“Hay una Argentina profunda y quisimos mostrarla”: presentaron en Salta “Fronteras”, el libro sobre vida, contrabando y narcotráfico en los límites

No es lo mismo presentar Fronteras en Buenos Aires que en Salta. La investigación de la periodista Lucía Salinas, que recorrió el complejo límite norte de la Argentina, pega de otra manera acá tan cerca de donde empieza Bolivia. Su problemática se vuelve más presente, más carnal, más dramática.

En ese trabajo -y junto a un equipo- Salinas habló con quienes se ganan la vida pasando mercadería de un lado a otro, con quienes tienen familia aquí y allá, con quienes saben que día a día caminan a los dos lados de la línea de la ley, una línea que aquí se ve muy fina. Ese trabajo se convirtió en un documental que se puede encontrar online y en un libro digital que publicó Leamos, el sello editorial de Infobae y que se puede descargar gratuitamente.

Eso es lo que Lucía Salinas llegó a contar a Salta y se acercaron a escucharla -y a dar sus puntos de vista- políticos como el exgobernador Juan Manuel Urtubey, las diputadas Virginia Cornejo (PRO) y Cristina Fiore (Partido Renovador de Salta), el fiscal federal Ricardo Toranzos, el ex Juez de la Corte de Justicia y ex Ministro de Seguridad Abel Cornejo y la jefa del Programa Comunidades Migrantes de la Municipalidad de Salta, Gabriela González.

Ellos fueron parte de los que se acercaron a la librería y café Coliseo donde -mientras el documental se veía en un televisor a sus espaldas- Salinas presentó el trabajo junto a su editora, Patricia Kolesnicov, quien también prologó el libro.

“Venir a Salta era importante para nosotros, con la convicción de que no veníamos a revelarles nada que no conocieran sino con la idea central de contribuir y dar visibilidad a esa problemática que transcurre allí, en los límites, en los bordes de nuestro territorio y que es parte de la fronteras con las que ustedes conviven”, dijo Salinas al inicio de la charla.

Pero la investigación reveló una complejidad que excede el delito, y Salinas quiso dejarlo claro: “Sin desconocer el gran problema que es que esta frontera norte se haya convertido en la puerta de ingreso del narcotráfico y del contrabando a nuestro país, al recorrerla, y en especial la que comparte Salta con Bolivia, también nos encontramos con una riqueza cultural enorme”, subrayó.

Al respecto y bajo la idea de que la frontera se vuelve difusa y de a momentos tan sólo simbólica, Salinas continuó: “Hay una vida cotidiana allí, en esos bordes, límites, que no distingue de territorios separados, donde la discusión no es si se está de un lado o del otro, porque el ir y venir es parte del día a día. Vimos localidades en los hay nada menos que 78 pasos clandestinos como ocurre en Salvador Mazza. Algo similar a los pasos clandestinos en La Quiaca, por los que circulan más de 4.000 personas por día o los puertos clandestinos en Corrientes. O esa calle en Misiones que es lo único que separa Bernardo de Irigoyen de Brasil: esto nos dice a los gritos que ese concepto teórico de la frontera como algo que separa, divide, no es tal”.

Por su parte Kolesnicov apuntó a la envergadura del trabajo periodístico realizado. Algo que, dijo, como en el viejo y buen periodismo, requirió estudio, ideas, “muchas horas de patear los caminos”, la capacidad de lograr “que gente que sabe que anda en el borde de la ley te cuente su realidad” y, no menos importante, inversión y profesionalismo.

Es que el proceso de Fronteras demandó más de un año y medio de esfuerzo de un grupo. “Siempre me gusta pensar que Fronteras es tan sólo resultado del trabajo colectivo, Lihueel Althabe fue el realizador del documental, Rocío Scarso la editora, Pedro Gianello y Lourdes Marchese colaboraron con la producción e investigación y Alejo García Sosa fue quien supervisó permanentemente el trabajo”, destacó la autora.

Los que asistieron a la presentación -en una tarde deliciosamente primaveral- conocen cómo es la vida diaria en esos territorios donde la frontera a veces es un alambrado o el patio de una casa: la entrada está en un país y el fondo, en otro.

