Por eso cuando se enteró de lo que había pasado en Cromañón -una bengala quemó una tela inflamable en el local mientras tocaba Callejeros, las salidas estaban bloqueadas, el local mal habilitado, hubo desesperación por salir y muchos se asfixiaron- algo se le movió adentro. Algo le había pasado a ella también.

“Empecé a escribir en el 2005, no había pasado un año de Cromañón”, dice ahora.

Así fueron los primeros trazos de los que sería Tú no, princesa, tú no. Apuntes para una película de amor en Cromañón, editado por Indielibros en 2020 y que ahora se puede descargar gratis de Bajalibros.

Es la historia de Vero, una estudiante de Derecho que “hace todo bien”: la carrera, el novio adecuado, el grupo misionero en la parroquia. Pero, pero que un día se da cuenta de cómo la mira Mariano, un muchacho que, digamos todo, no tiene nada que ver con ella. Él es de la murga, de su guitarra, de la calle. Ya saben, las cosas del querer. Ya saben: el corazón tiene razones que la razón ignora. Aunque los proyectos y los padres y la idea de vida y todo jueguen en contra.

Y un día, escribe Meritello, “Vero y Mariano, felices de ir juntos, suben al colectivo, llegan a Once. Caminan hasta el lugar, muchos chicos caminan por ahí. Entran a Cromañón”.

Fue el 30 de diciembre de 1004, hace 19 años.

Fernanda recomienda leer el libro escuchando la playlist que sigue. Propongo hacerlo para seguir esta nota.

Tú no princesa, tú no

-¿Por qué escribir sobre Cromañón? ¿Qué tenía que ver con vos?

-En marzo me tuve que ir a vivir al exterior, con mucha pena, y mi maestro de guion, José Martínez Suárez me dijo " seguro será el mejor estado para escribir” y así fue, la noche de Cromañón quedo en mi corazón para siempre sin haber estado allí y se fue conmigo. Muchos de mis alumnos escuchaban Callejeros, y por ellos había escuchado algunas de sus letras, también un día mi hijo de 10 años, en el auto, cantaba con la radio una de sus canciones y me llamó fuerte la atención, pero no sabía nada mas de esta banda, no era mi música.

-¿Entonces?

-Después de la tragedia quise saber que decían en sus letras, mucho mas al escuchar la letra de la canción que sonaba cuando esto sucedió “… vine a incendiarme hoy… a arriesgarme una y mil veces… a ver temblar la seguridad”, en medio de todas esas frases tan resignificadas dolorosamente después de esa noche, encontraba algo expresivo que quería ser escuchado , mucha impotencia, mucha bronca... de ahí en más no paré de escuchar sus canciones, me daba vueltas en la cabeza qué era lo que se tenia que escuchar para haber costado tanto dolor.

-¿Investigaste, tuviste testimonios directos?

-Sabía que la hija de un amigo muy querido había sobrevivido esa noche; ella era muy especial para mí. Me conecté por mail y le pregunté simplemente cómo estaba; su respuesta fue contundente: “Qué raro que a una persona de tu edad le interese lo que nos pasa”. Yo tenía 42 años. De ahí en más, no paramos de escribirnos y crecía en mí “Mediaverónica”, la protagonista de mi libro. Todas las noches me sumergía en los foros de los fans de Callejeros y en sus fotologs, quería escucharlos, oír sus voces, sus sentimientos para poder expresarlos en lo que iba a escribir. El estar fuera del país no me permitía otro modo de encuentro. Me pasaba horas buscando a alguien con quien poder conectar y, a los meses, esa personita llegó, sorprendiéndome al extremo.

Fernanda Meritello. Pensar lo más profundo en Cromañón.
Fernanda Meritello. Pensar lo más profundo en Cromañón.

-¿Cómo fue eso?

-Su publicación era la letra de una canción que me impulsó a escribirle y contarle que estaba escribiendo una historia de amor a partir de Cromañón y que la protagonista era Mediaverónica por la canción de Andrés Calamaro. Eran las 3 de la mañana y me contestó en el acto; me dijo: “Yo soy Mediaverónica, entra a mi fotolog y fíjate si no me creés… si qierés, te cuento mi historia, el amor de mi vida murió en Cromañón”. Entré en su fotolog y quedé impactada; su portada decía “Mediaverónica” y su foto era tan parecida a quien yo imaginaba para escribir...

