La rotura de Alaba obliga a decidir al Real Madrid: reforzar la opción Tchouaméni o cambiar el plan y acudir al mercado

El Santiago Bernabéu se quedó en silencio cumplida la media hora del partido contra el Villarreal. Un silencio que recorrió el feudo blanco de fondo a fondo como un sentido escalofrío. David Alaba presionó a Gerard Moreno cuando su pie izquierdo se quedó clavado en el césped al mismo tiempo que la parte superior de su pierna giró en dirección contraria. Cayó al suelo, sin bramar ningún grito ni realizar aspavientos ostensibles de dolor, pero con una seriedad en su rostro que reflejaba la gravedad de la situación. Luka Modric fue el primero en llegar y percatarse de ello.

Llamó a los médicos y se llevó las manos a la cabeza, un gesto que repitieron en cadena los que fueron acercándose y vieron las señales del austriaco, que abandonó el terreno de juego sin apoyar la pierna izquierda y siendo ayudado por dos integrantes del cuerpo médico. El Madrid se sobrepuso al contratiempo y acabó consiguiendo una victoria que le restituyó en la cima de LaLiga, pero con el pitido final, los peores presagios se hicieron realidad a través de un comunicado del club blanco. “Tras las pruebas realizadas a nuestro jugador David Alaba se le ha diagnosticado una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. El jugador será intervenido quirúrgicamente en los próximos días”.

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La rotura del ligamento cruzado de Alaba se une a las de Courtois y Militao. “Es una pena, estamos muy tristes porque otro jugador cae. Nunca me ha pasado de tener tres cruzados en pocos meses. Lo que tiene que hacer el equipo es aguantar como hemos hecho. Hemos hecho más de lo que la gente esperaba. A pesar de los problemas, este equipo aguanta”, afirmaba Ancelotti, incrédulo por la cantidad de lesiones graves en tan corto periodo de tiempo, pero lanzando un mensaje de confianza a los jugadores sanos. La baja de larga duración de Alaba, unida a la recuperación de Militao, que evoluciona mejor de lo esperado, deja a Ancelotti con Nacho y Rüdiger como únicos centrales disponibles hasta el tramo final del curso, cuando se espera la vuelta del brasileño.

“Veremos en los próximos días si se puede hacer algo”, aseguraba Ancelotti sobre la posibilidad de acudir al mercado. Una opción, descartada en el club blanco antes de la lesión de Alaba, pero que ahora cobra algo más de fuerza. Aunque en el club blanco no son partidarios de fichar un parche y la mitad del curso es un momento complicado para encontrar un jugador de primer nivel que esté dispuesto a abandonar su club. Rafa Marín, canterano del Madrid cedido en el Alavés hasta final de temporada, podría ser una de las opciones a tener en cuenta. Ambos clubes tendría que ponerse de acuerdo para suprimir la cesión.

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Sin embargo, la actual situación podría acelerar una posible llegada. Mientras se cocina, Ancelotti tiene claro el ingrediente de su receta a corto plazo: Tchouaméni, que precisamente reapareció de lesión ante el Villarreal tras un mes y medio en el dique seco, desde el Clásico. “Ahora mismo es la primera opción que hay. Lo hizo bien ante Osasuna y, aunque no queremos que sea central, esto es una emergencia. Y puede hacerlo”, explica Ancelotti. No es la posición favorita de Tchouaméni, como avisó él mismo, pero el agujero deja poco espacio a las preferencias, más aún con el superávit existente en la enfermería.

Alaba se une a Militao, Vinícius, Arda Güler, Camavinga, Carvajal y Courtois ya tienen una cama a su nombre. La desgracia del central brasileño en el estreno de curso en Bilbao, solo dos días después de la del meta belga, ya dejó al Madrid con las piezas justas, pero ahora la caída de Alaba ha disparado las alarmas y la escasez. Y el Real Madrid debe decidir. Cambiar sus planes y acudir al mercado invernal o retrasar la posición a Tchouaméni y esperar a ir recuperando jugadores.