Boyer, de Guindos o Rato: los otros ‘superministros’ que precedieron a Félix Bolaños

Solo Felipe González se atrevió a unir dos ministerios de Estado: corría el año 1986 y le encargó la tarea a Juan Alberto Belloch

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González, Guerra y Boyer en el Congreso de los Diputados. (Archivo del Congreso de los Diputados)
González, Guerra y Boyer en el Congreso de los Diputados. (Archivo del Congreso de los Diputados)

Con la formación del nuevo Gobierno, Pedro Sánchez ha nombrado a Félix Bolaños ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes. Competencias muy importantes bajo el mando de un mismo hombre. Además, en la legislatura en la que la Ley de Amnistía tendrá que navegar entre juzgados y enfrentarse a los recursos de inconstitucionalidad del Partido Popular. Una tarea que convierte a Bolaños en una especie de ‘superministro’. Incluso, algunas voces le señalan como el quinto vicepresidente del Gobierno.

No obstante, los ‘superministros’ no son cosa exclusiva de Pedro Sánchez. Muchos presidentes del Gobierno, a lo largo de la democracia, han otorgado importantísimas funciones a determinados ministros y ministras, acumulando un gran poder dentro del Consejo de Ministros.

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El primero en estrenar esta exclusiva liga fue Miguel Boyer, en 1982. Felipe González, en su primer Gobierno, designó a Boyer como ministro de Hacienda, Economía y Comercio. Ya en aquel momento la prensa lo tildó de ‘superministro’, ya que era la primera vez en democracia que se unían las carteras de Hacienda y Economía. Además, para más inri, se le añadían las competencias en Comercio.

Miguel Boyer y Felipe González en el Congreso de los Diputados (EFE)
Miguel Boyer y Felipe González en el Congreso de los Diputados (EFE)

Su mandato estuvo marcado por la estricta política económica que aplicó con el objetivo de mitigar una descontrolada inflación, pero, sin duda, su acción de Gobierno es recordada por la expropiación de Rumasa y la agresión que sufrió por parte de José María Ruiz Mateos. En términos políticos, sus diferencias con el vicepresidente Alfonso Guerra eran de sobra conocidas, unas tensiones entre ambos que acabaron con su salida del Ejecutivo en 1985. En el 1986 se fue del PSOE y apoyó el programa económico del PP. Ese mismo año, fue sustituido por Carlos Solchaga, que también asumió Economía y Hacienda.

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González repitió la estrategia en 1993, cuando nombró a Pedro Solbes, ministro de Economía y Hacienda, esta vez sin el área de Comercio. Como titular del departamento, tuvo que lidiar con la crisis de Banesto, que terminó con la intervención del banco. Años después y tras pasar por la Comisaría de Asuntos Económicos de la UE, Solbes volvió en 2004 al Gobierno, esta vez con Zapatero, pero asumiendo las mismas responsabilidades que con González. En 2009 dejó el cargo después de ser incapaz de detectar la desaceleración de la economía y enfrentarse con Zapatero por la política económica del Ejecutivo, ya que consideraba excesivo el alto gasto público.

En los Gobiernos del Partido Popular también se han designado ‘superministros,’ principalmente en el área económica. En 1996, Aznar nombró a Rodrigo Rato vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía e Industria. Entre sus principales objetivos en el Ejecutivo estaba su lucha contra la corrupción y el fraude fiscal. Además, llevó a cabo la privatización de Argentaria y Tabacalera.

Rato, Álvarez-Cascos y Aznar (EFE)
Rato, Álvarez-Cascos y Aznar (EFE)

Pero, sin duda, quien se lleva la medalla de oro de ‘superministros económicos’ es Luis de Guindos, cuando tras la renuncia del por aquel entonces ministro de Economía y Competitividad, José Manuel Soria, al descubrirse una cuenta bancaria en el paraíso fiscal de Panamá, le obligó a asumir el despacho y las competencias de su cartera. Cuestión similar ocurrió en 2016 con Fátima Bañez que, ante la renuncia de Alfonso Alonso para presentarse a las elecciones al Parlamento de Euskadi, añadió a su ministerio, el de Trabajo y Seguridad Social, las competencias del de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Belloch, el superministro por excelencia

Más allá de los ‘superministros económicos’, quien se lleva la palma en la dirección de un ‘superministerio’ es Juan Alberto Belloch. En 1994, Felipe González fusionó dos ministerios de los denominados ‘de Estado’. El socialista encargó a Belloch gestionar Interior y Justicia, un ‘superministerio’ que ningún presidente del Gobierno se ha atrevido a confeccionar hasta ahora. Belloch creó tres secretarías de Estado para gestionar ese inmenso departamento del Gobierno: una de Interior, la cual gestionó la actual ministra de Defensa, Margarita Robles; otra de Justicia, encabezada por María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta de Zapatero, y una tercera de Asuntos Penitenciarios.

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Belloch tuvo que hacer frente a los peores momentos del Gobierno del PSOE. Su llegada se precipitó después de la dimisión de Antoni Asunción por la fuga de Luis Roldán, al que el Ejecutivo logró capturar durante su mandato. Además, se tuvo que enfrentar a la gran actividad terrorista de ETA, el GRAPO, o las investigaciones judiciales de Garzón por los GAL.

Antes de Félix Bolaños, en el Gobierno de Sánchez, también asumió un ‘superministerio’ Carmen Calvo, que en 2018, además de asumir la vicepresidencia del Gobierno, fue nombrada ministra de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad.