La ruta por los Picos de Europa que está entre las mejores del mundo para hacer por carretera

Desde Bilbao hasta Finisterre, esta travesía recorre los parajes y ciudades más impresionantes del norte de nuestro país. Además, se puede hacer en cualquier vehículo, ya sea coche, furgoneta o motocicleta

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Las carreteras de los Picos de Europa ofrecen multitud de alternativas y descubren paisajes increíbles (Shutterstock).
Las carreteras de los Picos de Europa ofrecen multitud de alternativas y descubren paisajes increíbles (Shutterstock).

Bilbao, Gijón, la costa gallega o los pueblos cántabros son algunos de los muchos encantos que se pueden encontrar en el norte de España. Esta región es de las más ricas de nuestro país, pues lo tiene prácticamente de todo. El viajero puede disfrutar de un rico patrimonio histórico y cultural, a la vez que conoce las tradiciones más ancestrales, así como un conjunto natural que es de los más impresionantes de Europa. Este se ve enmarcado por las imponentes costas acantiladas o las grandes montañas.

De esta forma, uno de los grandes sistemas montañosos que se pueden encontrar son los Picos de Europa, los cuales conforman una oferta turística sin igual perfecta para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Así, un viaje ideal es visitarlos, pero ¿para qué ir solo a los Picos de Europa, si puedes recorrer el norte en carretera y disfrutar de todos sus encantos?

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De este modo, son muchos los itinerarios que se pueden hacer para disfrutar de una travesía ideal por estos lugares, de hecho, según la guía de viajes Lonely Planet, es una de las mejores rutas del mundo para hacer en furgoneta, caravana o coche. Este viaje parte desde Bilbao y recorre hasta cuatro comunidades autónomas para acabar en uno de los puntos más impresionantes de España: Finisterre. Un recorrido de unos 1.000 kilómetros que permite descubrir todos los rincones del norte peninsular y disfrutar de una de las gastronomías más increíbles del planeta.

Bilbao, los Picos de Europa y Oviedo

El Naranjo de Bulnes, en Asturias.
El Naranjo de Bulnes, en Asturias.

El punto de partida de este viaje es Bilbao, una ciudad que es una de las paradas obligatorias si se visita el País Vasco. Esta ciudad mezcla la vanguardia con un trazado repleto de esculturas que hacen de ella todo un reclamo turístico. Uno no se puede ir sin visitar el Museo Guggenheim y disfrutar de una tarde pintxos. La siguiente parada es San Sebastián, la cual es el verdadero principio de esta ruta. La ciudad, asentada en una extensa bahía, se caracteriza por ser dos ciudades en una.

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Por un lado, la parte nueva, que se extiende a lo largo de la costa, y por otro, la parte vieja, un entramado de estrechas calles que serpentean al pie del monte Urgull. Seguidamente, el viaje conduce gasta Vitoria-Gasteiz, la “capital del País Vasco, es una tranquila ciudad verde y abierta, con una gran tradición de sidra”, cuentan. Vista esta ciudad, el próximo destino son los Picos de Europa, en los que durante la travesía en carretera el viajero se queda asombrado con la espectacularidad del paisaje.

Así, tras recorrer las numerosas carreteras secundarias que discurren por ellos, el visitante puede visitar espacios tan impresionantes como el puerto de Tarna, la frontera con Asturias, a 1492 metros de altura, y el Parque Nacional de Redes. Seguidamente, Oviedo espera al viajero, donde “sorprende no solo por la estatua de Woody Allen, sino por muchas otras salpicadas por la ciudad”. El siguiente punto es el Parque Nacional de Somiedo, donde se puede conducir por serpenteantes carreteras para acabar en el puerto con el mismo nombre.

“Al final la ruta baja al valle de Babia, adonde los reyes leoneses iban en verano a olvidar sus preocupaciones. A su vez, la carretera del puerto Pozo de las Mujeres Muertas, no muy conocida, es una de las joyas del norte de España”, afirman desde Lonely Planet.

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La Ribeira Sacra, Santiago y Finisterre

Ribeira Sacra, en Galicia (Shutterstock).
Ribeira Sacra, en Galicia (Shutterstock).

Tras conducir por estos parajes, la travesía continúa siguiendo el curso del río Sil, donde la Ribeira Sacra emerge como un tesoro escondido. En este punto, los paisajes son impresionantes, todos ellos enmarcados por los acantilados que crea el río y donde uno se sorprende a cada paso.

Desde aquí, el trayecto conduce hasta Santiago de Compostela, un impresionante ejemplo de arquitectura clásica que cada año es la meta de miles de peregrinos que terminan el Camino de Santiago. Pero Santiago no es el final, pues todavía aguarda Finisterre, el impresionante cabo que es el broche final ideal a esta gran travesía por el norte de España.

Los acantilados de Loiba (Turismo De Galicia)

Aparte de los lugares a visitar, hay que prestar atención a ciertos aspectos para que la experiencia sea lo más placentera posible. En este sentido, desde Lonely Planet recomiendan hacer la ruta en verano, para disfrutar de un buen clima y unos paisajes increíbles. A su vez, como alojamientos aconsejan algunos Paradores, como es el caso del de Monforte de Lemos, aunque otra muy buena opción son las casas rurales. Igualmente, el viaje se puede hacer en cualquier vehículo, desde coches o furgonetas hasta motocicletas.

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