Incluso se animaron a contar sus experiencias en esos cruces y coincidieron en la sensación de que ese territorio ha sido olvidado por el Estado.

Una de las presentes le consultó a Salinas si, en lo que concierne al delito, se detectó a lo largo de la investigación la participación de políticos. “Les voy a hablar de dos casos concretos”, dijo la periodista. “En Salta y en Corrientes terminaron presos jueces e integrantes de las fuerzas federales; en el caso de Itatí también su intendente y el comisario del pueblo. Es decir, lo que esas causas exponen es que hay algo que se vuelve sistémico en algunos lugares y sin la connivencia de muchos miembros de la sociedad las organizaciones criminales no serían tan exitosas en sus objetivos cumplidos”.

“¿Con qué te encontraste o qué te sorprendió cuando recorriste la frontera?” fue una de las preguntas formuladas. Lucía Salinas contó que el primer impacto fue “sin lugar a dudas, personal”. ¿Por qué? “Fronteras en primer término me transformó a mí y transformó mi mirada inicial sobre lo que quería investigar. Pisar el territorio, recorrerlo, escuchar a los protagonistas de las historias de primera mano enriqueció la mirada principal que estaba circunscripta esencialmente a los delitos que se cometían y me encontré con comunidades profundamente ricas en el plano cultural, con una vida cotidiana vinculada al país vecino que moldea su idiosincrasia, que desafía los límites, que los encuentra compartiendo fiestas patronales, la lengua, las costumbres. Fronteras quiso dar cuenta de eso y correrse de un posible estigma de peligrosidad y delito como lo único que ocurre en estos márgenes de nuestro país”.

Cuando había pasado casi una hora desde el inicio de la charla, el fiscal federal Ricardo Toranzos pidió la palabra: “Más que una pregunta quiero hacer un reconocimiento al trabajo, a la investigación y valentía de Lucía por este trabajo que refleja una realidad muy compleja, pienso que Lucía recorrió, conoció e interpretó la frontera pero la frontera también la interpretó y la modificó a ella. Recuerdo las primeras charlas y veo el resultado final... verla en la frontera, recorriéndola, buscando los mejores horarios aunque fuera muy tarde, con el desafío que todo eso representa, muestra el resultado de esa transformación”.

Un rato antes, en una charla con periodistas, Juan Manuel Urtubey había opinado en el mismo sentido: “Fronteras desmitifica lo que significa la problemática de fronteras, es muy interesante porque lo hace desde el territorio. Recorrió, habló con la gente del lugar y me parece que está bueno que en el resto de la Argentina se pueda ver cómo es la vida real, en situaciones de fronteras, con todas las vulnerabilidades, con todas las cosas pendientes que tenemos”.

Con el micrófono girando entre el público, otro de los asistentes dijo, con énfasis y mientras el enojo ganaba su voz, que el gobierno federal destina gendarmes “a las villas de la ciudad de Buenos Aires y del gran Buenos Aires”, en vez de mandarlos a estas zonas, donde los consideró profundamente necesarios.

Y la diputada Cornejo indicó que, cuando falta poco para las elecciones, son muchos los que cruzan desde Bolivia a votar -los extranjeros que tienen la residencia pueden hacerlo en elecciones municipales- y así influyen de manera decisiva en los resultados.

Ya en los minutos finales del encuentro hubo un momento en el que la escritora quiso agradecer de forma más personal el interés de los presentes por Fronteras. “Sin lugar a dudas no había nada que a ustedes les sorprendiera. Salta es una provincia de una belleza única, de un potencial enorme y me niego a creer que su frontera sólo puede ser sinónimo de peligro. Hay una Argentina aún más profunda que transcurre allí y quisimos darle visibilidad, exponer esa realidad que convive con el narcotráfico y el contrabando. Fronteras viene a abrir nuevos interrogantes, pretende ser un tema de discusión pública, y me pregunté a lo largo de este proceso cuándo fue que el Estado se retiró de ciertos lugares, por qué se empujó a tantos argentinos y argentinas a vivir al borde de la ley. Porque muchos nos contaban su experiencia de vida signada por el delito, admitiendo una actividad ilegal como sustento único pero remarcando que no había en algunos puntos geográficos otras fuentes laborales”.

[Fotos Nicolás Cordero)