-Tu protagonista existía.

-De ahí en más no dejamos de escribirnos, y a la vez iba armándose la escritura... mis dos mujercitas y sus historias de vida, sus amigos, las letras de canciones, más los innumerables pibes y pibas de los foros.

-¿Qué te decían los chicos?

-La constante era su no sentirse escuchados, su distancia y falta de diálogo con sus padres y con la sociedad, de la que recibían una mirada de juicio y culpa. La gran mayoría seguía siendo fiel a la banda a pesar del dolor y la responsabilidad que pudo haber tenido en la tragedia.

Tú no, princesa, tú no. El libro de Fernanda Meritello.
Tú no, princesa, tú no. El libro de Fernanda Meritello.

-Pero vos ya lo veías desde otro lado...

-El tema de la relación padres e hijos no se me iba de la cabeza, seguramente por historia personal y por todo lo que había aprendido en mis 15 años de docencia de adolescentes. Cuando escuché el primer disco que sacó Callejeros después de Cromañón, lo confirmé; eso era de lo que quería escribir también. Apenas escuché la letra de la primera canción, que tiene un comienzo de sonido como de “rebobinar”, “ir para atrás”, y se llama Daños, no pude seguir escuchando las que venían; no paré de escucharla muchas veces, me pegó en lo más profundo; revisé mi maternidad, la de mis padres, la de mis abuelos, la de Vero y Agus, mis dos mujercitas... y no paré de escribir.

-Ahí salió la novela.

-Escribí de un tirón las primeras 80 páginas; las restantes tardaron años, tuve que hacer terapia para terminarlo, era inaguantable el dolor del final. Leía todo lo que salía publicado y llegué a saber de memoria absolutamente todas las canciones, incluso también de otras bandas del mismo tipo de rock. Me conecté con muchos amigos de la música y el cine para contarles mi historia; tengo cuentos increíbles de este trayecto, a todos los conmovía mucho, pero me decían de manera unánime que las tragedias históricas precisan su tiempo para ser contadas.

-¿Y es así?

-Así es, recién ahora posiblemente salga una serie para su 20° aniversario y se pueda hablar y visibilizar con más fuerza lo que no pudimos ver, acompañar, sentir y pensar de esta tragedia, que junto con los años 70 y Malvinas arrasaron con nuestra juventud y que, como todo hecho traumático, deja heridas muy profundas en las personas y en la sociedad; que, si no se hablan lo suficiente y con la contención y resignificación necesarias, no se sanan.

Recital. En la noche trágica.
Recital. En la noche trágica.

-Pasaron 19 años ¿cómo siguió la vida de esos chicos?

-Estas dos chicas que fueron para mí todo en ese momento, las dos armaron sus familias, tienen hijos, están bien. Y de mis alumnos, a los que yo pude seguir, no cayeron en esas depresiones tremendas, como en muchas ocasiones sí sucedió. Pero estando en el Hogar de Cristo, con los chicos de barrios populares que están en el consumo, me llamaba la atención que muchos habían estado en Cromañón, a muchos los conmovía mucho la historia que yo les contaba, muchos leyeron el libro, aprovecharon para hablar.

-Hablar muchos años después. ¿Y entonces que decían?

-Me dijeron todos siempre lo mismo: que era que en su momento no lo pudieron hablar casi nada con nadie, entonces fue como una herida que quedó ahí, una herida que quedó como tapada.

“Tú no, princesa, tú no” (Fragmento)

Plaza enfrente del colegio de Bechu

Verónica y Mariano están sentados en un banco.

Vero

—¿Te acordás ese día que nos conocimos acá? ¿Quién iba a decir que íbamos a terminar juntos?

Mariano

—Yo.

La historia vuelve al mismo lugar varios meses antes...

***

Días después, casa de Vero

Bechu está con amigos. Vero no está. Mariano, como siempre, aprovecha para meterse en su cuarto. Agarra una bufanda, la huele, agarra un portarretratos, una foto de Vero chiquita con su mamá, otra con su abuela… Y con manos algo torpes tira en el piano los primeros acordes de una canción de Calamaro.

Mariano

”Debería marcharme, irme lejos, no volver, pero es inútil pensarlo… tú me estás atrapando otra vez…”

Vero justo llega a su casa y lo escucha. Entra en su cuarto asomando la cabeza.