El número de horas máximo que puedes llevar las lentillas en un día, según un oftalmólogo

Las lentillas, también conocidas como lentes de contacto, son dispositivos ópticos delgados y curvos que se colocan directamente sobre la córnea del ojo para corregir problemas de visión o para fines terapéuticos. Son una alternativa popular a las gafas y ofrecen una serie de beneficios, como una visión más natural y una mayor libertad de movimiento.

Uno de los principales usos de las lentillas es corregir problemas de visión, como la miopía (visión cercana borrosa), la hipermetropía (visión lejana borrosa), el astigmatismo (visión distorsionada) y la presbicia (dificultad para enfocar objetos cercanos relacionada con la edad). Las lentillas correctivas están diseñadas para enfocar la luz en la retina de manera adecuada, lo que permite una visión clara y nítida sin la necesidad de usar gafas.

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Además de corregir problemas de visión, las lentillas también se utilizan con fines terapéuticos. Por ejemplo, las lentillas terapéuticas se pueden recetar para tratar afecciones oculares como el queratocono (una enfermedad degenerativa de la córnea), la queratitis (inflamación de la córnea) o para proteger la superficie del ojo después de una lesión o cirugía.

Las lentillas también se clasifican según su duración de uso. Las lentillas desechables diarias se usan una vez y luego se desechan, lo que elimina la necesidad de limpiar y almacenar las lentillas, mientras que las lentillas desechables quincenales o mensuales se pueden usar durante un período más largo antes de reemplazarlas.

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Para hacer frente a la desinformación en torno a las lentillas, Infobae España ha hablado con Jorge García-Borregón, oftalmólogo en el Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra. El oftalmólogo ha asegurado que las diarias “no deben exceder las 8-10 horas”, por lo que recomienda utilizar gafas el resto de horas del día. Del mismo modo ocurre con las mensuales, que deben regirse al tiempo que su mismo nombre indican. El riesgo de no utilizarlas correctamente es alto y sus consecuencias pueden ser “infecciones en la córnea que en algunos casos puede llevar a la pérdida irreversible de visión”.

Por ello, es importante seguir las instrucciones de uso y cuidado proporcionadas por el optometrista u oftalmólogo para garantizar una experiencia segura y cómoda con las lentillas. Esto incluye lavarse las manos antes de manipular las lentillas, limpiarlas regularmente con una solución adecuada y seguir un programa de reemplazo según lo recomendado.

Las lentillas están disponibles en una variedad de materiales, cada uno con sus propias características y beneficios. Los materiales más comunes incluyen hidrogel, silicona hidrogel y materiales blandos de hidrogel de silicona. Estos materiales son flexibles, permeables al oxígeno y cómodos de llevar, lo que permite que el ojo respire adecuadamente y reduce el riesgo de sequedad o irritación.

En términos de diseño, las lentillas pueden ser blandas o rígidas (duro-permeables al gas). Las lentillas blandas son más flexibles y cómodas de llevar, ideales para un uso diario prolongado. Por otro lado, las lentillas rígidas ofrecen una visión más nítida y son adecuadas para personas con astigmatismo u otras irregularidades corneales.