Calma roja en el Día de la Comunidad de Madrid

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Juan Vargas y Ana Márquez

Madrid, 2 may (EFE).- El acto institucional del Dos de Mayo, día de la Comunidad de Madrid, ha transcurrido en calma y dejando de lado la perenne confrontación entre los gobiernos de Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez, lejos del bronco ambiente que presidió la celebración en otras ocasiones y muy especialmente el año pasado.

Si en 2023 surgió un rifirrafe protocolario a raíz de la presencia en el acto del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, este jueves han ido a la Real Casa de Correos los representantes del Ejecutivo que estaban previstos, Víctor Ángel Torres (ministro de Política Territorial) y Francisco Martín (delegado del Gobierno), quienes han adoptado un papel discreto durante la mañana.

Y por su parte Ayuso, vestida de rojo madrileño como gusta en sus grandes ocasiones, ha hecho un discurso con alguna alusión velada a Sánchez pero más centrado en ensalzar las virtudes de la Comunidad de Madrid donde no triunfan "las identidades de terruño", ni el "saberse más que nadie", "ni los abusos, ni las injusticias". Aquí "ganan las ganas", se ha permitido apostillar aludiendo a su último eslogan electoral.

Pareciera como si hubiera calado, de algún modo, la llamada a la "reflexión" de Sánchez tras su "punto y aparte" de cinco días, aunque su discurso del lunes pasado ha sobrevolado la jornada, sobre todo en lo que tiene que ver con el cuestionamiento de lo que llama "pseudomedios" y su promesa de una ofensiva contra los "bulos".

Ayuso no ha dudado en expresar una defensa del "periodismo de raza, de fuentes, de investigación, comprometida con contar la verdad, sin otro afán ni búsqueda de protagonismo". No en vano, entre los galardonados hoy con la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo estaban el periodista Constantino Mediavilla, cronista oficial de la Villa de Madrid, y el Grupo Crónica.

Precisamente en representación de este último ha intervenido la periodista Pilar Cernuda, quien ha calificado de "doloroso" e "incomprensible" que periodistas y jueces estén siendo actualmente "demonizados" y ha pedido a las instituciones públicas "respeto" para estas dos profesiones.

Por lo demás, ha presidido la concordia, y el propio Constantino Mediavilla ha hecho un llamamiento a "informar, convivir y cohabitar". "Excluirnos -ha proclamado- será la mayor imbecilidad que cometamos de aquí a las próximas veinte generaciones".

Igualmente ha reinado la cordialidad entre unos y otros invitados, con un listado que incluía a los expresidentes de la Comunidad de Madrid (con la ausencia de Esperanza Aguirre) pero al que no se ha incorporado ninguno de los principales dirigentes nacionales del PP.

Durante el acto institucional se han repartido dieciséis grandes cruces a figuras tan variopintas como Camela, Rudy Fernández o Telefónica, aunque sin duda los más ovacionados, con repetidos aplausos en pie de los 650 asistentes al evento, han sido los premiados vinculados a las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Se trataba de la Policía Nacional; el cabo primero del Ejército de Tierra Fernando Martín Pozueco, reconocido por sus labores de auxilio durante la DANA del pasado septiembre; y el agente de la Guardia Civil José Antonio Rosa Alcocer, condecorado a título póstumo tras fallecer el pasado viernes durante un acto de servicio en una nave industrial en un polígono del municipio de San Agustín del Guadalix.

Su medalla la ha recogido, visiblemente conmovido, su compañero el sargento primero José María Ortiz, quien ha contagiado su emoción a Ayuso.

El contrapunto festivo del acto lo ha puesto, ya al final, el grupo OBK, que a modo de prólogo de su concierto de esta noche en la Puerta del Sol ha ofrecido una breve actuación que ha arrancado las palmas del auditorio y durante la cual se ha podido ver a la presidenta coreando las letras de los grandes éxitos de la banda. EFE

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